Ocultar la verdad o parte de ella nunca conduce por buen camino. De una forma u otra aparece y desacredita a quien lo hace. Así sucede con el caso publicado a inicios de marzo: Rosa Helen González García, instructora de arte del pinareño municipio de Minas de Matahambre, aseguraba que fue sancionada “injustamente por prestar una guitarra del centro docente donde laboraba”.
La pronta y extensa respuesta de la Dirección de Educación y del Secretariado de la CTC provinciales aporta elementos y demuestra que la remitente no tenía la razón, pues sí había vendido el instrumento musical. Y que tampoco hubo violaciones en el procedimiento seguido en la aplicación de la sanción ni en el tratamiento laboral dado y ratificado por el órgano de justicia laboral y los tribunales hasta la instancia del Supremo.
Quedó evidenciado en la investigación que a fines de septiembre del 2013, la directora de la escuela Ramón González Coro prestó el medio a la instructora para su superación, según consta por escrito en su registro de notas, explica Marisol Bravo Salvador, máxima representante de Educación en el territorio.
En diciembre la trabajadora no lo devolvió como le solicitaron alegando que estaba roto, y fueron infructuosas las visitas a su casa de la directora y la jefa de ciclo para esclarecer el asunto.
A la sazón, llegaron rumores de que un instructor de la secundaria básica Batalla de Montezuelo había vendido una guitarra en 35.00 CUC a solicitud de la pareja de Rosa Helen. Recordemos que en su misiva la remitente apuntaba que era madre soltera y que había prestado la guitarra a un colega para preparar la actividad por el día del maestro.
Se verificaron las murmuraciones y recuperaron el instrumento después de un largo intercambio y entendimiento con la compradora, una vecina del consejo popular La Sabana, notifica Yariel Cruz Gavilán, funcionario de la CTC provincial que atiende la esfera laboral. No fue por gestión personal como la instructora quiso hacernos ver en su carta a esta sección.
Los firmantes de los documentos enviados sustentan que la medida fue justa, amparada en la Resolución Ministerial No. 165/06, en su capítulo IV acerca de las infracciones de la disciplina laboral de carácter grave. Asimismo, ante las evidencias, la sancionada reconoció haber vendido la guitarra.
La directora provincial de Educación subraya que a la trabajadora se le aplicó la separación definitiva dentro del término de los 30 días hábiles posteriores a que concluyeron las averiguaciones.
Igualmente se comprobó la falta de un acta de responsabilidad material a nombre de la infractora, porque la directora de la escuela es la encargada del área donde son resguardados los medios, de los cuales registra las entradas y salidas.
Rosa Helen cobró el salario correspondiente al tiempo laborado y la escuela no era responsable de pagar las licencias pre y postnatal, porque en ese tiempo ya estaba desvinculada de la entidad, añade.
Pero en este punto nos asaltan dudas, en tanto los documentos que nos enviaron tienen diferencias en las fechas, siempre importantes y mucho más por el estado de gravidez de la joven.
El funcionario de la CTC provincial expone que en noviembre del 2013 ya se conocía del acto ilícito y la muchacha tenía dos meses y medio de embarazo. Mientras, uno de los párrafos de la carta de la directora de Educación en Pinar del Río menciona que se hizo el muestreo al pago del salario devengado por la trabajadora desde septiembre de ese año hasta enero del 2014 en que fue sancionada. Entonces tendría unos cuatro meses de gestante.
En cualquiera de los casos estaba empleada, aunque carecemos de otros elementos para juzgar la justeza del pago de la licencia, pero es un bombillo rojo que dejamos prendido en este penoso incidente.
Una vez más exhortamos a ser transparentes en las cartas. Para exigir justicia es preciso ser honestos, y como dice el refranero, la mentira tiene patas cortas y la verdad siempre la alcanza.