Casi un cuarto de siglo hizo falta para que Estados Unidos enmendara uno de los errores que, en materia de política exterior, ha cometido con Cuba a lo largo del diferendo que desde hace más de un siglo nos separa: la Isla ha salido de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Hoy ha vencido el plazo para que el Congreso rechazara la propuesta del presidente Barack Obama de sacar a Cuba de la “maldita lista” y la decisión acaba de hacerla firme Jeff Rathke, Director de la Oficina de Prensa del Departamento de Estado, aunque aún resta el trámite de su publicación en la gaceta oficial (Federal Register).
El secretario de Estado tomó decisión final de rescindir designación de Cuba como Estado Patrocinador de Terrorismo: http://t.co/FSPKvACx7p
— USA en Español (@USAenEspanol) May 29, 2015
Quizás no sea casual que el fin del plazo coincidiera con una de las semanas de vacaciones de los congresistas. Se evitaron así la polémica, la aceptación por compromiso y hasta la exposición innecesaria.
Este tema, y el del banco que se encargara de las operaciones financieras de la Misión Oficial de Cuba en Washington, simiente de lo que podría ser la embajada cuando finalmente se decida abrirla, fueron abordados con fuerza por la delegación de la isla en las tres rondas de conversaciones efectuadas luego del 17D.
Finalmente, el Stonegate Bank aceptó ser la institución financiera que proveerá servicios bancarios a las autoridades diplomáticas cubanas en la capital estadounidense, lo que permitió restablecer los servicios consulares que habían quedado en suspenso luego de que, en noviembre del 2013, el M&T Bank cortó sus servicios a la oficina cubana. Las dificultades para hallar un sustituto se han debido a las diversas sanciones que impone Washington a través de las leyes que han codificado el bloqueo económico, comercial y financiero a la isla, que se mantiene.
Una reciente encuesta citada por Prensa Latina confirmó que el 59 % de los ciudadanos estadounidenses estaba en contra de considerar a Cuba como un estado patrocinador del terrorismo, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se había pronunciado reiteradamente acerca del tema y había presentado evidencias de que la nación caribeña fue víctima de atroces actos terroristas que cobraron la vida de tres mil 478 personas e incapacitaron a dos mil 99: “¿Qué estado terrorista es ese que pone los muertos?”, se preguntaba recientemente el presidente Raúl Castro en la última ocasión que habló del tema ante la prensa, justo en la despedida al presidente francés Francois Hollande.
No obstante, los enemigos de Cuba no se quedarán tranquilos. La congresista Ileana Ros-Lehtinen reconoció que cuando redactó la ley Helms-Burton (1998) «Nunca pensamos (en codificar), ni por asomo, la lista de estados patrocinadores del terrorismo, porque no se hablaba mucho de eso”, pero sí legislaron que el bloqueo contra la isla solo podía ser eliminado con una ley del Congreso.
No extrañan entonces sus declaraciones cuando aseguró que actualmente preparan un proyecto de ley cuyo propósito será frenar la política de Obama hacia Cuba, aunque esta, definitivamente, ya no podrá impedir la salida de Cuba de la “maldita lista”.
No es el fin del bloqueo
El anuncio de Washington de que Cuba ha salido de la lista de estados patrocinadores del terrorismo no representa el fin del bloqueo. Este permanece inamovible debido a un sistema de leyes que se interconectan y complementan. Entre ellas está la esencia de añosos códigos como el de Comercio con el enemigo (1917), Ley de Asistencia Exterior (1961) y la Ley de Administración de las Exportaciones (1979), regulaciones desde las cuales se conformó, en un primer momento, la política de guerra económica contra Cuba, que luego fueron complementadas con las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos (1963) y las Regulaciones para la Administración de las Exportaciones (1979).
Después llegaron Leyes como la Torricelli (1992), la Helms-Burton (1996) y la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones (2000), con las que se recrudecieron las prohibiciones a comerciar con Cuba, y Estados Unidos se reveló como un verdadero cancerbero mundial, persiguiendo, investigando y sancionado extraterritorialmente a los que se oponían a su mandato.
Al parecer esta práctica se irá “aflojando” para estar a tono con el deseo expresado por los presidentes de ambos países de avanzar en el largo y difícil camino de la normalización de las relaciones diplomáticas, pero el cepo que representa el bloqueo a Cuba, sigue refrendado por ley, y si bien posponen su uso, no creo que estén listos para destruirlo totalmente.
Aquí le ofrecemos el documento del Departamento de Estado de Estados Unidos:
Rescisión de Cuba como un Estado Patrocinador del Terrorismo
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Lo más importante para resolver el diferendo Estados Unidos – Cuba es suspender inmediatamente el Bloqueo (Embargo) a Cuba, mientra este exista, continuarán los problemas que limitan a nuestro país a desenvolverse en su desarrollo y al final el que sufre la consecuencia es el pueblo, motivo a todas las limitaciones que impone el Embargo por el mundo. Ya el Gobierno de los EE:UU, se dio cuenta que a las fuerza no se logra ningún propósito, hay que ir a la mesa de negociaciones y de ahí pienso que saldrán las verdaderas ayuda al pueblo cubano
Salimos de la lista y saldremos del bloqueo.
Pero lo que no se ve es salir al gobierno de los Estados Unidos de su política de genocidio internacional.
La caida del bloqueo es solo cuestion de tiempo.