Las Lunas de Invierno llegan en este mes, que de gélido conserva el recuerdo. Sin embargo, esta cita de arte callejero ha quedado para marcar nuestros diciembres sin pizca de frío, pero con un aire pintoresco que solo le pertenece a esta ciudad-escenario.
Corren por las principales arterias de la villa como la sangre, sinónimo de energía y vida, zanqueros, payasos, artistas que dejaron a un lado su realidad para mostrarnos un mundo fascinante, donde las musas se encuentran en la calle.
“No creo que en la isla exista un evento múltiple y callejero como este. Tenemos una representación de casi toda Cuba; han llegado talentos desde La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Camagüey, Las Tunas y Santiago de Cuba. Este año las Lunas… fueron escogidas por la presidencia de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) para iniciar las festividades a propósito del aniversario 30 de la organización”, informó el director artístico Jose Meneses Ortega.
Cita con el arte
Una procesión sui géneris anuló los marasmos del día a día. Así, el pasacalle inaugural provocó las miradas, detuvo el andar de los transeúntes e hizo impasses de arte y color en distintos puntos de la urbe. En la Casa de la Guayabera y con el Yayabo como testimoniante se oficializaría la conspiración lunar que tomó por asalto la cotidianidad.
A la sombra del campanario de la Iglesia Parroquial Mayor, el grupo Teatro de Luz se adueñó de la bocacalle. Un escenario espontáneo, sin lunetas y a cielo abierto, con el público en redondel atento a la magia de la puesta.
“Por primera vez incursionamos en este tipo de teatro que implica una conexión directa con los espectadores. Escogimos la obra Contrarreloj, un llamado a la sensatez ambiental que hacemos ahora al aire libre. El certamen nos permite intercambiar con otras compañías del país; nos sirve de referente y escuela. Nosotros, que pretendemos iluminar el alma del ser humano con nuestro arte, vemos en Lunas… una oportunidad única”, reconoció Jesús Rueda Infante, director de Teatro de Luz.
Toca a los espirituanos acostumbrarnos a vivir una ciudad distinta hasta que terminen las coincidencias astrales el próximo día 14. Ferias de artesanos, estatuas vivientes desperdigadas por todo el bulevar, encuentro de tatuadores, venta de libros, proyección de audiovisuales y todas las manifestaciones artísticas levitarán en un contexto cultural deshabituado a tanta vorágine.
“En esta VII cita conseguimos incorporar el parque de la Fundación a los lugares donde acontecerán actividades. Allí, cada mañana, actuarán proyectos comunitarios como Los yayaberitos y el Circo de Iguará. Luego las personas podrán disfrutar de las Tardes de rumba, con los distintos grupos de danza folclórica del territorio. Además, todas las instituciones culturales, junto a la Universidad, la Brigada José Martí y los Hoteles Encanto, han colaborado en la realización del evento, ya sea con la logística o con recursos artísticos”, advirtió Jose Meneses Ortega.
Enfrentarse a la calle
Cita de andariveles y zanqueros pintarrajeados, de disfraces y titiriteros ocultos en la expresión de sus muñecos. Lunas de Invierno embelesa al público y conquista a participantes que ya sienten necesidad de echarse a las calles yayaberas cuando el calendario atropella al último mes del año.
“Nuestra compañía nació para estar en la calle, aun cuando nos presentamos en salas u otros escenarios; por eso nos sentimos como pez en el agua en este certamen. Hemos estado en casi todas las Lunas… y ya nos sabemos parte inseparable de ellas. En esta ocasión presentaremos tres propuestas: “A las tres de una vez”, acerca de los temas tabú del teatro con niños, “Historia con introducción, nudo pero sin desenlace” y un amplio programa concierto-danzario que va desde lo neoclásico hasta lo popular”, detalló Luis Orlando Antúnez (Bambino), director de la Compañía teatral-danzaria La Andariega.
Muestras de jóvenes realizadores, conciertos de rock, fiesta de payasos, exhibiciones de artes marciales, festival de bailes callejeros, tardes campesinas y presentaciones de compañías como la de danza contemporánea Endedans componen la cartelera de esta cita cósmica. Este domingo, a las nueve de la noche en la Plaza El Convenio, Diana Fuentes y su grupo apagarán la luz de las lunas hasta la próxima edición.
Episodios irrepetibles provoca Lunas de Invierno. Las esquinas y rincones de la ciudad dejan de pasar inadvertidos para enrolarse en una avalancha de arte que les da todo el protagonismo. Sin duda, entre las estampas especiales de este año quedará el momento en que René Fernández Santana, Premio Nacional de Teatro, donó una de sus guayaberas al museo espirituano que las atesora.
“Entrego una de las prendas más queridas de mi disparatado escaparate. Me ha acompañado en momentos relevantes de mi vida, pero este instante en el que nos separamos resulta también inolvidable. A mis 71 años aún me siento parte de este evento de arte joven al que vi nacer y nunca he abandonado”, dijo Fernández Santana.
Merecedor del Premio Maestro de Juventudes y del escudo de la ciudad de Sancti Spíritus por su trabajo con toda una generación de titiriteros, René define a las Lunas… como una mezcla de estéticas atrevidas y diversidad artística.
“Esta iniciativa merece que vengan maestros capaces de ver el quehacer de los jóvenes y cómo expresan sus inquietudes. Me parece maravillosa la manera en que se enfrenta la calle en este evento, el elemento itinerante y la diversidad de géneros que se presenta. Hace falta mucha promoción para que el público pueda asistir a lo que les suscite interés”, recalcó el Premio Nacional de Teatro.
Un fenómeno donde confluye la creación, los espacios y se explora el talento, así se torna esta cita invernal. A nuestro paso diario le seducen colores, personajes fantásticos y el llamado contundente de lo atrevido. Cada año, cuando el calendario se agota y el arte sale a la calle, Sancti Spíritus deja de tener vida propia para darse toda a los hechizos de la Luna.