Rodrigo Londoño Echeverri, jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (Farc-EP), y en su condición de Comandante del Estado Mayor Central, dio a la guerrilla el cese al fuego definitivo y a las hostilidades como parte de sus acciones para finalizar el conflicto armado de más de 50 años y como conclusión de los Diálogos de Paz en La Habana.
Ordeno a todos nuestros mandos, a nuestras unidades, a todos y cada uno de los combatientes, cesar las hostilidades contra el Estado colombiano, expresó Londoño Echeverri, conocido como Timochenko, en conferencia de prensa en el Hotel Nacional de Cuba, donde agregó su disposición de reconciliación con los organismos armados del Estado nacional.
“Se acabó la guerra, convivamos como hermanos y hermanas”, dijo, y añadió que este pronunciamiento forma parte del acuerdo firmado el pasado 24 de agosto en La Habana, por los jefes de ambas delegaciones para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
También recordó que la agenda continúa con la última sesión de la décima Conferencia Nacional Guerrillera, como organización en armas, la cual tendrá lugar en la zona de los Llanos del Yari, municipio de San Vicente del Caguán, desde el 13 al 19 de septiembre, donde participarán cerca de 200 delegados, entre ellos integrantes del Estado Mayor Central y otros de las distintas estructuras a nivel nacional.
Luego continuará el plebiscito del próximo 2 de octubre para que los colombianos den su veredicto sobre este Acuerdo de Paz al que tanto tiempo han aspirado.
Timochenko también ratificó el cumplimiento de lo pactado para poner fin al alzamiento armado, su intención de transformar el grupo en un movimiento político legal, su aspiración de reincorporarse a la vida civil y lograr que todas las víctimas del doloroso conflicto tengan justicia y reparación.
Con este pronunciamiento y el del presidente colombiano Juan Manuel Santos la pasada semana que da el cese de las hostilidades contra las Farc-EP desde el 29 de agosto, queda demostrada la voluntad política de ambas partes de dar fin al conflicto que abre un nuevo capítulo en la historia de Colombia y del que Cuba ha sido testigo.