Aun cuando desde antes tenía ideas muy firmes en relación con el movimiento obrero y sindical, desde el instante mismo del triunfo de la Revolución Fidel Castro Ruz dedicó especial atención al papel que habría de desempeñar la gran masa que lo conformaba en la consolidación de la victoria.
Un estudio llevado a cabo por un equipo del Instituto de Historia de Cuba, lidereado por la doctora Dolores Guerra López, les permitió establecer tres espacios temporales muy destacados, que la investigadora accedió a comentar para Trabajadores:
– De 1959 a 1961: Es la etapa en que, el 1° de enero de 1959, llama a los trabajadores a la huelga general revolucionaria para impedir el golpe de Estado fraguado en la Ciudad Militar de Columbia, y a apoyar la Revolución. En ella, la unidad revolucionaria es una constante en su pensamiento, porque se impone unir a todos los sectores en torno al proceso, y sobre todo trabajar en contra del mujalismo.
– De 1961 a 1975: Es el período de consolidación de su pensamiento en cuanto a lo que es el movimiento trabajador, y los obreros en particular. En ella centra su atención, principalmente en el papel que le corresponde a la mujer; en cómo el sector femenino debe incorporarse más profundamente, para lo cual se crean muchos empleos y se emprende la creación de condiciones que les permitan desempeñarlos.
En segundo orden figura el concepto de que la clase obrera es la médula dorsal de la Revolución. Está convencido de que al movimiento sindical corresponde la avanzada en la consolidación del proceso revolucionario socialista, porque la clase obrera tiene un papel protagónico en los distintos sectores de la población.
Esa etapa se consolida con la celebración del I Congreso del Partido, cuyos lineamientos y Plataforma Programática reservan un espacio muy importante a los trabajadores.
– De 1975 a 1990: Es la etapa en que se procede a la rectificación de errores y tendencias negativas, en virtud de lo cual se adoptan medidas muy importantes desde la perspectiva de la incorporación de los trabajadores al sistema político. En su transcurrir, Fidel emerge como abanderado de la batalla por el no pago de la deuda externa; ya Cuba está abriéndose hacia América Latina e incorpora el movimiento sindical más ampliamente. La referida batalla suma a todo el continente desde el punto de vista del sector de los trabajadores.
Es el momento de mayor ascendencia de la clase obrera en el sistema político mundial, sobre todo en América Latina, en el cual Cuba abre las puertas a numerosos eventos que se llevan a cabo con respecto al tema de la deuda.
La especialista alude a una cuarta etapa, la actual, en la que los trabajadores están inmersos en el sistema político cubano, y al movimiento obrero y sindical le corresponde un papel fundamental en la implementación de los lineamientos a establecer, a tono con las características que va adquiriendo la sociedad.
“En la actualidad, cuando ya Fidel no hace tantas intervenciones públicas, a pesar de estar muy centrado en los problemas de la sociedad, los trabajadores siguen ocupando un lugar en su pensamiento”, precisa la doctora Guerra López.
Acerca del autor
Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.