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Esta semana, mientras transcurría el encuentro de los ministros de Exteriores y Defensa de la Unión Europea (UE), la prensa anunciaba que un grupo de 220 inmigrantes en situación de riesgo cerca de la isla italiana de Sicilia, tuvo que ser socorrido. Algo parecido sucedía en Grecia, en el mar Egeo. Antes, el 14 de mayo, alrededor de 870 fueron rescatados al norte de Libia; entre los auxiliados había 60 niños en situación de zozobra.
Durante el Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba, celebrado el 2 de mayo en el Palacio de Convenciones de La Habana, Ivana Galli, segunda secretaria de la Federación de Trabajadores de la Agroindustria y la Pesca de Italia, comentaba sobre la situación de la emigración que llega a través del mar Mediterráneo.
“Son ciudadanos que en sus países sufren una gran desesperación, incluso hay madres que entregan a sus hijos a extraños para que los lleven a Europa. Italia es un país de tránsito hacia Alemania, Noruega o Suecia.
“La emigración no se puede detener debido a la violencia y la miseria que están presentes en los lugares de los que provienen. Ellos pagan más de mil euros por la travesía y son engañados, después de alejarse de la costa los hacen montar en embarcaciones precarias”.
El sindicato está pidiendo que se ayude a esas personas. Asimismo, que se erradique la esclavitud agrícola a la que se ha regresado como negocio lucrativo, porque “muchos van a trabajar en la agricultura durante 12 horas al día con salarios míseros, son explotados”.
Durante la reunión del 18 de mayo, los ministros de la UE aprobaron un plan para desmantelar las redes de tráfico de emigrantes en el Mediterráneo, fundamentalmente en aguas de Libia de donde proceden la mayoría de las embarcaciones.
La operación que puede comenzar a partir de junio próximo, comprende detectar las redes de tráfico humano, un segundo momento refiere abordar y desviar las embarcaciones sospechosas, y por último destruirlas. Esto conllevaría el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas; su secretario general, Ban Ki-moon, se pronunció en contra de inutilizar los barcos, que son los mismos que los libios emplean para la pesca.
La Comisión Europea propuso recientemente la distribución de 20 mil personas entre los países del bloque este año y el venidero, en base a criterios de población, PIB nacional, tasa de desempleo y la cantidad de refugiados que hayan acogido antes; para lo cual, se dice destinará unos 56,9 millones de dólares. Ya es conocido que el Reino Unido discrepa y favorece el retorno de los inmigrantes.
Estas medidas de la UE no eliminarán el desplazamiento por mar, que se debe fundamentalmente a la crisis humanitaria que sufren los inmigrantes en sus países de origen producto de guerras y desgracias de todo tipo, de las que no se puede desligar Occidente.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ha dado a conocer que hasta el 7 de mayo del 2015, el número aproximado de arribos de migrantes a Europa es de 34 mil 570. Específicamente a Italia, entre enero y abril llegaron 26 mil 228.
Se calcula que en estos primeros meses, mil 829 personas se han ahogado en el Mediterráneo, comparado con 207 muertes en igual período del 2014. Solamente los días 18 y19 de abril, perecieron unos 800 viajeros en una embarcación que naufragó cerca de las costas libias.
La OIM señala que los principales países de origen han sido: Eritrea, 5 mil 388; Somalia, 3 mil 717; Nigeria, 2 mil 789; Gambia, 2 mil 99; Siria, 2 mil 91.
También la Organización está denunciando la tendencia de mujeres africanas, sobre todo de Nigeria, que son objeto de trata para el comercio sexual, en una proporción tres veces mayor que durante el mismo período del año pasado.
El mar Mediterráneo, entre otros, limita por el oriente y el sur con las costas del Líbano, Siria, la Franja de Gaza, Marruecos, Egipto, Libia, Túnez y Argelia. La isla de Lampedusa, de Italia, de la que se escucha hablar con frecuencia sobre estos temas, es un punto de entrada de indocumentados a Europa muy cercana al norte de África, se encuentra a 205 kilómetros de Sicilia y a 113 kilómetros de Túnez.
Estos son unos locos que van tras un sueño, el cual se convierte en pesadilla en cuestines de segundos. Les digo que estas personas tienen algo en común con los emigrantes cubanos que van tras el sueño americano y cuando llegan la realidad es otra. Unos caen de pie, y muchos no se levantan.