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Orgullosos todos los latinoamericanos con nuestro primer oro olímpico en Río de Janeiro. Ojalá se lo hubiera colgado algún atleta cubano, pero no pudo ser. La judoca argentina Paula Pareto (-48 kg) logró el título inicial para la región y además, se convirtió en la única mujer dorada en la historia perteneciente a Juegos de Verano de esa nación sudamericana.
La pequeña de 1,50 metros derrochó todo el talento, digno de la experiencia de una atleta de 30 años, que, desde hace buen tiempo, está entre las mejores de su división.
En la olimpiada de Beijing ya había enseñado sus garras y pudo llevarse el bronce. También, se colgó el oro en el último Campeonato Mundial en Kazajistán. Ahora, logró ascender a lo más alto al derrotar en la final a la surcoreana Bokyeong Jeong en el tatami de la Arena Carioca.
Ese combate fue difícil. Incluso, la argentina recibió atención médica tras recibir un golpe de su rival. Sin embargo, nada impidió que ganara por wazaari.
Del futuro de esta gran deportista solo sabemos que quiere dedicarse a la medicina y a ser mamá. “Quiero hacer la residencia en traumatología o medicina del deporte, que son las cosas que más me llaman la atención”, dijo en una entrevista antes de Río.
