“Un evento agresivo sobre la próstata fomenta modificaciones malignas, por eso el uso de cojines con abertura ayuda a evitar la prostatitis o inflamación de la mencionada glándula. Este padecimiento no necesariamente deviene cáncer, por tanto la mejor manera de prevenir la temible enfermedad es chequeándose anualmente”.
Tras esta afirmación de Yiliam Castro Mericy, especialista en Medicina General Integral y Oncología Clínica, específicamente en tumores periféricos y uroncología, solo puedo pensar en que muchos hombres se preocupan por comprar este tipo de asiento para sus bicicletas y no por realizarse estudios como el Antígeno Prostático Específico (PSA) o el tacto rectal.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el prostático se registra como el segundo tipo de cáncer que más afecta a los hombres en el mundo y su detección temprana es la única manera de sobrevivirlo.
Acercamientos
Más frecuente en quienes entraron en la sexta década de vida y ahora con tendencia a aparecer en grupos etáreos entre los 50 y 55 años, el cáncer de próstata responde a la enfermedad maligna que afecta esa glándula perteneciente al órgano reproductor masculino.
“El adenocarcinoma de próstata es lo más común en la histología, sin embargo, el paciente puede presentar tumores como los neuroendocrinos, que llegan a tener un mal pronóstico. En oncología existen muchas enfermedades cuyo inicio es asintomático por cuanto debutan en etapas avanzadas.
“Los hombres que llegan a nuestras consultas refieren trastornos obstructivos urinarios, el chorro de orina es débil y se bifurca, pueden aparecer sangramientos, pujos o retención a la hora de verter ese líquido que desecha nuestro cuerpo”, especificó Castro Mericy.
La especialista destacó además, que ante esta sintomatología, la persona pudiera presentar una próstata aumentada de tamaño y sobrevienen los seguimientos médicos. Dolores en la región perineal y en los huesos son frecuentes en caso de que la afección se haya extendido más allá de la glándula prostática. Resulta común que la metástasis en este tipo de cáncer se manifieste en las estructuras óseas, aunque puede aparecer a niveles hepático o pulmonar.
“Muchas veces los pacientes comienzan a sufrir dolores en los huesos y cuando buscamos el tumor primario, estaba en la próstata”, aclaró la especialista. Aunque existen afectados con historia de este tipo de cáncer en familiares de primera línea, díganse padres o hermanos, la predisposición genética influye pero no es determinante. Las prostatitis crónicas y los traumatismos pueden desencadenar el mencionado padecimiento.
Para un diagnóstico completo
Mucho hemos recalcado en estas páginas las garantías de un diagnóstico temprano; para esta enfermedad eso también es una carta de triunfo:
“El Antígeno Prostático Específico es un método ineludible en la prescripción del carcinoma de esa glándula, en el establecimiento del estadio de la enfermedad y en el monitoreo de la terapia”, definió Mario González Rodríguez, licenciado en Radiofísica Médica y jefe del departamento de Medicina Nuclear del Hospital General Universitario Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus.
Según la propia fuente, “en la atención primaria se utiliza el Sistema Ultra Micro Analítico (Suma) para hacer los pesquisajes a pacientes de más de 40 años que posean indicaciones médicas. Así, en nuestro centro asumimos ensayos clínicos de cáncer de próstata y repetimos los análisis cuyas pruebas previas develan índices alterados”.
En la región central del país, solo Villa Clara y Sancti Spíritus cuentan con el servicio de Medicina Nuclear. En esta última provincia practican alrededor de 100 determinaciones mensuales y desde el 2011 ofrecen esta posibilidad a la población. Pero, ¿solo el PSA aporta datos suficientes para completar el dictamen de los especialistas?
“Si bien el PSA resulta esclarecedor en la formación de un criterio, el tacto rectal también lo es. El mencionado procedimiento permite al doctor conocer las características físicas de la glándula. Además, este puede elevarse por causas que no necesariamente responden a un cáncer, entre ellas la hiperplasia benigna, las relaciones sexuales, infartos prostáticos, cuando la persona se somete a manipulaciones por prácticas como el sondeo o cuando padece de prostatitis. Por tales razones, ambos métodos arman el cuadro clínico del afectado ante nuestros ojos”, aclaró la oncóloga Yiliam Castro.
Tanto la cirugía como la radioterapia devienen tratamientos básicos, aplicables en etapas tempranas de la enfermedad. La intervención quirúrgica es amplia porque supone una prostatectomía radical, donde los médicos extirpan la glándula prostática y algunos tejidos en torno a ella, por tanto resulta imprescindible que la enfermedad esté localizada.
De acuerdo con la opinión de los expertos, los tumores de próstata pueden calificarse como “nobles” porque, en general, responden rápidamente a terapias hormonales. En Cuba emplean el zoladex o las conocidas vacunas en el ombligo que se indican trimestralmente por períodos de un año o dos. El casodex, unido a ciertos antiandrógenos como la bicalutamida o la flutamida también se utiliza para contrarrestar el mal.
“Cuando los índices de PSA vuelven a la normalidad detenemos el tratamiento y, pasado un tiempo, lo reiniciamos. De esta manera, evitamos que la dolencia se haga hormonoresistente. En ese punto, cambiaríamos los medicamentos y en pacientes muy sintomáticos y polimetastásicos utilizaríamos la quimioterapia”, advirtió la especialista consultada.
Sin prejuicios
Para el año 2030 en el mundo prescribirán 22 millones de casos de cáncer. Así lo reconoce la OMS y subraya el notable crecimiento que sobreviene si añadimos que en el 2012 existían 14 millones de enfermos por esta causa. Ante las abrumadoras estadísticas solo nos queda, a través de la prevención, poner el tiempo a nuestro favor.
De acuerdo con Castro Mericy: “Un descubrimiento precoz del cáncer de próstata posibilita la evolución satisfactoria del aquejado. Sin embargo, aun cuando se diagnostica tardíamente, el pronóstico es optimista para quienes lo padecen, siempre que no hagan resistencia al tratamiento hormonal. Incluso, los pacientes que debutaron en una fase adelantada pueden sobrevivir de 5 a 10 años”.
Llevar una dieta sana, practicar ejercicios, no fumar ni ingerir bebidas alcohólicas, son medidas que siempre favorecen a nuestro organismo. Evitar traumas en la glándula prostática es una recomendación válida para los hombres, pero todos los expertos convergen en que la mejor manera de no sufrir la temible afección es chequeándose cada año.
Castro Mericy concluyó: “Tenemos que acabar con los prejuicios todavía existentes en torno a la práctica del tacto rectal, sobre todo por las alarmantes cifras de hombres jóvenes con alteraciones prostáticas. Este procedimiento médico, unido al PSA, le da la oportunidad al paciente de ganarle la partida a la muerte y, cuando la salud está en juego, los tabúes no deberían constituir un freno”.