El pasado domingo 25 de octubre las repúblicas de Polonia, Bulgaria y también Ucrania celebraron comicios en calma, con tendencia a la baja participación popular. Polonia votó para renovar su Parlamento. La participación ciudadana estimada fue del 51,6 por ciento.
La formación conservadora del político Jaroslaw Kaczynski, Ley y Justicia (Pis), es la ganadora de las elecciones generales con un porcentaje que le permite gobernar en solitario. Obtuvo el 37,6 % de los votos, con los que alcanzó 235 escaños de los 460 miembros que componen el Parlamento.
El partido de centro derecha Plataforma Cívica (PO) conquistó el 24 %, que le dio la posibilidad de tener 138 asientos en el legislativo, situándose en segunda posición. Según la prensa, el tercero más votado fue el Movimiento Antisistema, del exrockero Pawel Kukiz, con 8,8 % de aprobación.
La agrupación PO abandona el poder después de ocho años al frente del Ejecutivo. Previamente habían perdido en las presidenciales de mayo del 2015, cuando el candidato por Pis, Andrzej Duda, se impuso como presidente de la República.
Beata Szydlo, que también representa a Ley y Justicia, es considerada la gran ganadora de los comicios. Debe ser nombrada al frente del Consejo de Ministros de Polonia cuando lo apruebe la Cámara Baja del Parlamento (Sejm en polaco).
Se dice que el programa de esta formación rechaza las llamadas medidas de austeridad; se plantea aumentar el gasto social, disminuir la edad de jubilación, aumentar los impuestos a las grandes corporaciones y bancos, ayudar a los pequeños negocios y las familias. Por otro lado, según agencias son contrarios a recibir refugiados, así como reacios a las minorías.
En Bulgaria ejercieron el derecho al sufragio el 46,5 % de los casi 6,36 millones de ciudadanos convocados a participar en las elecciones locales.
El partido gubernamental, Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) logró la victoria con el 34,5 % de los votos; seguido por la principal formación opositora, el Partido Socialista de Bulgaria, que logró solamente un 17,2 por ciento. Por detrás se ubicó el Movimiento por los Derechos y las Libertades, con el 14,6 por ciento.
Aunque se habla poco de la nación balcánica, analistas consideran que los comicios volverán más incierta la estabilidad futura del país, donde una quinta parte de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Bulgaria realizó sus elecciones en medio de la crisis migratoria que golpea a la Unión Europea, de la que es miembro; anteriormente, el jefe de Gobierno, Boiko Borísov, afirmó estar listo para cerrar la frontera al paso de los inmigrantes.
Ucrania, envuelta en un conflicto armado, vivió elecciones locales, menos en las regiones orientales de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
Fueron electos los consejos provinciales, municipales y distritales, por primera vez mediante listas abiertas de partidos, mientras que los alcaldes de las administraciones locales se continuaron votando por el sistema mayoritario.
En Mariupol, región de Donetsk controlada por Kiev, irregularidades en las boletas obligaron a la Comisión Electoral Central a suspender el ejercicio hasta el 15 de noviembre. También se reportaron alteraciones en otras ciudades.
La participación popular en las urnas se calculó en 46,62 %, bajo el control de unos mil 554 observadores internacionales de 14 países.
En los comicios se registraron nombres de personajes de ficción, como el Emperador Palpatine, de la película La Guerra de las Galaxias, hecho que la prensa considera se debe al descontento generalizado existente en la población ucraniana, y una forma de burlarse de las elecciones.
Poca información se recoge sobre estos sufragios sin resultados oficiales por el momento. El recuento de los votos finalizará el 4 de noviembre, aunque la mayoría de las encuestas daban como favoritos al Bloque Solidaridad, del jefe de Estado, Petro Poroshenko; y a Batkivshchina (Patria), que liderea la ex primera ministra Yulia Timoshenko, quien ya denunció falsificaciones masivas durante el ejercicio electoral .