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No es fácil adelantarse a los procesos, sin embargo, este de los activos de las UBPC y las UEB agropecuarias y azucareras ya cosecha frutos de calidad y buen sabor. Y es que el hecho de haberle encontrado solución en la base o en los municipios a casi la mayoría de los problemas planteados, afirma la necesidad de estos debates, en los cuales productores, suministradores y organismos de relación se miran de frente, intercambian y negocian.
Habrá que sistematizarlos no por simple reunionismo, sino porque en ellos se delimitan problemas y soluciones; los hombres se nutren de experiencias y métodos de quienes tienen mejores resultados, y el Partido y el Gobierno exigen la corrección de las insuficiencias que lastran el desarrollo de estas unidades, independientemente de carencias materiales que no se resolverán de inmediato.
Urge solucionar los problemas a tiempo, con el mayor esfuerzo posible, sea cual sea la entidad responsabilizada; es hora de que la agricultura, fuertemente amenazada por la naturaleza, salga a flote. Para lograrlo se precisa el apoyo de todos.
Hay que desterrar ese bloqueo interno impuesto a capricho o desobediencia, y que ciega a algunos hasta para asumir los acuerdos del Buró Político. Quizás esta aseveración parezca exagerada, pero es inaceptable que a 22 años de la creación de las unidades básicas de producción cooperativa (UBPC), haya organismos que no les reconocen su personalidad jurídica.
Las UBPC surgieron en 1993 con cuatro principios básicos que respaldan su pleno funcionamiento, entre ellos la autonomía y la personalidad jurídica; después se aprobaron medidas para desatar las trabas que aún las maniataban, por tanto, todo aquel que aún les impida adquirir azúcar y sal, combustible o cualquier otro insumo, y se niegue a firmar contrato con ellas, está violando lo aprobado por la máxima dirección del país.
Corresponde al Ministerio de la Agricultura, a las instituciones jurídicas y económicas, así como a los sindicatos, lograr que los miembros de las juntas directivas y dirigentes sindicales se capaciten y dominen la esencia de las normas y reglamentos que rigen en sus unidades productoras, pues es inadmisible que todavía algunos piensen que con el impuesto del 5 % aplicado a las UBPC se solventa la irrentabilidad de otras, cuando en realidad ese dinero se aporta al presupuesto del Estado.
Los 34 planteamientos que llegan hasta los activos provinciales (se desarrollan en la primera quincena de este mes) son comunes para la mayoría de los territorios. Unos pocos necesitarán de mucho empuje para resolverlos, pues aún tienen un fuerte componente de subjetividad; otros pasan por las relaciones contractuales y algunos dependen de recursos que no están en la nación.
¿Cómo es posible que los productores continúen quejándose por la falta de implementos agrícolas para la preparación de tierras y el cultivo cuando en el país hay varias industrias que los fabrican, y han estado hasta atiborradas de ellos porque no se compran? Si la limitante sigue siendo la inoperancia de los precios, ¿no es hora de llegar a acuerdos?
Conocemos por investigaciones realizadas para otros trabajos periodísticos que los grupos de logística de la Agricultura y de AzCuba no cuentan con todos los insumos que demandan los productores y que algunas veces demoran en arribar al país los que provienen del exterior, mas ¿hasta cuándo escuchar que los que existen no llegan oportunamente, tienen mala calidad, que se incumplen los contratos, el paquete tecnológico es insuficiente o que las UBPC y las UEB no pueden comprar materiales de oficina?
No es lo mismo cuando se trata de remotorizar equipos o adquirir partes y piezas que generalmente tienen que importarse. Tampoco es justo que los trabajadores limpien manualmente el marabú y que por falta de pesticidas se vuelvan a “perder” los potreros; lo más aconsejable sería dejarlos tal y como están si no se cultivan u ocupan de inmediato con animales.
Es evidente que este proceso imprime dinamismo a estos sectores, y que muchas veces lo que se necesita es información, compromiso y voluntad para seguir avanzando. En todos los escenarios se ha manifestado la disposición de aumentar la producción, incluso de cumplir los planes de este segundo semestre aun cuando la fuerte sequía perjudica los cultivos y los rebaños.
Para ello se deben aprovechar al máximo los recursos, elevar la exigencia, la disciplina, lograr una mejor planificación del trabajo y aprovechamiento de la jornada laboral, y responder a las insatisfacciones de los obreros, siempre con la verdad y la razón, porque con hombres satisfechos serán mejores las cosechas y más dulces los frutos.
