Desde la altura de su carretón, Juan Fernando Cabrera Oliva sonríe, mientras observa a los linieros ocuparse de los postes recién plantados. Se le ve contento, por fin, después de más de 20 años sin disfrutar de todos los beneficios de la electricidad.
“Estoy orgulloso y agradecido. Pasamos mucho tiempo con la tendedera eléctrica y como el transformador está muy lejos, apenas se puede poner un bombillo”, explica.
Él vive en una comunidad en las afueras de la ciudad de Pinar del Río y es el responsable de cobrar el consumo de una de estas líneas improvisadas por los mismos vecinos, la cual se extiende varios kilómetros. Ellos abonan el pago hace ya un tiempo. Ahora tiene una razón más para disfrutar el año nuevo, aunque sabe que la brigada que contempla no podrá descansar mucho.
“Han estado aquí días feriados, sábados y domingos, sin parar. Los vecinos hemos cuidado los cables y otras cosas para evitar pérdidas. Al fin, después de tanto tiempo, tenemos corriente”, afirma.
En total son ya 1 686 viviendas electrificadas en la provincia más occidental de Cuba en el 2015 y siete las tenderas eliminadas, según las cifras manejadas en los primeros días del 2016, como parte de un ambicioso intento puesto en práctica por la Empresa Eléctrica en Vueltabajo.
Bajo el nombre de Mi barrio se ilumina el Sindicato Provincial de Energía y Minas generó un fuerte movimiento emulativo para impulsar el cumplimiento de los planes y apoyar la gestión administrativa.
Los comienzos
Durante los primeros meses del 2015 se dieron respuestas a los planteamientos provenientes de la población. Las actividades se encaminaron entonces hacia la eliminación de zonas de bajo voltaje y la sustitución de postes en mal estado, según explicó Michel Casal Hernández, director de inversiones de la Organización Básica Eléctrica de Pinar del Río.
Pero la etapa que más esfuerzo requirió, por la movilización de personal y recursos, comenzó aproximadamente en abril con la idea de llevar el fluido a las viviendas que técnica y económicamente se pudieran, además de eliminar siete tendederas y electrificar más de 100 posiciones de riego, añadió Casal Hernández.
El ritmo debió multiplicarse en los 11 municipios para llegar a comunidades en su mayoría intrincadas —muchas pertenecientes al Plan Turquino— y a más de 100 posiciones de riego de la agricultura, así como eliminar las tendederas eléctricas.
“El ciento por ciento de las fuerzas se pusieron en función de esto, pero incluso, se ayudó en La Habana en la reparación de las averías en el sistema soterrado, además de cumplir los compromisos habituales con otras instituciones”, explicó el directivo, quien destacó a los protagonistas principales, aquellos quienes donaron sus días de descanso.
“Para impulsar las labores surgió Mi barrio se ilumina desde los primeros momentos. Se estimulaba la emulación con la selección de los tres municipios más destacados en la tarea cada 15 días. Se dio un seguimiento de conjunto con la empresa, cuenta Mari Nilda Morales Hernández, secretaria general del buró provincial del Sindicato de Energía y minas en el territorio.
Jornadas sin fin
Los siete hombres llevan 15 días de actividad ininterrumpida en las cercanías del hogar de Juan Fernando. Juan, Rogelio, Dixon, Yunior, Gabriel, Yasmany y Ramón integran una brigada de las tantas que aceptaron el compromiso y entregaron sus horas extras. Entre ellos la mayoría son jóvenes, generaciones nuevas aprendiendo el complicado oficio del liniero.
Están acostumbrados a la faena dura y al peligro. Las alturas y los altos voltajes son cosa normal, parte de su rutina de cada día. Pero como en estos casos han debido limpiar mucho monte para llegar a los beneficiados. En estas los habitantes se convirtieron también en ayudantes activos.
“Hemos hecho de todo este año. En la carretera a La Coloma trabajamos en posiciones de riego y después también en lugares intrincados como el kilómetro 14 de la carretera a Viñales”, cuenta Ramón Gutiérrez Zúniga.
A su alrededor la brigada se mueve intranquila, antes de partir al próximo destino. Cada uno aporta su parte de la historia. En estos meses han tenido que “tirar líneas completas, sembrar postes, desmontar marabú, tumbar árboles, meterse en huecos y accidentes geográficos complicados”.
Para estos menesteres, la empresa movilizó las fuerzas de un municipio a otro según se concluía en casa zona. Como aclaró Mari Nilda Morales Hernández, el movimiento es emulativo, pero siempre primó la solidaridad para no incumplir lo previsto. Por eso fue prioritaria la unión sindical con la administración.
“Las cosas se han logrado con un elevado nivel de sacrificio, sin detenerse hasta altas horas de la noche. Los resultados de la emulación los dábamos a conocer en las áreas donde estaban los linieros. La idea era impulsar a los municipios a no detenerse. Cada 15 días se le informaba de esto a la gente y los más destacados eran reconocidos en el trimestre”, dice Morales Hernández.
A los aspectos ya conocidos se suma también la completa puesta en marcha del primer parque fotovoltaico de la provincia. En junio comenzaron a funcionar los últimos megawatt, para completar los tres finales. En este hecho también estuvo el impulso sindical, pues se convocaron a jornadas voluntarias para completar la obra, compuesta por unos 12 mil 40 paneles solares, producidos todos en la Empresa de Componentes Electrónicos Ernesto Che Guevara.
Se hizo la luz
“La respuesta de los trabajadores, del sindicato, así como de la población fue positiva. Sin ese apoyo no se hubiera podido avanzar, atareados los fines de semana, en zonas con dificultad para el acceso y además inundadas. Es algo sin precedentes en la provincia y la gente se puso muy feliz”, sentenció Casal Hernández.
El directivo añadió que quedarán por electrificar viviendas aisladas, pero la intención de la Unión Nacional es colocar en estas los módulos fotovoltaicos.
También los campesinos occidentales disfrutarán de las bondades de las 104 posiciones de riego electrificadas para hacer producir la tierra. Asimismo se han eliminado tendederas eléctricas peligrosas para la vida de las personas.
Varios meses después se han electrificado 86 zonas, pero el ambicioso propósito no concluye. Miles de postes colocados y cientos de kilómetros de cable conductor son hoy la novedad en sitios intrincados de la geografía vueltabajera. En ello han sido fundamentales los trabajadores que celebrarán una vez más su día en este mes de enero.