Justo después de que las páginas de Elogio a los poetas y yo dejáramos de ser desconocidas, en ese gesto de presentación entre lector-texto que es devorar un libro, entendí la coherencia entre su portada y el interior. El de Virgilio López Lemus (Fomento, 1946) es un ejemplar de reminiscencias, de impresiones, de admirar a los amigos y compartir una taza de café. Solo que no hablamos de amistades comunes, sino de la cercanía del autor con otros grandes de las letras cubanas.
Dulce María Loynaz, Ángel Augier, Loló de la Torriente, Gastón Baquero, Samuel Feijóo, Cleva Solís, José Lezama Lima, Carilda Oliver Labra, Rafaela Chacón Nardi, Félix Pita Rodríguez, Alejo Carpentier, Pablo Armando Fernández, César López, Rafael Alcides Pérez, Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí), Luis Carbonell… una constelación que bajó a la pluma de López Lemus para corporeizar sus recuerdos, los episodios vividos junto a personalidades que no dejaron de serlo ni al compartir a su lado situaciones cotidianas.
Elogio de los poetas es uno de los 11 títulos que se estrenaron en el stand de Ediciones Luminaria durante la 25 Feria Internacional del Libro, que revoluciona la vida cultural de Sancti Spíritus desde el 18 y hasta el 24 de abril. La apertura del punto de venta perteneciente a la mencionada casa editora coincidió con la presentación del texto de López Lemus, el trigésimo cuarto de su prolífera carrera.
En ese espacio, el profesor Fernando Rodríguez Sosa comentó: “Elogio de los poetas no es un libro de memorias sino una mezcla de crónica y reflexión. Contiene 16 textos que constituyen un acercamiento a la literatura cubana, al tiempo que devela un matiz de divertimento, siempre insertado en los presupuestos ideoestéticos de Virgilio”.
Quinientos ejemplares se pusieron a disposición del público, no solo de este sino de los 38 libros (entre novedades y reediciones) que representan a Luminaria en la fiesta de las letras. Narrativa infantil, poesía, testimonio y otros géneros ocuparon los anaqueles del saber.
Disímiles historias de autores locales atrajeron a los espectadores, pero, Elogio de los poetas refleja el mundo interno de quienes han erigido el catálogo de la literatura nacional, esos líricos a los que admiramos desde que abrimos los ojos a la lectura.
Estamos ante un título que deviene gesto explícito de humildad, porque López Lemus es también una joya entre los letrados cubanos. Antologías suyas como Doscientos años de poesía cubana (1790-1990), Laurel de libres y Candoroso Verano han sido publicadas en España, Cuba, Italia y Brasil.
Ese es uno de sus tantos méritos, sin embargo, ha decidido loar a sus homólogos desde la gratitud de haberlos conocido, sin grandilocuencias ni pedestales mediante, solo desde la carne, el hueso, el corazón… porque como él mismo concluyera en el nuevo relato que propone: “vivir junto o cerca de ellos, hizo de mi vida un suceso interesante”.