Por segundo día consecutivo Capitalinos dispuso de Ciego de Ávila en la gran final de la Liga Superior de Baloncesto (LSB) 2015, esta vez con score de 82-67 y actuación memorable de Jasiel Rivero y Allens Jemmott, las dos piezas claves en esta segunda victoria de los habaneros.
Contrario a lo sucedido el día anterior, Capitalinos tomó el mando de la pizarra segundos después de iniciarse el choque y nunca permitió que los Búfalos avileños se acercaran a menos de seis cartones.
Nuevamente el liderazgo del yumurino Jemmott fue vital para los discípulos de Rainel Panfet, quienes han hallado en el matancero al guía de una selección plagada de talento pero sin un cabecilla visible. Allens este sábado no solo marcó 15 puntos en la individual, sino que sus endemoniados triples y canastas en suspensión llegaron en momentos cruciales para los suyos. No sería descabellado pensar que el curtido jugador tiene hoy todas las papeletas en la rifa del Más Valioso de la final.
Por su parte, Rivero —todo talento sobre la cancha— regaló una demostración impresionante de baloncesto al anotar 22 unidades, ofrecer un asistencia, recuperar seis rebotes y poner dos “tapones” a sus rivales.
En general, Capitalinos ha demostrado en esta final de 2015 ser un equipo más completo, con mejores argumentos sobre el tabloncillo y con una excelente plasticidad tanto al ataque como a la defensa.
En tanto, Ciego de Ávila dista mucho de ser aquella maquinaria pesada que, en cada play off, se convertía en el terror de sus oponentes. Hoy, mermado por las ausencias, Ciego apenas es reconocible en la figura del siempre legendario William Granda: un hombre que en esta final ha sido la barrera entre la derrota y la masacre.
Granda convirtió en el este segundo partido 25 puntos para ser el máximo anotador del choque, pero no ha contado con el apoyo de sus dos compinches de mucho tiempo: Yoan Luis Haití y Yasser Rodríguez, quienes aún marchan a media máquina sobre el tabloncillo.
Haití, otro monstruo del baloncesto en Cuba, apenas ha marcado 17 puntos en dos encuentros, 13 de ellos conseguidos desde la línea de tiros libres.
Con respecto a tal situación Jesús Martos, director de los avileños, reconoce que la pobre ofensiva de Haití y Rodríguez ha sido fundamental en el desenlace de los primeros partidos.
Ahora la final se traslada hasta tierras avileñas, a la sala Giraldo Córdoba Cardín, cuartel general de los Búfalos y una de las plazas más difíciles —si no la más— para los conjuntos visitantes. Allí los Capitalinos tratarán de liquidar el play off en un escenario en el cual se les han escapado ya varias coronas nacionales, mientras los anfitriones apostarán por aprovechar la localía para sacar los mejores dividendos de los siguientes tres partidos y forzar el regreso de la final a La Habana, una tarea que, a la luz de los más recientes resultados, parece harto compleja.
Empate para las mujeres
Las jugadoras de Pinar del Río tomaron desquite de las Capitalinas en el segundo juego de esta final y este sábado como locales consiguieron igualar el play off con pizarra de 88-69.
El balance (1-1) conseguido en predios vueltabajeros favorece a las muchachas de La Habana, quienes consiguieron arrancar un partido a las actuales campeonas de la LSB y ahora tendrán tres choques como locales.
Como se esperaba, este es un duelo más nivelado: por la calidad de las de Pinar —que cuenta entre sus filas con varias baloncestistas de la selección nacional— y por la forma en que han llegado las habaneras a la discusión del título, tras haber dejado en el camino al competitivo elenco de Guantánamo.
En cualquier caso, ambas plantillas buscarán obtener dos victorias en la cancha de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte (UCCFD), pues resulta poco probable que la balanza se incline de un solo lado después de lo visto en los dos primeros encuentros.