La necesidad de construir una cultura de paz desde la educación escolar y familiar fue una de las ideas abordadas en la Conferencia Magistral ofrecida por Katherine Müller-Marín, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco, en la última sesión del Seminario Internacional organizado por el Movimiento Cubano por la Paz.
La también representante de esa organización en Cuba, República Dominicana y Aruba, aseguró que “la paz requiere empatía, diálogo, pero que no le es imprescindible la simpatía. Es en la mente de los hombres donde deben erigirse los valores de la paz”, afirmó.
Para Müller-Marín, nacida en Costa Rica, la educación es el medio fundamental para lograr una verdadera cultura de paz, donde primen valores como la libertad, la justicia, la comprensión, el respeto, la armonía, y la solidaridad.
Destacó que los acuerdos de la Mesa de Diálogo en La Habana entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla (Farc-EP) constituyen uno de los momentos más trascendentes del mundo luego de la firma de la Proclama de la región como Zona de Paz, documento que ha permitido sentar las bases, desde el Derecho Internacional, para el entendimiento entre las partes que participan de diferentes conflictos.
Conseguir el consenso de los jefes de Estado y Gobierno, como lo hicieron en el 2014 en la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), para firmar la Proclama en nombre de sus pueblos, es un paso muy importante para luego poder implementar acciones en los países y comunidades, aseveró Müller-Marín.
Declaró que en los 70 años de existencia de la Unesco, la organización ha tenido que enfrentar el rostro cruel de la violencia, pero que nunca ha sido tan impactante como ahora que existen más de 71 millones de jóvenes excluidos del trabajo decente, más 65 mil refugiados en el mundo y donde la naturaleza es víctima de una atroz depredación que también constituye una forma de violencia.
Recordó que es preciso desarrollar mecanismos de conciliación que permitan crear sociedades pacíficas e inclusivas, y que eventos como este, donde la gente puede “juntarse y compartir experiencias, contribuye a crear conciencia para luego participar en la toma de decisiones en procesos donde se implementa la cultura de paz”.