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Por Betty Beatón Ruiz y Juanita Perdomo Larezada
Fidel González Fernández nació con el alma inquieta y aún con 27 años el ímpetu no le mengua. De eso saben sus padres, su novia, los amigos, los compañeros de toga y birrete de su natal Santiago de Cuba y tantísimas personas más.
La innata capacidad de liderazgo que lleva dentro lo ha llevado a conducir multitudes, bien como pionero, bien en la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, y más recientemente en la Federación Estudiantil Universitaria, organización que dirigió en la provincia durante cuatro años, lo que renueva su arsenal de razones para defender el proyecto social en el que cree y por el cual hace, de conciencia y corazón.
Tal vez por eso este joven abogado, secretario general del comité de base del bufete colectivo número 1 de la Ciudad Heroína, asume la misión de asistir al décimo congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas como una oportunidad.
“Sucede que este es un contexto político y económico único, sin precedentes en el país — asegura con total pasión en la voz, la misma que le pone a cada juicio— y la juventud cubana, milite o no en la organización, está involucrada en las transformaciones que tienen lugar en Cuba, ese protagonismo que nos corresponde, la manera en que acompañamos la Revolución, la forma de aportar para más y mejor, tendrán su debate resumen justamente en julio”.
Su experiencia como dirigente le valió para ser incluido en la comisión que evaluará la atención de la Unión de Jóvenes Comunistas a las organizaciones estudiantiles; no obstante, sin poder despojarse de su profesión, aprovechará la posibilidad de intercambiar con otros delegados acerca del papel de la legalidad en la actualización económica.
“Considero clave la manera en que la UJC se vincula con la OPJM, la FEEM y la FEU, ahí late el futuro, por eso es tan atinado que se analicen y recontextualicen los vínculos mutuos, como mismo creo vital la manera en que el Derecho se inserta en los nuevos escenarios, no olvidemos que cada medida económica se hace acompañar de su normativa, con un cuerpo de leyes, decretos y resoluciones”.
Los modos en que se las agencia para multiplicar tiempo y ocupaciones son todavía un misterio en la vida de este novel abogado, que el pasado 4 de julio celebró el Día del Trabajador de la Administración Pública teniendo también entre sus prioridades el quehacer sindical.
“Desde que llegué a mi centro laboral el sindicato ha estado pendiente de cada cosa, mi elección como delegado al X Congreso no pasó inadvertido en el colectivo, y siento el reconocimiento de mis compañeros, no solo hacia mí, sino a todos los jóvenes del bufete, mire si es así que desde hace poco la sección sindical la dirige una de las militantes de nuestro comité de base”.
Entre sueños y expectativas anda la vida de este joven cubano, quien por estos días asume una tarea que nunca imaginó, pero que aspira a cumplir sin contratiempos: ser un delegado con todas las de la ley.
