El regreso de la expresidenta Cristina Fernández a Buenos Aires dispara un nuevo capítulo en la disputa por el liderazgo opositor. El papel del justicialismo y las organizaciones sociales son las claves para entender, dice un cable de Prensa Latina.
La primera lectura de este retorno de Cristina a la capital argentina es su decisión de enfrentar cara a cara el escenario montado por el Gobierno de Mauricio Macri, quien intenta eclipsar la caída del consumo, la trepada de los precios, el aumento del desempleo y la permanente transferencia de recursos desde los sectores más vulnerables. Ellos cuentan con que la presencia de Fernández sea un factor de dispersión poderoso para contrarrestar la agenda de movilizaciones y paros gremiales en curso.
Una segunda lectura la vincula a la disputa por el liderazgo de una oposición que, hasta el momento, se ha mostrado más proclive a las pleitesías del oficialismo y réditos atomizados que a la querella real por las prioridades sociales.
En ese escenario, el Partido Justicialista (PJ) —el Peronismo— se desgaja entre los sectores de derecha que comulgan fervientemente con la agenda de Macri y los que plantean resguardarse en las banderas del Frente para la Victoria y sus 12 años de gestión. Pero hay otro sector, los que alientan una especie de tercera postura que termine por sintetizar todas las posiciones.
Este último grupo —mediadores se les puede llamar— es el que tiene el control del partido, cuyo máximo referente es el diputado José Luis Gioja, su titular a nivel nacional, quien pretende reunir a todos los sectores en un solo espacio y desde esa unidad pelear las elecciones legislativas del año próximo. Esta iniciativa es vista como una jugada inteligente, pero no ha logrado cohesionar a todas las partes.
El regreso de Cristina Fernández, reclamado por buena parte de la militancia, abre un nuevo capítulo en esa disputa interna que atraviesa al Peronismo. Su estado actual requiere verticalismo en su conducción y nadie, salvo ella, agrupa tantas fidelidades detrás de una hipotética candidatura. No obstante, algunos varones de la política sostienen que el futuro del partido es sin Cristina Fernández. Lo concreto es que ha dejado nerviosos tanto al oficialismo como a muchos que dicen estar en la misma vereda que Cristina, ¡vaya paradoja!