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Nueva Gerona.- En otro partido rompecorazones, el equipo Ciego de Ávila puso olor y sabor a piña en la final de la 54 Serie Nacional, tras superar por la mínima 4-3 a sus rivales de Isla de la Juventud y colocarse a un triunfo de coronarse por segunda ocasión en la historia del béisbol cubano.
Los tigres avileños fueron los primeros en romper el celofán gracias al hit número 200 y la empujada 108 de Ariel Borrero en postemporadas, —recordista en ambos departamentos— frente al abridor Javier Vázquez, quien había permitido antes doble de Yeniet Pérez.
La riposta de los Piratas no se hizo esperar, pues en el propio primer inning marcaron dos al aprovechar dos imparables de Julio Pablo Martínez y Luis Felipe Rivera, así como un wild pitch del abridor Ismel Jiménez en jugada continuada, sobre la que hizo error en tiro Osvaldo Vázquez cuando el lanzador cubría el home para evitar la segunda carrera.
Más rápido que un merengue a la puerta de un colegio, los visitantes emparejaron la pizarra, al ligarle en el segundo episodio cañonazo de Osvaldo Vázquez, pelotazo a Abdel Civil, error de Michel Enríquez y hit remolcador de José Adolis García, envuelto en otra gran serie, tanto a la ofensiva como a la defensa.
En lo adelante, Ismel Jiménez y el relevista Jesús Amador se enrolaron en un duelo de ceros, aunque no sin pocas amenazas por parte de ambas selecciones, con jugadas muy discutidas en cuanto a la táctica de los mentores, ya sea en el corrido de las bases como en la utilización del toque de bola para adelantar jugadores a posición anotadora.
La única mancha del impecable relevista pinero se la anotó el torpedero Yorbis Borroto con largo jonrón de línea por el jardín izquierdo en el séptimo; mientras otra vez Darién Núñez y Danny Aguilera no pudieron cumplir con efectividad el rol de cerradores, al permitir una última y decisiva carrera en el noveno tras boleto a Borroto, sencillo de José Adolis y fly de sacrificio de Yeniet Pérez, sin duda un refuerzo que no olvidarán los avileños en muchos años.
Cuando todo parecía listo para sentencia, los pineros volvieron a sacar su gallardía y aprovecharon un error del camarero Raúl González para poner a soñar a su afición, que pudo gritar hasta el delirio los nombres de Dainier Gálvez (4-4) y Michel Enríquez, este último con imparable al derecho que cerró la pizarra 4-3.
Vino entonces un pelotazo a Luis Felipe Rivera (por cierto, se dieron siete en este desafío) y luego un salvador segundo doble play a la cuenta de Jorge Luis Barcelán, a quien no se sustituyó ni se mandó a tocar en el octavo con hombre en primera sin out, lo cual fue reconocido como un error por el mentor José Luis Rodríguez Pantoja en la conferencia de prensa.
Con el enfrentamiento favorable a los tigres, este viernes se jugará en el estadio José Ramón Cepero, donde se anunciaron un posible duelo entre Alaín Sánchez –salió a salvar este miércoles y lo hizo de maravillas con tres envíos- y Darién Núñez o Luis Manuel Suárez, según los directores de estas selecciones.
Lo visto en el quinto partido volvió a demostrar que juegos de grandes emociones no son sinónimos a calidad, al menos en nuestro béisbol, pues presenciamos no solo cuatro errores que van a libros, sino otros en la toma de decisiones de los cuerpos técnicos y no pocos a la cuenta de los peloteros, por no tomar señas de sus coaches o simplemente obviar el ABC del béisbol: no se puede correr más que la pelota, hay que estar concentrados todo el tiempo a la defensa.
