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Felipa Suárez Ramos y Elizabeth Carvajal Suárez, estudiante de Periodismo
Quizás el cúmulo de sucesos trascendentales ocurridos en Cuba en el transcurso del año 1953, haya opacado un significativo hecho protagonizado entonces por el estudiantado de Santiago de Cuba: la fundación del Bloque Estudiantil Martiano (BEM), integrado por alumnos de la segunda enseñanza.
Sobre ese hecho prácticamente desconocido conversamos con el colega Eduardo Yasells Ferrer, entonces estudiante del Instituto de Segunda Enseñanza de la capital oriental, quien ocupó la presidencia del BEM en ese centro.
“Era el año del centenario del natalicio de José Martí, y para conmemorarlo dignamente en el país se organizaron numerosas actividades. A ese momento arribamos con las libertades democráticas conculcadas por el golpe de Estado de marzo de 1952, y en medio de un proceso de organización del movimiento estudiantil.
“Dentro de ese movimiento vertebrado por la Federación Estudiantil Local de la Segunda Enseñanza (Felse), pero no como parte de esta, surgió el BEM, en el cual confluyeron compañeros del referido Instituto y de las escuelas Profesional de Comercio, Normal, de Artes y Oficios, Normal de Kindergarten y del Hogar. De 1952 a 1953 hubo una lucha contra elementos probatistianos empeñados en ocupar cargos dentro del movimiento estudiantil, y logramos asegurar la dirección de la Felse con algunos revolucionarios, entre ellos destacó Temístocles Fuentes, dirigente de la Escuela de Artes y Oficios, y Radamés Heredia y Félix Pena, de la Profesional de Comercio. Además, dentro del alumnado de aquellos centros figuraban compañeros de la talla de Frank País y José Tey, Pepito, por solo citar algunos”.
¿Qué ambiente ideológico prevalecía en aquellos momentos dentro de los estudiantes?
En el sector estudiantil nacional había una lucha ideológica debido a las distintas corrientes existentes: electoralista, la lucha armada y la de masas… Criterios que no invalidaban la lucha en sí; es decir, la estrategia era enfrentar a la tiranía, y la cuestión consistía en cómo encaminar la táctica a seguir, lo cual enfrentaba posiciones. Igualmente figuraban quienes no estaban por soluciones profundas, sino por un cambio de figura.
En medio de ese panorama surgió el bloque, con un carácter esencialmente unitario porque no solo incluía a quienes pudieran tener una posición antimperialista, martiana, muy evidente, sino también a la juventud masónica, católicos, protestantes… Entre los dirigentes se hallaban Félix Pena Díaz, y Josué País García. No así su hermano Frank, quien aunque sí alentaba, evitaba aparecer públicamente pues tras la efímera existencia de Desafío Guiteras, organización revolucionaria creada por él, estaba dedicado a estructurar Acción Revolucionaria Oriental (ARO). Más tarde esta devino Acción Revolucionaria Nacional (ARN), la cual puso a disposición de Fidel al fundar este el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, en el cual Frank fue jefe nacional de acción.
Estudiantil Martiano.
¿Cuándo, dónde y con qué propósitos se fundó el Bloque Estudiantil Martiano? ¿Por qué se le denominó así?
Se constituyó el 8 mayo de 1953, en la Escuela Profesional de Comercio, con asistencia de representantes de otros centros. Se creó en apoyo a los acuerdos del Congreso Martiano celebrado en La Habana los días 26 y 27 de enero de ese año, y coincidió con el aniversario 18 de la caída en combate de Antonio Guiteras Holmes y Carlos Aponte.
Se le denominó así porque se pretendía formar organizaciones muy compactas, unidas, en los centros de segunda enseñanza, a nivel de municipios, y proyectarlo provincialmente hasta conformar una federación. Félix Pena, miembro de la Juventud Católica y estudiante de la Escuela Profesional de Comercio, fue su figura central.
Existió hasta 1956, porque cuando el levantamiento del 30 de noviembre y el desembarco del Granma, pasamos a la clandestinidad. Después se convirtió, gracias a la obra de Pena, en las Brigadas Juveniles del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La existencia de estas se limitó al breve período que medió entre la llegada de la expedición y la salida de Pena hacia la Sierra Maestra, en marzo de 1957, como parte del primer refuerzo enviado por Frank. Nuestro principal propósito era estudiar el pensamiento martiano. Martí era nuestra figura, nuestro paradigma, con una doctrina tan extensa, un pensamiento tan amplio, tan profundo en todos los aspectos de la vida, a cuyo estudio había que dedicar mucho tiempo, y aún así resultaba imposible conocerlo en su totalidad.
¿Estableció el BEM algún tipo de vínculo con los trabajadores?
El bloque se proyectó hacia el movimiento obrero. Recuerdo que sostuvimos un encuentro con los jóvenes del puerto, donde estaba Juan Taquechel López, dirigente sindical de gran influencia en ese sector. También lo hicimos con los jóvenes del comercio, los planchadores, algunos sindicatos que cuando la ofensiva contra el movimiento obrero cayeron en manos de los mujalistas, pero en ellos quedaban elementos progresistas, y sobre todo jóvenes.
¿Recuerda algún otro hecho que demuestre la preocupación de los miembros del bloque por la situación reinante en Cuba?
Otra acción importante la llevamos a cabo en una zona a la cual llamaban la Manzana de Gómez, un área insalubre a orillas de la bahía, en las márgenes del río Yarayó, plagada de casuchas de lata, de cartón; uno de los tantos barrios de indigentes que hubo en todo el país. Fuimos allí, donde estaba la gente más humilde, más miserable, luchando porque se les dieran posibilidades de salir hacia otro lugar. Esto era imposible porque no tenían adonde ir, donde estar; fue un movimiento de solidaridad hacia aquel pobre y desvalido sector de la población.
¿Puede referir algunas de las actividades del BEM de mayor repercusión en la población?
Una de ellas fue el desfile de las antorchas de 1953. Las autoridades nos negaron el permiso, pero lo hicimos, como parte del que tradicionalmente se realizaba en Santiago cada 28 de enero. Y en 1955 organizamos otro, pero el ejército lo sabía y nos reprimió antes de que se efectuara.
Otra de las actividades del bloque ocurrio el 10 de enero de 1954, aniversario 25 del asesinato de Julio Antonio Mella, en la biblioteca Francisco Martínez Anaya. También nos pronunciamos ante la situación económica por la que atravesaba el movimiento obrero; denunciamos a la tiranía por los descuentos, la ley de retiro compensado, el embarque de azúcar a granel, y la pretensión de construir el Canal Vía Cuba, el cual dividiría la isla.
Se trabajó arduamente en la distribución de La historia me absolverá y la difusión de su contenido, no solo en los planteles de segunda enseñanza y la universidad, sino también entre quienes laboraban en el transporte, licorerías y lavanderías; igualmente, entre varios profesionales y otros trabajadores opuestos al régimen.
¿Por qué escogieron el nombre de Martí?
En ello influyeron que estábamos en la celebración del año del centenario de su natalicio, el llamamiento lanzado por el Congreso Martiano y, sobre todo, por tratarse de nuestro Héroe Nacional. Partía del hecho de que las ideas martianas no se habían concretado, que el régimen existente violaba y estaba en contra de sus preceptos. La creación del BEM fue el digno homenaje de la juventud santiaguera al hombre cuyo pensamiento aún permanece vigente no solo para Cuba, sino también para todo nuestro continente.
Acerca del autor
Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.
