Pudiera decirse que Susana Lee aprendió bien la lección, o mejor dicho, que superó todas las expectativas reservadas por la vida para ella. Se enfrentó al periodismo cuando ni siquiera sabía a ciencia cierta el significado de esta profesión de servicio público y escaló sus peldaños poco a poco, pero con el compromiso de la entrega absoluta al trabajo.
Primero en las páginas del periódico Hoy*, luego en Granma y en Juventud Rebelde**, Susana descubrió en la letra impresa, en el papel entintado que para muchos de los de su generación tenía un encanto especial, una verdadera vocación que recién la ha hecho acreedora —¡enhorabuena!— del Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida.
Un reconocimiento de tal magnitud premia, sin lugar a dudas, la labor de años pero, además, tiene el valor agregado de resumir el respeto de sus colegas, mucho más por estos días en que guarda reposo en casa.
Basta pronunciar su nombre para enlazar su historia personal con la de esos diarios, y también con sucesos trascendentales como lo fue el surgimiento del Poder Popular en nuestro país y el quehacer de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), organización que nunca ha dejado de valorarla.
En su alma de mujer sencilla y agradecida, Fidel siempre ha sido un motivo inspirador, por lo que recibir tal estímulo justo en el año en que el Comandante en Jefe celebra su 90 cumpleaños, tiene una gran significación.
La primera cobertura
En el Instituto de La Habana, donde cursaba el bachillerato, Susana se ocupaba de las efemérides y redactaba comunicados, primero de la Asociación de Jóvenes Rebeldes y luego de la Unión de Jóvenes Comunistas. Ese fue el aval que la llevó a presentarse en el periódico Hoy —impulsada en aquellos momentos por la necesidad de personal— y la génesis de su llegada al periodismo.
Así, entre teclear en una máquina de escribir empleando solo dos o tres dedos y sin dominar el argot profesional, dio cobertura a un acto en el cineteatro Payret, organizado por el otrora Sindicato de Artes y Espectáculos (hoy de los Trabajadores de la Cultura).
Ya en la redacción encontró la ayuda de dos periodistas —una de las cuales era Carmen Alfonso, en la actualidad jubilada de nuestro medio—, pero su nota poco sirvió y, una vez mejorada por el jefe de redacción, se publicó sin su crédito. En aquel entonces Susana pensaba que su paso por el periodismo sería casual. ¡Cuán equivocada estaba!
Un Primero de Mayo, una carta y Fidel
Aquella noche de octubre de 1965, víspera del nacimiento del periódico Granma, cuando Fidel en la intersección de las calles de Prado y Teniente Rey se reunió con los trabajadores de Hoy para explicarles que este se fundiría con Revolución, no fue la primera vez que Susana vio en persona al líder histórico.
Primero lo había encontrado en 1960 en una exposición de productos soviéticos, pero fue en el año 1964, cuando “cubrió” el Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución, que lo tuvo cerca. En ese momento Susana portaba una carta de un grupo de científicos de la provincia de Villa Clara, quienes le habían pedido que trasladara al Comandante en Jefe una solicitud de encuentro, pues estaban muy interesados en explicarle algunas ideas para elevar los rendimientos de algunos cultivos.
Eran los primeros años de la Revolución y Fidel, junto a otros dirigentes, encabezaba la marcha. Ella andaba con el documento cuando la vida le dio la oportunidad de tenerlo cerca. “Estaba cubriendo el acto, llegué a su lado, y no me salían las palabras. Hasta que le dije: ¡Comandante!, él se viró y yo le expliqué lo sucedido, le di el papel, lo guardó en el bolsillo de la chaqueta. Unos días después los investigadores vinieron a verme al periódico y me dijeron que esa noche los había citado, que al final de la jornada me iban a buscar. Así ocurrió y en agradecimiento me invitaron a Tropicana”.
