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El reordenamiento de las instalaciones estales en zonas costeras en Pinar del Río deberá finalizar este mes de diciembre de 2015, según explicó Jesús Iván Sánchez, especialista de la dirección provincial de Planificación Física y ya se aprecia cierto impacto en la recuperación de los ecosistemas.
El plan señala poco más de 100 inmuebles, los cuales incluyen restaurantes, cabañas, muelles y espigones, así como estructuras de apoyo para el turismo, concentradas casi en su totalidad, en 10 playas del territorio. En algunas ya se ha concluido completamente, pero en otras se labora todavía para eliminar los restos.
Desde que comenzó el proceso en 2013, se trabaja de forma conjunta entre distintas instituciones, para hacer cumplir lo estipulado en el Decreto Ley 212 del año 2000, y de esta manera, revertir los daños ocasionados.
“Hay indicadores medioambientales que permiten ir evaluando los beneficios. La propia naturaleza ha dado respuesta y se ve la recuperación de la vegetación autóctona, y donde se realizó la reforestación, también se registra un nivel favorable de sobrevivencia de la misma”, señaló el Doctor en Ciencias Noel Bruguera Amarán, delegado territorial del Citma.
También puntualizó que la zona costera debe permanecer preferentemente desocupada, pero se han valorado los casos donde retirar la ilegalidad es más perjudicial que mantenerla. Tales son los ejemplos de muelles y espigones-muchos sumergidos- y cualquier acción de demolición puede ser desfavorable.
No obstante, otros factores han influido a la hora de cumplir las regulaciones, como añadió Bruguera Amarán.
Por eso, se ha prorrogado la permanencia de otras instalaciones con uso importante para el país y que generan beneficios económicos, principalmente, instalaciones turísticas, como María La Gorda, en el extremo occidental del país.
Como parte del plan de ordenamiento integral, las autoridades han previsto limitar la rehabilitación o reparación de aquellas edificaciones con deterioro avanzado, según regula la ley.
