«Estoy agradecido al pueblo que me siguió», dice Manrique

Por Eyleen Ríos, enviada especial de JIT

Toronto.- Añoranzas, sacrificios, trabajo y mucha paciencia se premiaron hoy de lleno con el cierre de la gimnasia artística, que vivió el retorno de Cuba a podios esquivos durante 12 años  en Juegos Panamericanos.

Desde Santo Domingo´03 no se lograban premios, y luego de celebrar ayer con creces la coronación de Marcia Videaux en salto, este miércoles sobraban razones para aspirar a más.

Cetro en caballo de salto y plata en barras paralelas de Manrique Larduet llegaron para incrementar la alegría, aunque la segunda pudo tener mejor color luego de una ejecución con todo para ello.

“No importa, estoy feliz, satisfecho y agradecido a mi entrenador, mi familia, al pueblo de Cuba que me siguió”, dijo el también plateado entre los máximos acumuladores y bronce en anillas.

“Esa es la medalla que más me ha impactado, porque no pensaba estar entre los mejores de las anillas”, explicó el santiaguero de 19 años de edad, convertido en la gran esperanza de su disciplina en la isla.

Con 15,125 puntos dominó el salto, total de 15,650 le dejó segundo en las paralelas y 15,250 le sacaron del podio para llevarlo al cuarto puesto de la barra fija, aparato en que su compañero Randy Lerú terminó quinto con 15,025.

Manrique ya se probó, fueron sus primeros juegos a este nivel y plantó cara, hizo recordar al multicampeón Erick López y le dijo a América y al mundo que otra vez hay gimnastas de élite en Cuba.

Ahora solo queda el futuro, un mundial, los Juegos Olímpicos…  En fin, la gloria que está por venir, porque ya despertó y no habrá marcha atrás.

Así lo aseguraron los entrenadores Carlos Gil y Yareimis Vázquez, jóvenes empeñados en forjar el triunfo de sus muchachos y muchachas, acompañados de un grupo que incluye médicos, sicólogos y fisioterapeutas.

“Sin ellos no es posible nada de lo que hacemos, así que también son parte del triunfo”, se encargó de recordar Carlos, pensando igualmente  en el resto del colectivo técnico y todo el personal de la Escuela Nacional de La Habana.

En definitiva fueron cinco los premios: dos de oro, igual número de platas y un bronce, cosecha que les situó cuartos en una clasificación dominada por Estados Unidos con 15 (6-5-4).

Canadá quedó detrás con siete (3-2-2) y Colombia fue tercera, también con cinco, pero tres coronas y dos bronces.