En su rostro asoma la tristeza, pero su verbo es dulce y convincente como el de un sabio. José Mujica, senador, expresidente, guerrillero, es, sobre todo, un amante de la vida y del hombre. Escucharlo (o leerlo) es una oportunidad.
Cuba y los cubanos
Lo que más dio la Revolución a los cubanos no fueron triunfos materiales, le dio dignidad a un país que habían transformado en un prostíbulo de lujo.
Yo conocí a la isla allá por el 1960. Era un hermoso caos romántico. Luego la Revolución se fue asentando, construyendo. Volví en pleno auge del periodo especial, y ahí sí que fue heroica la conducta del pueblo cubano. Se necesita mucho coraje y devoción, para ser heroico durante años, aguantando privaciones de las más elementales.
Ahora veo que viene mejorando, es un proceso que va a seguir porque es adulto. Están impulsando un conjunto de reformas que ojalá les permitan conservar lo esencial: los sistemas de educación, de salud, y de asistencia a la gente, así como incentivar la creatividad para seguir resolviendo los problemas.
Relaciones con Estados Unidos
Por delante tienen el desafío de que empiecen a llegar muchos gringos, pero no olviden nunca que ustedes no son sirvientes, son los dueños. Tengan dignidad, hagan el amor, no se prostituyan.
Ustedes tienen un punto en contra, el mismo de México con aquello que decía Porfirio Díaz: “Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Pero también tienen uno enorme a favor: el pueblo cubano, que es el de más cultura y conocimientos de América Latina.
Las nuevas relaciones son una potencial fuente de recursos económicos para un país que ha estado mucho tiempo aislado y ha sufrido las consecuencias del bloqueo. La gente tiene una sola vida, me parece lógico que luche y sueñe para que sea mejor.
El peligro es confundir cacharro, riqueza eventual, o mercadería, con felicidad. Perderían si hipotecan esa alegría de vivir, esa apertura, esa hospitalidad, esa disponibilidad en las caderas para bailar.
Tienen que conservar eso y, a la vez, tener trabajo y explotar los recursos propios, como esos portales de La Habana. Si les lavan la cara, tendrán la capital más linda de América, pero si caen en la bobada de que hacer “torres pa’arriba” es progresar, terminarán vendiendo la mejor carta de atracción que tienen. De lo que hablo con esta imagen de la arquitectura, es de no perder la identidad del pueblo cubano.
¿Insustituible?
Yo no creo en los hombres insustituibles. Creo en las causas insustituibles. La vida tiene que ser renovación, y si un partido no es capaz de generar direcciones que garanticen la sucesión, está muerto. Por supuesto que hay hombres difíciles de sustituir. El agujero de Fidel Castro, por ejemplo, no lo puede tapar un solo tipo, pero tendrá que haber 10 o 15 que sean capaces. Para eso es el esfuerzo colectivo.
En qué ha fallado la izquierda
La izquierda nunca gana definitivamente, y tampoco gana la derecha definitivamente. La historia humana es pendular, se mueve en un sentido y en otro.
Lo que existe de progreso social en las sociedades modernas, aunque sean manejadas por la derecha, en algún momento fueron banderas de grupos de izquierda que pelearon por eso. La ley de 8 horas le costó a los movimientos anarquistas muertos, a patadas, y el reconocimiento de los sindicatos fue otra lucha.
Pero también hay una cara conservadora de la Humanidad, cuando esta se abroquela y se transforma en violenta y negativa a las libertades, llega el fascismo que es la patología de lo conservador.
La patología de la Izquierda es confundir deseos con realidad, plantearse no utopías, sino quimeras, cosas imposibles.
Permanentemente la historia se mueve entre estas cosas y por eso nunca nos podrán derrotar.
Futuro de la Celac
Tenemos que cuidar los espacios donde nos juntamos los latinoamericanos, debemos conservarlos y profundizarlos. La Celac va a tener dificultades pero es una causa que vale la pena, aunque sea un campo de batalla. La ansiedad no puede llevarnos al infantilismo.
La Celac y Unasur son importantes en la misma medida en que estemos todos. Para eso tenemos que aguantarnos con gente que piense distinto, tener la inteligencia de respetar esa diversidad, no calentarnos por las contradicciones que siempre van a aparecer.
Junto a Jorge Abelardo Rama, pienso que los latinoamericanos logramos fundar países, pero todavía tenemos una causa fracasada, que es no haber fundado la nación.
