En todo convite existen protagonistas. Hablo de actividades que capitalizan, por disímiles motivos, la atención de los aficionados. Los Juegos Olímpicos no escapan de esa realidad y de una u otra manera, cada una de las 306 pruebas que se desarrollarán en los 28 deportes convocados en esta edición de Río de Janeiro 2016 despiertan interés y varios de ellos sobresalen en la preferencia del público.
La natación, indiscutiblemente, posee dicho rango. Junto al atletismo y la gimnasia artística, se erige como una de las grandes vedettes de los certámenes múltiples. No en balde las acciones en el campo y pista, y dentro de las piscinas, se colocan separadas, en el calendario de competencia, con el propósito de mantener en la cúspide el seguimiento de los juegos, amén de permitir que ambas sean apreciadas con detenimiento, sin que escape detalle alguno.
En la noche del sábado 6 se desarrollaron las primeras finales dentro de la alberca de la Arena Estadio Acuático Olímpico, con resultados a la altura de una cita de esta envergadura.
Lo más impresionante, por la espectacularidad que mantuvo desde su entrada al agua, corrió a cargo de Katinka Hosszu quien, literalmente, pulverizó la anterior plusmarca planetaria en los 400 metros combinados.
Justo a las 10: 49, hora local, la húngara comenzó su disertación, que la hizo estampar un nuevo tope universal al detener los cronómetros en 4: 26. 36 minutos, inferior en más de dos segundos-algo increíble en estos tiempos- a la cota estampada en Londres 2012 por Ye Shiwen, de 4:28. 43 min.
La china Shiwen fue ahora una gran decepción, pues en las eliminatorias apenas consiguió un tiempo de 4:45.86 min, que la colocó en el lugar 27, dejándola sin posibilidad alguna de incluirse en las finales y luchar por retener su título.
Volviendo a la magiar, la ondina estuvo todo el tiempo sola por el carril 4 pues la norteamericana Madeline Dirado (4:31.15 min) y la española Mireia Belmonte García (4:32. 39 min), no pudieron resistir el ritmo trepidante que estableció.
Con esta medalla, Katinka inaugura al fin su ascenso dentro de un podio olímpico y al mismo tiempo, lo que puede resultar una incursión fabulosa en Río, pues competirá en disímiles pruebas.
Antes, como expresión de su talento, acumuló 9 medallas en los Campeonatos Mundiales de la Federación Internacional de Natación (FINA) y otras 13 distinciones en torneos globales en piscinas de curso corto (25m).
Específicamente en los 400m combinados, se coronó en los Mundiales de Roma, en el 2009 (que generó una cantidad enorme de récords por la presencia de los trajes de poliuretano, ya eliminados); de Barcelona, en el 2013 y Kazán, en el 2015.
Poco después, la estafeta australiana femenina de 4x100m libre, no solo revalidó su título bajo los cinco aros, sino que consiguió el mejor registro de todos los tiempos, con 3:30.65 min minutos. Estados Unidos, con 3:31.89 min y Canadá, 3:32. 89 min se llevaron el resto de las preseas.
La marca mundial anterior también estaba en poder de las australianas, quienes en los Juegos de la Mancomunidad Británica de Glasgow, en el 2014, cronometraron 3:30.98 min.
En los 400m combinados Japón consiguió un desempeño brillante, agenciándose las medallas de oro y bronce. Kosuke Hagino, que en Londres finalizó tercero, terminó ahora en lo más alto, con 4:06.05 minutos, por delante del norteamericano Chase Kaliz (el favorito de muchos) y de su compatriota Daiya Seto, con 4:09.71min, quien ganó los Mundiales del 2013 y 2015.
En los 400m libre el australiano Mack Horton logró resistir el embate de Sung Yang en la recta conclusiva, y se colgó el oro con 3:41.55 min. El chino Yang, monarca en Londres y en los mundiales del 2013 y 2015, arrancó muy lento esta vez (a mitad de la competencia era sexto) y ello pesó enormemente al final.
Su tiempo fue de 3:41.68 min, mientras que el italiano Gabrielle Detti, sin hacer mucho ruido, ancló tercero con 3:43.49 min.
En la sesión eliminatoria matutina, (expresión de que en las olimpiadas cada compromiso se asume con entrega total, so pena de no pasar a la siguiente fase) el británico Adam Peaty consiguió el primer récord mundial de estos juegos en los 100m pecho, con 57:55 segundos, superior a su marca planetaria anterior de 57: 92segundos de abril de 2015.