Los arquitectos Roberto Gottardi Folín y Augusto Rivero Más son los nominados al Premio Vida y Obra de la especialidad en el 2016, máxima condecoración que concede la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba, a quienes sobresalgan por la calidad y vigencia de su quehacer como técnicos, tanto en la construcción como en la docencia.
El reconocimiento se hará este lunes, en acto solemne que tendrá por sede la Universidad de San Gerónimo de La Habana.
Gottardi Folín, nacido en Italia, llegó a la mayor de las Antillas en plena efervescencia del triunfo revolucionario de 1959. Cuando no pocos profesionales optaron por el éxodo masivo hacia los Estados Unidos, el joven profesional apostó venir hacia la nación caribeña.
En su currículo destaca el haber trabajado como diseñador, escenógrafo y profesor de la Facultad de Arquitectura en la capital cubana, y en la remodelación de viejas edificaciones, donde primó la creatividad y la belleza.
Durante la primera mitad de la década de los años 60 laboró como coautor de las Escuelas de Arte de la Habana junto a Ricardo Porro y Vittorio Garatti. Fue un proyecto al que no pocos reconocen la sapiencia de conjugar modernidad y tradición de manera equilibrada.
Importantes reconocimientos nacionales e internacionales ha recibido este veneciano, creador del diseño de la Escuela Nacional de Artes Escénicas, en cuya recuperación y modificación está inmerso desde el año 2000.
Por su parte, el santiaguero Rivero Más tuvo su primera obra con la escalinata de la entrada de la Escuela de Ballet, pues participaba como dibujante y proyectista en el taller que ejecutaba las Escuelas Nacionales de Arte.
Graduado como arquitecto labora por nueve años en la antigua provincia de Oriente, muy asociado con programas de urbanismo y también tuvo tiempo para, como docente, convertirse en fundador de la naciente escuela de Arquitectura de la Universidad de aquella región.
De vuelta a La Habana ejecuta obras de especial significación como el Mausoleo a los Mártires de Artemisa y otras relacionadas con el desarrollo cultural y del turismo. Su impronta se asocia también a innumerables proyectos de ambientación, algunos de ellos vinculados con figuras históricas como el Mayor General Antonio Maceo y el líder africano Amílcar Cabral.
El Día del Arquitecto cubano quedó instituido en 1935, durante la Asamblea Nacional de esos profesionales realizada en Matanzas, con el fin de recordar de manera permanente la apertura oficial dos años antes, del Colegio que representaría a los graduados de esa especialidad en todo el país.
En 1957 la efeméride adquiere una connotación histórica, para perpetuar el homenaje a los jóvenes que se alzaron contra la tiranía de turno asaltando al Palacio Presidencial y con la toma a la emisora Radio Reloj. Esta acción fue liderada por el dirigente José Antonio Echeverría, estudiante de Arquitectura y presidente de la Federación Estudiantil Universitaria.