La necesidad de enfrentar el consumo de lo superfluo en defensa de la identidad nacional constituye un imperativo del momento, como bien se constató en Memoria Nuestra, evento teórico de las Romerías de Mayo, desarrollado en el hotel Pernik, de Holguín.
Importantes investigadores y personalidades, entre ellos Abel Prieto, asesor del Presidente, y Julián González, ministro de Cultura, han alertado acerca de los peligros que representa el acceso y promoción de una estética foránea, ajena a la idiosincrasia del cubano.
No se trata de establecer prohibiciones, imposibles en un mundo cada vez más intercomunicado, sino de afrontarlas con productos mejor elaborados, generadores de patrones y estereotipos a la altura de los valores y principios de la nación.
Este propósito quedó delineado desde la misma conferencia inaugural, impartida por José María Vitier y dedicada a resaltar la influencia del Héroe Nacional José Martí en la vida y obra de su familia y, por tanto, de las demás que forman nuestra sociedad.
Aspectos relacionados con la cooperación cultural, las posibles contribuciones al desarrollo local y comunitario, y los procesos de sostenibilidad de la cultura, fueron analizados con profundidad en el laboratorio convocado al respecto.
El encuentro incluyó la presentación de ponencias sobre la solidaridad y la colaboración, el cervantismo cubano, las redes sociales, la preservación de los valores culturales, la creación musical y la literatura latinoamericana, entre otras.