Por Alina Martínez y Felipa Suárez
“Fidel fue al asalto del cielo con las doctrinas de Martí en el corazón”, destacó Katiuska Blanco, investigadora, escritora y periodista cubana, al intervenir en el panel sobre la continuidad de pensamiento y acción de Martí y Fidel, efectuado en la tarde de este miércoles, como parte del II Coloquio Internacional Con todos y para el bien de todos que se celebra en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, quien fungió como moderador, calificó a este panel de lujo y presentó a sus integrantes: Frei Betto , escritor y teólogo brasileño y, el doctor Atilio Borón, politólogo y ensayista argentino, ambos merecedores del Premio Internacional José Martí de la UNESCO; el doctor Ignacio Ramonet, politólogo, escritor y , periodista hispano francés, fundador del Movimiento Altermundista; la propia Katiuska, autora de varios libros sobre el Comandante en Jefe; y el doctor Federico Mayor Zaragoza, relevante intelectual español, presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex-director de la UNESCO.
Ramonet recordó que desde la adolescencia, a través de las páginas de la popular revista cubana Bohemia, supo de Fidel y de las actividades del Movimiento 26 de Julio que él lidereaba, y que mientras otros muchachos tenían en esa época como héroes a personajes hollywodenses, el suyo era Fidel Castro.
Aunque lo conocía teóricamente, cuando se encontró con él por primera vez , en los años 70 del pasado sigl,o le impactó enormemente. La primera vez que hablaron comprobó que tenía ideas que surgían a borbotones, de gran originalidad, que abordaba con argumentos nuevos. Pocos hombres como Fidel, dijo, han conocido la gloria de entrar vivos en la historia. Aseguró que es una de las personalidades históricas mundiales más significativas de la segunda mitad del siglo XX y lo sigue siendo.
Ramonet, quien es autor del libro Cien horas con Fidel, abundó en detalles de la personalidad del líder histórico de la Revolución cubana, que pudo constatar de cerca; relató que actúa permanentemente como un jefe de Estado Mayor en campaña, siempre alerta, con ideas, pensando lo impensable, imaginando lo inimaginable, ningún obstáculo lo detiene, su entusiasmo levanta las voluntades, y como arte de magia sus ideas se realizan. Su lógica de pensamiento es arborescente, destacó, todo se encadena.
Fidel le confesó que desde la adolescencia Martí fue su referente intelectual y ético. A la pregunta de qué aprendió del Apóstol, respondió que con él adquirió cultura política. Su primer pensamiento político fue martiano, aseguró, aunque cuando ocurrió el asalto al Moncada ya tenía ideas socialistas.
Citó Ramonet a Retamar cuando este aseguró que para Fidel seguir a Martí era como respirar.
Katiuska Blanco relató que cuando el centenario de la caída de Martí en combate, Fidel visitó Dos Ríos, lugar donde el Maestro perdió la vida, y después se dirigió al cementerio Santa Ifigenia donde depositó rosas blancas. Allí le escuchó decir que Martí es un árbol que crece.
Atilio Borón expresó que Martí está hoy encarnado en la figura de Fidel que piensa como él. El alegato La historia me absolverá es un discurso evidentemente martiano hasta la médula, aseveró.
En Martí hay una línea de pensamiento que tiene tremenda actualidad y Fidel ha insistido en que no se ha de albergar odio hacia el pueblo de Estados Unidos, idea que entronca con la expresión de Martí de no albergar odio hacia los españoles.
El Apóstol cubano fue un sutil analista de las relaciones hemisféricas, un sociólogo y un economista y ante el monroísmo respondió que Patria es humanidad, además afirmó que no puede existir soberanía política sin soberanía económica, concepto totalmente vigente
Frei Betto afirmó que él no conocía nada de Martí y fue Fidel quien le habló acerca de él y le obsequió las obras completas del Maestro.
Valoró que Martí y Fidel son dos hombres de pensamiento globalizado. Martí rescató en la lucha por la independencia la espiritualidad y Fidel hizo exactamente lo mismo. La espiritualidad, dijo Frei Betto, es lo que hace a una persona abrazar una causa revolucionaria, tiene una raíz dicha por Martí y Fidel, que es estar del lado de los pobres.
Concluyó subrayando dos cuestiones: a los jóvenes presentes que trataran de cultivar la esperanza, de cultivar la utopía, que cuando la hay es que tenemos sueños; y la segunda, hacer en América Latina, en todo el mundo, una gran campaña de alfabetización política.
Federico Mayor recordó que en la Cumbre de Copenhague Fidel dejó claro que lo importante es cada ser humano y tiene que haber justicia y solidaridad.
Se refirió a la solidaridad intergeneracional y recalcó que no podemos dejar a los jóvenes como legado una confusión conceptual enorme.