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El 7 de agosto la antigua Sociedad Victoria, hoy sede del teatro Guiñol en Camagüey, se vistió, otra vez, de obrero, cañero, agricultor… y volvió a vibrar con las ideas de la clase trabajadora, pues celebrar el aniversario 90 de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC), organización que dio paso a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), solo puede ser con sus protagonistas.
Por eso antiguos dirigentes sindicales, representantes de la Anir y los sindicatos decidieron recordar a Juana María Acosta, la única mujer participante que resultó elegida como la presidenta de la sesión; a Alfredo López, el líder del momento, y a otros tanto que hicieron posible que ese III Congreso Obrero marcara el primer gran esfuerzo por la unidad de los trabajadores, como apuntó Tania Díaz Bermúdez, secretaria general de la CTC provincial.
El encuentro permitió, además, dar una mirada al esfuerzo por el rescate de la ganadería, la calidad de los servicios y las nuevas formas de gestión no estatal que lideran los “legítimos herederos de la CNOC, que laboran hoy bajo la mirada de la CTC”, aseveró Díaz Bermúdez, durante el festejo que devino excusa para reconocer con el Sello 75 Aniversario de la CTC a cuatro antiguos dirigentes sindicales.
“Este reconocimiento es la culminación de toda una vida sindical, porque ya no tenemos la misma fuerza, pero seguimos apoyando a las nuevas generaciones que se encargan de representar a los trabajadores”, acotó Mirtha Pino Martínez, una de los dirigentes homenajeados.
