La noticia asombró a muchos menos a él y su entrenador. Cuba tiene, por vez primera, un subcampeón mundial de gimnasia artística en el concurso de máximos acumuladores. Su nombre, Manrique Larduet, santiaguero, de apenas 1.59 de estatura, pero de un enorme talento y calidad para ir escribiendo historias únicas en cada evento internacional que toma parte.
Pero volvamos a Glasgow, Escocia, donde el antillano solo cedió en el Concurso II ante el japonés Kohei Uchimura (92.332), el más grande en este deporte desde su plata olímpica en Beijing 2008, con seis títulos universales consecutivos en el all around y oro olímpico de Londres 2012, por solo citar sus más encumbrados premios.
Sin embargo, otra vez Manrique no se dejó intimidar por los rivales. Así lo vimos en los pasados Juegos Panamericanos de Toronto, cuando le robaron más de una dorada. En la clasificación enseñó sus primeras armas al concluir séptimo entre los casi 200 concursantes y a la hora de pelear por las medallas fue de menos a más hasta sumar 90.698, puntuación reservada para los reyes, los estelares.
El recorrido del cubano fue 14.300 en arzones (su aparato menos fuerte, pero en el que superó ahora todos sus notas pasadas), 15.233 en anillas, 15.433 en caballo de salto (un desquite personal tras una caída en la primera demostración), 15.733 en barras paralelas, 15.333 en barra fija y 14.666 en manos libres.
Con este desempeño, jueces, rivales, especialistas, periodistas, espectadores y el mundo de la gimnasia se rindieron a sus pies para felicitarlo y arrancarle las primeras palabras. “Manrique Larduet sorprendió a la historia” y “Cubano es la mayor atención en Glasgow”, fueron algunos de los titulares de la prensa internacional acerca del flamante subtitular del orbe.
Pero todavía le restan más actuaciones y hasta la ansiada clasificación olímpica, que pudiera llegarle si logra subir al podio este fin de semana en una de las tres finales por aparatos para las que clasificó: manos libres, barras paralelas y barra fija.
En declaraciones publicadas por el sitio web del periódico Usa Today, Manrique demostró su admiración por Uchimura y aseguró: «En primer lugar, estoy muy agradecido de representar a mi país. Nunca esperé conseguir esta medalla, y ahora se ha convertido en realidad todo el trabajo que hemos estado realizando mi entrenador y yo hace muchos años».
«Ha cumplido uno de mis sueños desde que era pequeño. Pero yo también quiero ser el primer cubano con una medalla olímpica, y voy a empezar a trabajar en eso desde este momento», respondió el más joven de los gimnastas que estuvo en la final del Concurso II.
Fue esta la tercera medalla de Cuba en un mundial de gimnasia artística, pues en Gante 2001, Charles León alcanzó bronce en el caballo de salto y Erick López se proclamó horas más tarde como submonarca en paralelas. El propio Erick era quien más lejos había llegado en un concurso de máximos acumuladores con sendos quintos lugares en el 2001 y 2003.
Desde ya esperamos ansiosos su regreso a casa, donde volverá a abrazar a sus padres y amigos. Y No faltará ahora quien lo reconozca en las calles y vuelva a pedirle un autógrafo. Así es el camino de los reyes cuando se pretende dar luz, solo luz a través de los hechos y también de los sentimientos. ¡Viva nuestro rey Manrique!
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.