La extensión universitaria pudiera parecer un fenómeno abstracto. Pero si nos percatamos de la participación de los estudiantes en la reanimación de pueblos y ciudades, en el apoyo a las elecciones y en otras tareas, entonces se comprenderá con exactitud de qué se trata.
Hoy las sociedades modernas no pueden prescindir de esta fuerza joven y renovadora que, bajo la guía de los profesores, contribuye —sobre la base de investigaciones, proyectos y prácticas prelaborales— a resolver diversos problemas del quehacer cotidiano. De ahí que el extensionismo, como un proceso sustantivo de la Educación Superior (ES), resulte esencial para la actualización de nuestro modelo económico y para el desarrollo del país.
A propósito de ello, esta semana —como parte del 10° Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2016— se impartirá el XIII Taller Internacional de Extensión Universitaria, el cual presidirá el doctor Gil Ramón, viceministro de Educación Superior.
Una visión autorizada
Con vasta experiencia en estos temas, primero como rector de la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca y con posterioridad de la Universidad Agraria de La Habana (ubicada en la actualidad en la provincia de Mayabeque), Gil Ramón resaltó la validez de tal actividad, que supera lo meramente cultural y deportivo.
En noviembre del año 2011 participó en el XI Congreso Iberoamericano de Extensión Universitaria celebrado en Santa Fe, Argentina, y allí comprobó la importancia que las autoridades de la Educación Superior le proporcionaban al asunto mediante la asignación de altos presupuestos, convocatorias de proyectos y otras iniciativas.
“La extensión universitaria tiene personalidad propia, es un proceso que se da inmerso en los demás, desde la docencia, la investigación, y en su desarrollo resulta necesaria una mayor integración con los mismos. Estamos obligados a hacer muchas cosas en este campo e identificar y comunicar mejor lo que se hace, pues a veces no se reconoce el impacto de los proyectos que se ejecutan”, enfatizó Gil Ramón.
“Cuando los estudiantes hacen una obra de teatro enseguida la quieren presentar. Lo mismo sucede con los científicos cuando obtienen resultados. Eso es extensión universitaria; se deja atrás la investigación para pasar a la promoción de algo que puede ser nuevo en la cultura y en el conocimiento; imprescindibles para enfrentar las transformaciones de la sociedad y de la propia universidad para ser más pertinente”.
Señaló que es imprescindible de reforzar más el tema de los proyectos. “Ahí —dijo— los de otros países latinoamericanos nos llevan un tramo, sobre todo los argentinos y los brasileños. Para lograr mayor participación del entorno social en la formación del profesional, ellos se han visto necesitados de hacerlo de una forma más práctica, pues al no estar concebido en los currículos lo tratan de resolver por la vía del extensionismo.
“Nosotros, en cambio, tenemos un sistema donde el contacto del alumno con la práctica preprofesional se concibe en la propia universidad; desde el primer año hay vínculos y acercamiento con la profesión. La batalla la hemos ganado, pero nos falta que los muchachos se vinculen más con la realidad social mediante los proyectos extensionistas y las llamadas tareas de impacto. La influencia de estas actividades en la formación es insustituible”.
Consideró imprescindible capacitar y encontrar los actores sociales de las comunidades; “fajarnos” con los grandes problemas, a lo cual hay que incorporar a los estudiantes, “que considero la fuerza más revolucionaria en las universidades. Ellos tienen que sentirse útiles, conocer la importancia de la tarea. De lo contrario asistirán, pero no participarán”.
Entre otros ejemplos de nuestra cotidianidad, el Viceministro resaltó el desempeño exitoso de los universitarios en su rol de observadores en las elecciones celebradas en abril del pasado año, cuando también intervinieron profesores, experiencia que fue evaluada de muy positiva por las autoridades electorales.
Y más recientemente —comentó— cumplieron similar misión en el proceso de las asambleas de rendición de cuentas de los delegados del Poder Popular, labor valorada por la dirección del Parlamento; así como la vinculación de los universitarios como profesores en la enseñanza media.
Universidad de Oriente, extensionista por naturaleza
“A través de la extensión la Universidad se expresa en la sociedad, se visibiliza, se encauza, obtiene el reconocimiento de su pertinencia”, afirmó el máster Víctor Hugo Leyva Sojo, a propósito de entrevistarlo sobre el tema.
El director de Extensión Universitaria en la Universidad de Oriente explicó que la institución se creó desde sus inicios con el encargo social de preservar, desarrollar y promover la cultura. “No se trata solo de un centro para la formación de profesionales, sino un espacio de construcción y difusión de conocimientos”.
El periodista devenido profesor expresó que los saberes que van creciendo en el entorno universitario no tendrían sentido si no se ponen en función de comprender, analizar y transformar lo que ocurre en la sociedad. Por lo tanto, cada entidad busca las vías, los métodos o formas para hacerlo, y esas acciones dan forma al extensionismo, que no es algo único olo más importante, sino hay que verlo en su integración con el resto de los procesos sustantivos. “Desde lo académico el estudiante se apropia, de conjunto con sus docentes, de la cultura de cada profesión y, al mismo tiempo desarrolla la capacidad de promoverla, de darla a conocer. Esos saberes se enriquecen a través de la investigación en busca de soluciones teniendo la ciencia como base”, subrayó.
Se refirió al concepto errado de que la extensión solo se relaciona con lo artístico, sin embargo está presente cuando la Universidad trasciende sus muros y ofrece soluciones, información, análisis, conocimiento.
“La tendencia actual —agregó— es la gestión a partir de proyectos extensionistas en cada una de las carreras, que tengan como premisas la cultura de la profesión, el protagonismo de estudiantes y profesores, así como la utilidad de esas acciones para que, a partir del conocimiento, contribuyan al avance de la sociedad.
“Es una forma, desde la estrategia educativa, de integrar todas las iniciativas que evidencien la formación de cada futuro profesional y su pertinencia, mucho más en un momento como el que vive el país en que la actualización del modelo económico debe hacerse desde bases sólidas que implican la cultura en su sentido amplio”.
En el caso particular de la Universidad de Oriente esos proyectos se han expresado en la participación de estudiantes y profesores en la recuperación tras el paso del huracán Sandy, el proceso de reanimación de la ciudad por su aniversario 500, el seguimiento a las elecciones, la comprobación nacional del control interno, el estudio e intervención en las comunidades, las estrategias para la gestión medioambiental, los proyectos de desarrollo local y los diferentes eventos culturales, entre otras muchas acciones.
“El protagonismo de estudiantes, profesores y trabajadores en cada proceso, evento, espacio que busque soluciones o promueva el debate para la promoción y construcción del conocimiento en Santiago de Cuba busca ser consecuente con los principios que le dieron origen en 1947. Una universidad que surgió como reclamo y lucha de la sociedad oriental y, por lo tanto, esa vocación de servicio y utilidad pública sigue marcando nuestro devenir”, aseveró.