Volvieron a Cuba. Retornar al país que los formó como profesionales siempre ha sido una añoranza, algunos lo habían pospuestos por disímiles razones, otros cumplido, pero incluso estos confiesan que eternamente quieren repetir la experiencia.
“Es que amamos a Cuba”, dijo Bui Hun Thin, uno de aquellos jóvenes que formó parte de los estudiantes vietnamitas que a finales de los años 60 del pasado siglo llegaron a la Mayor de las Antillas como parte del programa previsor del líder del país asiático, Ho Chi Min, de crear la columna técnica de la posguerra.
Thin, Mai, Thanh y Hong se hicieron arquitectos, intervinieron en la reconstrucción de su patria con la savia aprendida de profesores cubanos y han sido protagonistas del desarrollo de esta, también Thoa se graduó de ingeniera Química, todos en el actual Instituto Superior Politécnico Universitario José Antonio Echeverría (CUJAE).
Durante casi un mes han estado de visita en la Isla, viajaron al encuentro de sus compañeros de aula por La Habana, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey, Santiago de Cuba, Holguín se reencontraban con su segunda patria, se emocionaron al entrar a la CUJAE y recordar las aulas, a los profesores, esos que son portentos de la arquitectura cubana y que han dejado su huella en la formación de varias generaciones de profesionales, entre ellos Mario Coyula, Oscar Hernández, Antonio Quintana, Roberto Gottardi…
A pesar de las más de cuatro décadas transcurridas siguen hablando perfectamente el español incluso usando frases muy cubanas y los chistes de su etapa juvenil, saboreando la comida criolla y cantando las canciones de Nocturno, ese programa que les acompaño nostalgias, madrugadas, proyectos… Ellos aseguran que con el sol cubano han rejuvenecido y que es imposible olvidar el cariño y lo vivido.
El Che
Hasta Santa Clara también llegaron, aquí tienen a varios compañeros de curso, los buscaban a ellos y querían terminar el viaje reencontrándose con quien es legado universal, paradigma e inspiración de su generación: El Che.
En la Plaza Comandante Ernesto Guevara, en el Memorial que guarda los restos del Guerrillero Heroico y sus compañeros de guerrilla, fueron a rendirle tributo al Mayor de los Quijotes modernos.
“Sabíamos que uno de nuestros compañeros, el arquitecto Jorge Cao, había sido el proyectista de esta majestuosa obra, pero no teníamos idea de lo emocionante que es estar en ese sitio, lo que conmueve”.
En el Memorial todos se trasformaron, usaron pulóver guardados para la ocasión y que descubren su nacionalidad, era visible el cariño, el aprecio, el agradecimiento, se sentía el orgullo de haber preservado durante años la hermandad entre las dos naciones y el amor a sus gentes.
“Cuba está en lo más profundo de nuestro ser, la amistad cuando es verdadera, hermana”, afirmó uno de ellos claramente impresionado, mientras a otros se les humedecía la mirada en tanto todos realizaban su característica reverencia de respeto por los guerrilleros.