A Carlos M. García Borrero ningún funcionario de la Onat le explicó el porqué del cambio de cuota para el ejercicio fiscal del año 2016, y aunque fuentes de la entidad aseguran que esa tarea aclaratoria no está en su contenido de trabajo, él sigue sin comprenderlo.
“La patente que tenemos es bastante alta y si le van a sumar 100 pesos, creo que al menos deberían informarnos los motivos; de lo contrario el proceso resulta demasiado arbitrario”, dice en la carta remitida en nombre de los integrantes de su sección sindical.
Dedicado a transportar pasajeros en las llamadas motonetas dentro de la ciudad, el espirituano considera que “muchas decisiones se adoptan sin analizar las condiciones reales de labor”.
Relata que carecen de un parqueo oficial. “Estamos ‘prestados ´ en un área frente a la terminal de ómnibus. Los bicitaxis, carretones y autos tienen su aparcadero en sitios con gran afluencia de personal y es lo que necesitamos para trabajar con menos problemas.
“Además, no entendemos por qué nuestra patente es igual a la de quienes trasladan personal a otros municipios en sus carros, pues evidentemente el pasaje cuesta mucho más de lo que cobramos nosotros dentro de la ciudad”, coinciden los remitentes de la misiva.
En entrevista con Yoel Naranjo Herrera, otro de los choferes que firma la carta, alega que para ellos resulta inexplicable de qué manera se toman en cuenta las características de la actividad que realiza cada cual para el pago del impuesto. “Cada mes, quienes trasladamos de 4 a 6 pasajeros abonamos una cuota fija de 350 pesos, y los que montan de 8 a 12 personas aportan 100 pesos más, además del 10 % en ambos casos. Lo que se avecina es que equipararán a todos a 450 pesos”.
Al indagar sobre el tema con Lianet Ruiz Mena, especialista del área de atención al contribuyente de la Onat, aclara que los transportistas pagan un tributo específico sobre los ingresos personales, además del 10 % de lo obtenido en el mes. “Por este último determinamos quién gana más o menos. No ingresa lo mismo un chofer de camión que lleva pasajeros a Trinidad, que uno cuyo destino es un municipio más cercano”, asegura.
“Las modificaciones de cuota se hacen todos los años, generalmente en el último trimestre. A través de un estudio de fiscalización determinamos si un sector obtiene mayores ingresos y deja de aportar una cifra coherente con ese dinero. Valoramos el área de trabajo, la afluencia de público, el tipo de servicio que brinda, los horarios de labor o los productos en oferta; a veces las investigaciones no se hacen en un sector completo sino a un sujeto en particular”, precisa.
Por su parte, los remitentes subrayan que están afiliados desde hace casi dos años y la voluntad de sus representantes sindicales para ayudarles, pero, “nada se materializa, pues la mayoría de las soluciones escapan de sus facultades”. Reconocen que hay respaldo para la iniciativa privada, aunque necesitan hechos concretos y no un “se resolverá” que nunca llega a término.
Son algunas insatisfacciones de un sector en ascenso, que requiere de atención, no solo para hacer cumplir sus responsabilidades, sino para que mantenga las motivaciones en su ejercicio diario.