Una innovación tecnológica que optimiza el funcionamiento de transformadores eléctricos tipo subestaciones es implementada en la provincia de Las Tunas, como respuesta a la carencia de un aditamento imprescindible en algunos de estos medios.
La iniciativa es resultado del ingenio de Julio García Mena, electricista A de mantenimiento a subestaciones y centrales eléctricas en la empresa del sector, quien entiende las carencias como retos que motivan sus virtudes creativas naturales.
Según consideran especialistas y colegas, de su espíritu innovador han nacido numerosas obras, pero para ilustrarlo, por su impacto económico y social, basta una de sus más recientes incursiones en el mundo de la innovación tecnológica.
Desde hace algo más de un año, Julio adaptó respiraderos de silicagel a transformadores de 750 KVA (kilovatio), un aditamento que garantiza el buen funcionamiento y la durabilidad de estos medios vitales en la prestación de importantes servicios de electricidad. Este trabajo obtuvo categoría Relevante en el Fórum de Ciencia y Técnica de la entidad.
“Los transformadores ya habían sido instalados en varios puntos estratégicos de la provincia, cuyas funciones están dirigidas al bombeo de agua de El Rincón, que abastece a la ciudad capital; El Almiquí (Amancio) vinculado con el regadío a un polo de producción de alimentos y con la población; y en Puerto Carúpano (Puerto Padre), donde alimentan los motores que hacen funcionar las grúas”, explica Julio.
El problema, la solución…
“Cuando fuimos a darles el mantenimiento correspondiente nos percatamos de que habían llegado sin ese componente y todas las gestiones para conseguirlo fueron fallidas: no había en el país y eso era un gran problema, entonces me propuse la tarea de buscar la solución”, rememora.
“Hice el diseño y con materiales de fácil adquisición; en el taller comencé a fabricar y adaptar estos respiraderos que son vitales para el correcto funcionamiento de estos transformadores, pues les permite expulsar los gases que generan el calentamiento normal del equipo y el aceite que contiene, de lo contrario se producen derrames del lubricante y explosiones que los dañan y pueden inutilizarlos”, explica el innovador.
Y la efectividad de la respuesta es tangible hace un año y seis meses en El Rincón; ocho meses en Puerto Carúpano y seis en El Almiquí. “Ahora, dice Julio, estoy haciéndoles el mismo invento a otros dos transformadores que serán instalados en la mina de oro de Jobabo”.
¿El resultado?
Aunque los costos de fabricación de estos respiraderos están por definirse, los especialistas coinciden en que no son muy altos teniendo en cuenta los materiales empleados, y que el impacto económico directo sugiere su generalización.
Hasta ahora la innovación ha permitido prolongar la vida útil de seis de estos transformadores, cuyo valor en el mercado es de alrededor de 22 mil 821.7 pesos moneda total cada uno (2 mil 585.45 MN y 20 mil 236.25 CUC), dependiendo del fabricante y el proveedor.
En la valoración integral del aporte destaca el hecho de que transformadores de este tipo —son de voltaje muy específico— generalmente se obtienen por encargo, lo que encarece su valor y hace mucho más complejas las gestiones para obtenerlos.
Excelente artigo demonstrando o quanto é importante a iniciativa de um profissional. Parabéns ao Sr. Julio Garcia Mena pelo trabalho.
Parabéns ao Julio García Mena por sua iniciativa. Sempre é bom poder contar com pessoas que possuem interesse em inovar alguns métodos a fim de aprimorar e ter melhores resultados.
Que ótima matéria, realmente os transformadores são de extrema importância para a distribuição de eletricidade.