Lavar las toallas

Todos sabemos cada cuánto tiempo hay que lavar nuestras prendas y sábanas, pero las toallas suelen jugar en otra categoría. No son pocos los que creen erróneamente que al estar en contacto con el agua y jabón que han limpiado nuestra piel, no hace falta lavarlas, pero la humedad a la que suelen ser sometidas es el caldo de cultivo para que abunden los gérmenes y las bacterias. Por si fuera poco, el sudor y el agua animan a los hongos.

¿Cuándo se desarrolla esta desagradable realidad biológica? “Tan solo hace falta usar la toalla tres o cuatro veces para que esto ocurra”, explicó la doctora Keri Petersen, del hospital Lenox Hill, de Nueva York. Así que para ella habría que echarlas en la lavadora al menos dos veces a la semana.

También recomienda que, tras usar las toallas en el baño, las colguemos totalmente estiradas para que el aire las pueda secar. En las que quedan dobladas, los hongos y los gérmenes tienen más posibilidades de reproducirse. Además, debemos abrir la puerta o la ventana del baño para ventilar, costumbre que ayuda a mantener la higiene en esta zona de la casa.

Otras prendas que deberían visitar con más frecuencia la lavadora son los trapos de cocina. En un estudio realizado en el año 2013 por la universidad de Arizona, se descubrió que en el 89 % de los analizados se hallaron bacterias coliformes, que se encuentran en el tracto digestivo de animales y seres humanos, mientras el 25 % de los paños investigados dieron positivo en Escherichia coli.

(Tomado de es.tendencias.yahoo)