Por María de las Nieves Galá y Evelio Tellería
Como “un cambio necesario en nuestra actividad” califica Juan Julián Caballero Martínez, director general de la Empresa Provincial de Transporte, en La Habana, a la implantación del nuevo sistema de gestión económica, que se aplica desde octubre del 2014 en las terminales de ómnibus Guanabo, en La Habana del Este, y Santa Amalia, en Arroyo Naranjo.
Está diseñado de manera tal que el chofer tiene la posibilidad de hacer la gestión de cobro del pasaje directamente, entregar su plan de recaudación (que está prefijado según estadísticas) al comenzar el turno o terminarlo. Los resultados económicos favorables y una mejora considerable de la calidad en el servicio, son aspectos que el funcionario destaca, aunque, subraya, es un tema que no está resuelto totalmente, porque persisten indisciplinas que conspiran en este sentido, como por ejemplo, no hacer las paradas oficiales por parte de algunos choferes.
Precisó Caballero que desde el 2014 se supera el traslado de un millón de personas en días laborables, algo que anteriormente no se alcanzaba. “En lo que va del 2015 la estabilidad está por encima de 1 millón 100 mil pasajeros a nivel de ciudad”.
Guanabo se distingue
En Guanabo no emplean gestor de pasaje, lo confirmó Oscar Saurí, director de la terminal. “Así lo determinaron los choferes, a quienes les explicamos que en caso de tenerlo, ellos tienen que contratarlo y pagarle, no la entidad. Finalmente, no lo quisieron”, refirió.
De elegirse esa opción, el conductor tiene que ser, en primer lugar, trabajador de la terminal (fregador, ponchero, mecánico, almacenero) que labore en otro horario. Al abundar sobre esta experiencia, manifestó que los choferes tienen una subcuenta en la caja por el valor de su plan de recaudación diaria y cuando hay incumplimiento de esta, la administración toma de ahí la diferencia de dinero para cumplimentar al 100 % la entrega de esa salida.
Apuntó que el sistema lo rige la Resolución 910 del 2014 del Ministerio de Transporte (MITRANS), de manera que la responsabilidad está escrita. Para ponerlo en práctica es preciso que los ómnibus tengan implementado el GPS, que permite realizar un control estricto. “El sistema establece penalizaciones si se incumple el horario, se viaja a exceso de velocidad o se transita con las puertas abiertas.
“El nuevo procedimiento ha traído un incremento salarial para todo el personal del 140 por ciento. Aumentaron los ingresos, disminuyeron los gastos, se redujo la plantilla de traba- jadores en las áreas administrativas, recursos humanos, almacenes y talleres”.
Gestor no es cualquiera
Desde diciembre último Irene Legón asumió la dirección de la terminal Santa Amalia, donde también se aplica esta nueva forma de gestión. Ella emprendió una tarea nada fácil, según sus palabras, pues tuvo que enfrentar problemas organizativos y de disciplina, sin embargo en poco tiempo se han vencido los escollos.
“Mejoramos las condiciones de vida (reparación de baños y taquillas) en los talleres, la ponchera y en toda esta unidad empresarial de base (UEB). Partimos de la máxima de reducir los gastos, de ahí que prescindimos de los servicios de otras entidades y los asumimos nosotros”.
La directiva alegó que de enero a la fecha el plan de viajes y de pasajeros se cumple al 109 por ciento. Asimismo, el salario medio es de 2 mil 50 pesos y las utilidades totales están al 189 por ciento.
Cada quien a lo suyo
Lourdes García no entiende por qué en La Habana han aparecido tantos ayudantes de choferes que cobran el pasaje. ¿Están autorizados o no?, dijo la mujer. Por su parte, Francisco González tiene la impresión de que falta información sobre lo que ocurre.
Lino Ibrahim Lirat Hernández, chofer del ómnibus 538 del P-10, dice tener mucha paciencia con los pasajeros. “La población no se puede maltratar”, apuntó. Para él son normales las frases por favor, caminen hacia atrás; y también hasta puede entonar una canción con la misma musicalidad que el desaparecido Nelson Ned.
Al iniciarse la nueva forma de gestión de cobro en la terminal, Lirat fue uno de los que prefirió emplear a un compañero. “Yo tengo que atender el timón, no puedo hacer las dos cosas”, dijo a Trabajadores.
A su lado, Alain Abreu afirmó que es imprescindible mantener buena conducta, andar bien vestido. “Si hay un viejito que no tiene los 40 centavos, lo dejo subir sin problemas”, dijo este joven de 27 años.
Precisamente, el tema de los conductores (o gestores) fue uno de los asuntos abordados con la directora de la terminal de Santa Amalia.
Con frecuencia hemos visto a algunos gestores de cobro del pasaje que no visten correctamente y su proceder es inadecuado. ¿Qué características o requisitos debe reunir el cobrador?
“En fecha reciente se efectuó una reunión con todos los choferes y gestores de cobro con dos objetivos: establecer las pautas necesarias del contenido de labor del gestor y hacer responsable al chofer de toda acción negativa o positiva de su acompañante.
“El gestor no tiene que ver con otra tarea que no sea cobrar, el resto son asuntos que corresponden al conductor del vehículo”.
Irene puntualizó que se estableció un documento a modo de certificación, con los datos (nombre, apellidos, dirección particular y carné de identidad) del acompañante del chofer. “La mayoría de ellos son de aquí (poncheros, fregadores) que en sus turnos libres asumen esta responsabilidad. No todos los choferes optaron por el cobrador.
Se exige tener buen porte y aspecto, trato correcto al pasajero, no puede viajar sentado sobre la alcancía ni en la portezuela del chofer y está prohibido ir con acompañante (novia, compañero de trabajo, amigos…) Solo habrá un ayudante”.
Abundó que en las paradas complejas, entre otras funciones, debe realizar con agilidad el cobro, ayudar al cierre de las puertas. El gestor no puede ingerir bebidas alcohólicas”.
Irene manifestó que constituye un reglamento propuesto por la dirección de la terminal, discutido con los trabajadores y aprobado por ellos con sus firmas.
Para tener en cuenta
De forma general, las opiniones sobre esta experiencia que benefician al personal son positivas. Desde 1977 Lázaro Fernández Valdespino labora en la terminal de Guanabo, allí funge como jefe de taller. “Nunca antes hubo una remuneración como ahora. Requiere de varios requisitos y cuanto menos gastos tengamos y haya más recaudación, mejor beneficio tendremos”, destacó.
Sin embargo, los choferes, que diariamente llevan un dividendo a su bolsillo, tienen una inquietud relacionada con el salario básico que es de 300 pesos. Entre ellos está Leonardo Paneque, de la ruta 400. “Nos preocupa el salario básico a los efectos de la jubilación. No es justo”. Tal criterio fue suscrito por otros colegas. Teniendo en cuenta las aspiraciones de incorporar otras unidades para el segundo semestre del año a esta experiencia, sería factible analizar los criterios de estos colectivos.
Desde nuestro punto de vista, la cuestión del gestor de cobro debe ser una alerta. ¿Por qué no identificar al carro que lo emplea? A lo mejor sería pertinente en una pegatina dejar claras cuáles son las atribuciones de este empleado por ahora solo autorizado en las terminales de Guanabo y Santa Amalia.
Mientras tanto, la nueva experiencia se abre paso, y de acuerdo con los directivos, hace que el transporte sea cada vez menos carga para el Estado, insta a trabajar con eficiencia, ayuda a ser sistemático y los colectivos adquieren más sentido de pertenencia.