Granma, desde el comienzo
El colectivo de Hoy —como era costumbre— se había reunido en una “fiestecita” cuando se recibió una llamada telefónica. Todos debían presentarse de inmediato en la sede del periódico. “No sabíamos lo que iba a pasar —contó Susana—. Al llegar se comentaba, entre otros asuntos, la fusión de Hoy y Revolución.
“Luego vimos que se organizaba un local, como para celebrar un acto. Ya Horacio, un caricaturista, estaba haciendo el logotipo y tenía en su mesa varios cartoncitos con el nombre de Granma, al parecer ya él lo sabía. Se decía que Fidel venía, y en un momento dado apareció y habló. Al otro día, con fecha 4 de octubre de 1965, salió el primer número”.
Desde entonces, Susana ha dedicado su vida a reflejar en sus páginas el día a día de un país, desde la epidemia del dengue en 1981 (cuando regresó a Granma luego de prestar servicio durante 15 años en Juventud Rebelde) hasta más recientemente ocuparse de la sección Cartas a la dirección, donde puede palpar las preocupaciones, inquietudes y avatares de su pueblo por construir una Cuba mejor.
“Para una es más fácil escribir de lo bueno, no de los problemas que tenemos con los salarios, con los precios, con la vivienda, o de la lucha cotidiana de la gente con el transporte. Elson Concepción (periodista de Granma ya jubilado) me decía: ‘tú estás disgustada’. Yo le respondía que quisiera que las cosas fueran de otra manera”.
Sin ánimo de tomar el magisterio de la mano, colegas de varias generaciones la consideran una Maestra. Profe, le dicen muchos, pero ella se define, ante todo, como una revolucionaria.
Por la Revolución lo ha entregado todo y en su líder ha visto no solo el ejemplo, sino la síntesis de un proceso al cual se sumó prácticamente desde su adolescencia, y en lo cual influyó el ejemplo de su madre.
El periodismo, un tesoro
El periodismo ha sido su tesoro, el medio para acercarse al pueblo, resaltar sus logros, denunciar lo mal hecho. “La historia de la Revolución está en los periódicos, a estos tienen que acudir los historiadores, los jóvenes periodistas, los comunicadores.
“Cuando se quiera saber del Poder Popular, de economía, de la CTC (además de Trabajadores), tendrán que leerme. Podré haberlo escrito bien o mal, me podré haber equivocado, estarán o no de acuerdo. Todo eso es verdad, pero es la fuente”.
La otra satisfacción que le ha dado el periodismo es la oportunidad de conocer de cerca y compartir con Fidel. “Si no hubiera sido periodista, quizás sería una buena abogada, pero él no habría asistido a ningún juicio.
“Indiscutiblemente tuve esa suerte. Guardo muchos trabajos en los cuales él ha opinado. Ha sido muy deferente conmigo. No todo ha sido un lecho de rosas, me ha hecho críticas fuertes, se ha puesto bravo, pero también ha tenido gestos”.
Premio a un sacrificio
Este año la presidencia nacional de la Unión de Periodistas de Cuba decidió otorgar de forma excepcional tres premios José Martí por la obra de la vida, en homenaje al 90 cumpleaños del líder de la Revolución cubana, quien también ostenta dicho reconocimiento.
Según señaló Susana, en la lista de nominados había personas con muchos valores, incluso mayores que ella en edad y con más tiempo en la profesión.
“Me siento muy honrada porque el estímulo se haya otorgado, además, a Pantoja*** y a Pedro****; a quienes les tengo aprecio profesional y personal. Son compañeros de provincia, muy consagrados al trabajo. Y lo agradezco doble, porque ha sido precisamente en el año del 90 cumpleaños del Comandante”.
*Diario del Partido Socialista Popular. Luego se fundió con Revolución y dio origen al periódico Granma.
**Laboró en ese órgano desde 1966 y hasta 1981.
***Luis Orlando Pantoja Veitía, locutor y director de programas de la emisora villaclareña CMHW.
****Pedro Méndez Suárez, caricaturista, fundador y director de la publicación humorística Melaíto.