Esther: El hada madrina del pediátrico de Holguín

El 12 de agosto del 2016 no pasó inadvertido en la vida del pequeño Osmel Rodríguez Rodríguez porque la trabajadora social del hospital pediátrico Octavio de la Concepción y la Pedraja, de Holguín, Esther Rodríguez Vargas estuvo al tanto de la fecha.

Ese día, apenas llegó al trabajo, la dinámica asistente se dirigió a la cama 21, del tercer piso, en la sala H de la institución para felicitar y llevarle un regalo, un juguetico y par de chancletas, a Osmelito, con motivo de su quinto cumpleaños.

Este pequeño, huérfano de padre y con la madre enferma, es asistido en el hogar de niños sin amparo filial y padece de numerosas dolencias, por las cuales ha tenido que observar largos y continuos periodos de ingresos.

Pero no se trata de un caso aislado, como él son muchos los pacientes que son atendidos con esmero por Esthercita, como le conocen en alusión a su estatura, quien siempre está al tanto de cualquier incidente entre sus queridos niños.

“Uno se encariña con esos muchachos y los llega a querer como si fueron hijos, afirma enfática, sobre todo a los pacientes que padecen enfermedades crónicas y pasan largos períodos de ingreso hospitalario, como es el caso de Osmelito.

“Yo me inicié aquí en el año 1971 como trabajadora social, me gustó tanto que aún prosigo laborando  en lo mismo y estoy entre las pocas fundadoras del hospital pediátrico de Holguín que se mantienen activas en sus puestos.

“Soy maestra primaria de profesión y por eso aprendí a manejar a los menores, a tratarlos bien, con mucho amor y cariño y salí adelante en esta labor tan humanitaria, después pasé varios cursos, hasta en La Habana, y me hice trabajadora social de verdad.

“Siempre llego temprano a mi trabajo y estoy entre las últimas en irme porque me gusta solucionar la mayor cantidad posible de problemas de los pacientes graves, darle una respuesta satisfactoria a los familiares y no dejar nada pendiente.

“Nosotros atendemos en específico a las salas de terapia intensiva e intermedia, neonatología y oncología, las de mayor índice de letalidad, pero no le decimos que no a nadie, escuchamos a cualquiera que tenga una inquietud.

“Estamos al tanto de todos los niños con riesgos para la vida, desde que ingresan hasta que egresan y trabajamos de conjunto con el Programa Materno Infantil (Pami) empeñados en reducir la mortalidad entre los menores.

“Desde que entro comienzo a revisar la situación existente en el hospital y de inmediato visito a los pacientes para comprobar cómo están, qué les hace falta y tratar de ayudar a los familiares en lo que esté a nuestro alcance.

“Para hacerles la vida más pasadera  a esos muchachos, algunos de los cuales llevan meses y a veces años de internamiento con invasivos tratamientos médicos, estamos al tanto de fechas importantes o cualquier celebración, como el día de los niños o su cumpleaños.

“Ese día nos aparecemos allí y le llevamos algún regalo o por lo menos un mensaje de aliento, en dependencia del estado de salud del paciente, la cuestión es que no pase por alto, que se sientan acompañados.

“En esta humanitaria labor contamos con la ayuda desinteresada  de numerosos organismos y organizaciones políticas, religiosas, trabajadores del turismo, el níquel, la alimentación, artistas, artesanos y cuentapropistas que realizan donaciones.

“Por nuestra parte también hacemos gestiones directas con los representantes de esas instituciones cuando se acerca un cumpleaños colectivo u otro acontecimiento y requerimos de un cake y otros recursos para poder celebrarlo.

“También tenemos coordinaciones con la Empresa de Taxis para gestionar el traslado de los pacientes que reciben el alta y con Cubana de Aviación para aquellos casos que necesitan ser llevados a La Habana en avión.

“Me he ganado el cariño de los niños, ellos me quieren mucho y me dicen El Hada madrina del hospital pediátrico, el trencito de la alegría o Esther Delamare, en alusión a la humanitaria protagonista de una telenovela.

“En la actualidad soy la especialista principal del departamento, conmigo laboran tres trabajadores sociales más, quienes me ayudan en todo lo que haga falta y aunque estoy en edad de jubilación pienso proseguir trabajando hasta que Dios me dé fuerzas”.

Ahora cuenta con mejores condiciones para desempeñar sus funciones en el centro de atención a familiares de pacientes ingresados, abierto hace tres años, donde quienes permanecen en el hospital tienen a su disposición salones de estar con información actualizada las 24 horas, baños, servicios de cafetería y restaurante, entre otras facilidades.

Esta dinámica mujer se desempeña, además, como activista de menores en su lugar de residencia, secretaria general de la sección sindical y ostenta la condición de Vanguardia Nacional y Personalidad Destacada de la Salud.

Por eso acaba de ser distinguida como una de las holguineras merecedoras de la distinción 23 de Agosto De La Federación de Mujeres Cubanas (FMC)en el acto efectuado en Birán con motivo del cumpleaños 90 de Fidel, lo cual constituyó “uno de los mayores honores” en su larga trayectoria de 45 años como trabajadora social.