Por Orestes Eugellés Mena
La Federación Sindical Mundial en América en nombre de todas las organizaciones afiliadas del continente, condena el golpe de estado parlamentario-judicial contra la presidenta legítimamente electa de Brasil Dilma Rousseff y repudia el no reconocimiento del voto de 54 millones de brasileros a la mandataria.
En la declaración, la FSM apoya el amplio rechazo e indignación manifestada en las calles bajo la consigna de ¡No al golpe y fuera Temer!, por el pueblo agrupado en el combativo movimiento sindical y demás organizaciones sociales y de masas.
También la organización clasista internacional denuncia que los verdaderos culpables de tan detestables sucesos son los sectores de la derecha representantes de la oligarquía brasilera, en confabulación con la prensa reaccionaria y con el abierto apoyo de las transnacionales de la comunicación y el imperialismo.
El mensaje transmitido a todas las organizaciones obreras, progresistas y amigas del orbe, revela las verdaderos intenciones del golpe de estado parlamentario-judicial de atacar el proceso democrático brasileño y desmontar los importantes programas sociales de sensible impacto en la población más pobre.
En contraste implantar un gobierno neoliberal que acabe con las conquistas sociales alcanzadas y que posibilite el saqueo de las riquezas naturales del pueblo brasilero por parte de las grandes empresas transnacionales, subordinando su política exterior a los intereses hegemónicos imperialistas.
La Federación Sindical Mundial declara que este golpe de nuevo tipo conspira contra el importante impulso de los gobiernos de Lula y Dilma a un Brasil defensor de causas justas en el plano internacional e inspirador de la unidad y la integración latinoamericana y caribeña.
Y señala, es una agresión contra la CELAC, UNASUR y forma parte de la contraofensiva reaccionaria contra los procesos progresistas de la región y dirigido frente a los BRICS, poderoso conjunto desafiante de la hegemonía estadounidense.
Por último, la FSM reitera el apoyo resuelto al movimiento sindical de lucha en Brasil y su solidaridad irrestricta con el pueblo y el legítimo gobierno de este hermano país encabezado por su Presidenta Dilma Rousseff.