“La CTC es una escuela que irá conmigo a cualquier parte”, asegura Nayda Yamila Rodríguez Montero, entre la nostalgia por una historia de 15 años como cuadro profesional del movimiento sindical y su nueva misión al frente de la vicepresidencia de la Asamblea Municipal del Poder Popular (AMPP) en Matanzas.
A la prestigiosa organización debe su preparación integral. “Como miembro del secretariado en la provincia, atendí Asuntos Económicos, una esfera que me dotó de conocimientos para interpretar diferentes procesos, en especial las transformaciones que afronta el país, ya sea en términos de empleo, salario e incluso en sectores como el no estatal, necesitado de una eficaz gestión”.
Ataviada con el dominio de legislaciones, una de sus mejores armas, considera que el ejercicio de la representación es aspecto común a la CTC y el Poder Popular. “Al igual que los trabajadores, el pueblo merece prontitud y calidad en las soluciones de sus planteamientos. Los que acabamos de ser elegidos no podremos nunca renunciar a tan esencial propósito”.
Graduada de Ingeniería Mecánica, a Nayda le acompaña la rotunda certeza de que la inquietud ajena debe entenderse como propia, “gestionarse como si me pasara a mí”, idea que escuchó de una colega y con la que concuerda, dice, ciento por ciento.
La delegada de la circunscripción 72, en Peñas Altas, en la urbe capital, afronta el recién estrenado decimosexto período de mandato, consciente de que en las circunscripciones, la célula básica del Poder Popular, la única magia posible habita en la capacidad de convocar a los electores, de movilizarlos. “Para que en los barrios la vida fluya óptimamente, nos toca ejercer gobierno con el pueblo”.
Carlos y Alejandro, sus dos hijos, colman la existencia de esta mujer, cuya estatura la mueve a repetir, a quien no la conoce: “no juego voleibol ni tampoco básquet”.
“Esos seis pies que parece medir, los lleva en el alma, un tamaño humano que pocas veces veo”, confiesa María Caridad Rodríguez, secretaria general del buró municipal del Sindicato de Trabajadores de Hotelería y el Turismo, en Cárdenas.
Con la misma incondicionalidad que aprendió en la CTC, Nayda asume, afirma, su función como vicepresidenta de la AMPP, animada por la capacidad y valores de sus nuevos compañeros y eternamente convencida, como dijera Martí, de que “la inteligencia no es la facultad de imponerse; es el deber de ser útil a los demás”.