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En la Santa Misa efectuada en la Plaza de la Revolución Mayor Calixto García, de Holguín, el Papa Francisco llamó a ser siempre humildes y amables, sobrellevándose mutuamente con amor y esforzándose en mantener la unidad del espíritu, como lo hizo el apóstol Pablo.
El acto litúrgico contó con la presencia del presidente de los consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz y el primer vicepresidente Miguel Diaz- Canel, además de autoridades eclesiásticas de esta nororiental provincia cubana.
El Sumo Pontífice dijo que la celebración estaba dedicada a la historia de una conversión, la del apóstol y evangelista San Mateo, que de recaudador de impuestos del pueblo para ser entregados a los romanos, devino misionero.
El encuentro con Jesús, precisó, con su amor misericordioso, lo transformó y atrás quedó el banco de los impuestos, el dinero, su exclusión; antes esperaba sentado para recaudar, para sacarle a otros, ahora con Jesús tiene que levantarse para dar.
Por último Francisco dirigió su mirada a la Virgen Maria y le pidió que sus ojos misericordiosos estén siempre atentos a cada una de las personas que puedan estar sintiendo que para ellos no hay lugar.
En las palabras de reconocimiento monseñor Emilio Aranguren, obispo de la diócesis Holguín Las Tunas, quien recibió un cáliz de manos del Papa, expresó su agradecimiento cordial, filial y fraterno por todo cuanto significa su visita y de manera especial la celebración eucarística que presidió.
Recordó que cerca de Holguín, por Bariay, en 1492, Cristóbal Colon puso pie en tierra firme como representante de la cultura del Viejo Continente; en 1612, por Nipe, entró en tierra cubana la imagen de la Virgen de la Caridad, su primer templo lo tuvo en el hato de Barajagua y en 1790 el madero de la cruz quedó erguido en la loma que hoy lleva su nombre y desde donde el Papa bendecirá al pueblo holguinero como regalo de despedida.
La celebración se inició con las oraciones Desde la tierra, Para el jubileo de misericordia y por el padre Francisco y su viaje a Cuba, acompañadas de cánticos interpretados por un coro de 146 voces, dirigido por Marilin Aldana, del Orfeon Holguin, y ante la presencia de más de 100 mil creyentes y no creyentes que colmaron la plaza desde horas tempranas.