La misión fundamental del sistema de la Planificación Física y los retos que enfrentan sus trabajadores es el tema que centró el debate durante el encuentro del instituto rector de esta actividad y sus delegados a la Primera Conferencia Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública.
Belkis Serrano Tejerizo, vicepresidenta del Instituto de Planificación Física (IPF) identificó entre sus principales desafíos el orden, la disciplina y exigencia que debe marcar cada una de las tareas asignadas; fomentar una adecuada estrategia de comunicación, la participación de la comunidad en el enfrentamiento a las ilegalidades y en el ordenamiento urbano, así como la información en la gestión pública y el planeamiento.
Sabemos que existen dificultades con el almuerzo, el transporte, la capacitación y las estructuras a nivel municipal y provincial, entre otros inconvenientes, pero no podemos dejar de cumplir nuestra misión fundamental, que es dar un buen servicio público, con eficiencia, profesionalismo y eficacia, dijo Serrano Tejerizo.
Los asistentes coincidieron que las malas condiciones de trabajo atenta contra el buen servicio, sobre todo en las direcciones municipales. Mencionaron la carencia de inmobiliario, baños, almuerzo, equipos informáticos, locales adecuados, materiales de oficina, así como otros de medición vitales para ejercer las acciones de control en el terreno.
Por mucho que quiera el planificador cumplir con sus tareas, eso lo desestimula, aunque confiamos que muchas de esas cuestiones se irán resolviendo paulatinamente, afirmó Anaykelin R. Domínguez, secretaria general del municipio de Guamá en Santiago de Cuba.
Marlén Guzmán Izquierdo, especialista en Información Territorial del IPF reflexionó sobre la prioridad que debe tener el sistema en correspondencia con las nuevas tareas que asumió. “Si tenemos que controlar territorios necesitamos transporte, si atendemos a la población requerimos de los medios. Las personas miden nuestro trabajo por los servicios y si ellas deben traer las hojas para realizar su trámite, nuestra labor no se ve”, concluyó.
La delegada de Granma Ernestina Ortega Carballo, con más de 30 años de trabajo en el ramo, reconoció que en su provincia se habían logrado avances en las condiciones laborales, pero el sistema de pago era el talón de Aquiles y repercutía en la estabilidad del personal.
En ese sentido, los presentes se pronunciaron por la necesidad de superar las deficiencias y aumentar la capacitación, no solo en talleres y eventos teóricos, sino también en el terreno.
Yudelki García Andino, jefa de Recursos Humanos del IPF llamó a trabajar mancomunadamente con los gobiernos locales. “Si no hacemos ver al presidente de la Asamblea lo útil de nuestro trabajo y acompañamiento para ejecutar las demás tareas en el territorio no lograremos que pongan recursos a nuestra disposición; en otras palabras que nuestras necesidades se tengan en cuenta en la planificación del presupuesto”, precisó.
Por su parte María Godoy Moreno, funcionaria del Departamento de Organización de la CTC recomendó a los dirigentes sindicales discutir en las asambleas de afiliados y de representantes los temas tratados durante la sesión de trabajo.
“Nuestras estructuras deben funcionar en todos los niveles y tenemos que conocer las dificultades de los afiliados para poder actuar y ser realmente representantes dignos de nuestros trabajadores”, comentó.
En las conclusiones Serrano Tejerizo pidió el apoyo de los delegados a la administración, exigiéndoles. “Tenemos que tener conciencia de nuestra vocación de servicio público, insistió, y sentarnos de conjunto sindicato y administración para analizar que nos está impidiendo cumplir cabalmente nuestras misiones”.