Egoísmo vs civilización
La humanidad tendrá que superar el egoísmo de esta civilización, que por un lado nos dio 40 años más de vida promedio, pero que también nos chupó la sangre, nos metió guerras y ahora mismo tenemos el desafío de que si seguimos con la cultura del derroche, vamos a estropear el planeta. Tenemos que luchar por sociedades más racionales.
Por cada ciudadano estamos haciendo 5 kilos de basura más por año. Así transformaremos al mundo en un basural. Son las contracaras de la civilización que ha creado el capitalismo, pero estamos inmersas en ellas, y muchos de esos problemas no los arregla ningún país solo, sino la humanidad con acuerdos.
Hace poco se juntaron los presidentes y discutieron días cosas que sabemos desde hace más de 30 años. Al parecer los países centrales hicieron un compromiso, pero ahora el precio del petróleo bajó a 30 dólares el barril. Cuál es el peligro, que las fuentes alternativas de energías no contaminantes no son competitivas, si haces molinos de viento y colocas celdas fotovoltaicas, la energía sale más cara. Veremos entonces qué hacen las economías centrales.
Economía vs felicidad
Hace mucho tiempo, hasta Adam Smith más o menos, la filosofía, la ética y la economía marchaban relativamente juntas. Después del mercado, esta última comenzó a separarse de la filosofía y en buena medida, de la ética. Hoy, la política está copada por la economía funcional capitalista.
No niego ni negaré jamás su importancia, pero tampoco puedo ocultar que las decisiones más importantes de la vida de la gente, casi no tenían nada que ver con la economía: Que te enamoraste en una esquina, que sentiste un dolor bárbaro cuando se fue tu madre o tu viejo, que se te vino el mundo abajo cuando un amigo te traicionó…; nada tienen que ver esas cosas con la economía.
Quiere decir esto que los seres humanos tenemos otras cosas importantes, entre ellas la felicidad, el sentirse útil, el tener una familia, hijos, un puñado de amigos con los cuales llorar, confesar nuestras debilidades… La gente no debe hipotecar eso.
El nuevo proletariado
En mi época llamábamos proletariado a unos tipos con gorras, pero frente a la explosión tecnológica, la informática, y al mundo que se viene, el nuevo proletariado son los universitarios.
El trabajo bruto no dejará plusvalía, o será muy poca; ahora vale la del trabajador calificado, que por muy capacitado que sea, seguirá vendiendo su fuerza de trabajo, aunque algunos crean que pertenecen a otra categoría.
La contrapartida que debe pagar el sistema por eso es tener trabajadores que no necesariamente serán cultos, pero sí, al menos, instruidos, y uno piensa que es más difícil arriar a esos que a los que no han tenido oportunidad de acumular conocimientos.
La guerra es un camino estúpido
En cualquier conflicto contemporáneo mueren menos soldados y más población civil que en las grandes guerras, por eso la guerra es hoy un camino estúpido, en ella se ha disparado la tecnología, y está a favor de los que tiene dinero. En general, los conflictos armados no son la cara reivindicativa de la historia.
Esto no quiere decir que no se puede luchar. No es un curso de cordero lo que la humanidad tiene que hacer. Es darse cuenta de que hay otras formas para llevar adelante la lucha y así, tal vez, algún día el hombre habrá salido de la prehistoria.
La verdadera libertad
La vida es corta, el milagro más grande que tenemos es la vida y se nos va. Con plata podrás comprar cualquier cosa menos años de vida. Si te transformas en una máquina de consumir tendrás tiempo para todo menos para lo más importante que son tus hijos, tus amigos, tu cariño y para hacer lo que te gusta.
La vida sobria, aprender a vivir ligero de equipaje, con lo necesario, es una defensa de la libertad. El que no aprende a ser feliz con poco, no lo será con nada.
Guerrillero y maestro
Soy un francotirador de ideas. Ando dando una vueltita por el mundo, hablando sobre todo en las universidades, a los muchachos. No soy un ídolo de la juventud. Me agarran como tabla de salvación, así que es más bien lo contrario.
Yo les pido que aprovechen y vivan con la mayor intensidad, pues la vida es una y es hermosa, hay que defendería, cuidarla y vivirla. Aunque como decía Yupanqui, unos trabajan pal trueno y pa´ otro es la llovizna.
Es un privilegio escuchar las palabras de este grande de nuestra América.
Su filosofía y conducta son ejemplos a seguir.
Es un filósofo con lenguaje de pueblo. Tiene una amplitud en las ideas que se le escapan, si acaso, muy pocas cosas en las que no haya pensado.
Leerlo o escucharlo es sentir que uno pudo decir lo mismo,lo que pasa es, senciallamente, que no se tuvo la capacida de pensar con la sagacidad de él.