Revisen el vídeo, el árbitro se equivocó

Revisen el vídeo, el árbitro se equivocó

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Revisen el vídeo-1El último enfrentamiento de la subserie Granma vs. Industriales volvió a enseñar la clase que le falta al béisbol cubano, esa carencia de profesionalidad que deja entrever cuando las  manifestaciones negativas le marcan tres strikes.

Lo del domingo 15 de marzo fue lo más reciente visto, al menos por mí, un suceso que comento so pena de parecer injusta. No tengo todos los elementos y eso es fatal para opinar. Mi juicio tiene, sin embargo, el soporte de la imagen, de lo que “publicó” la cámara en el  estadio Latinoamericano.

Juan de Dios León había decretado out en primera base. El corredor, convencido de la injusticia, abrió los brazos en señal de inconformidad, de no me tocó y tenía que tocarme,  y de nuevo la revisión del video le daba la razón a los alazanes de Carlos Martí.

Error enmendado y a jugar, eso era lo que venía, pero eso no fue lo que vino. Antes de llegar a su posición, el árbitro se desvió hasta el banco de los visitantes y expulsó a alguien (luego se dijo que al preparador físico de los granmenses). Supuestamente algo le gritaron, supuestamente lo irrespetaron e hizo valer su poder, su poder para aplicar ¿justicia? No sé con certeza qué lo puso tan iracundo. Lo que la gráfica sí mostró fue su pérdida de compostura.

El árbitro fue protestando desde la primera base hasta detrás del home. Y allí, mientras esperaba por la revisión del video, habló cuanto quiso, en palabras y en gestos. Suerte la del audio en off, suerte que no se escuchó lo que dijo y mala suerte para él. Sencillamente Juan de Dios León se equivocó, no  por su fallo visual, no porque cantó mal. Pifió en su conducta, en la manera, bastante descompuesta, en la que asumió el derecho del corredor a que su mentor pidiera ver la jugada de nuevo. Pifió al no admitir, desde la llana aceptación, su desacierto.

Sus ademanes y para colmo la expulsión, me supieron a “aquí el que manda soy yo”. Y eso no es bueno, no lo es para Juan de Dios, no lo es para el arbitraje, no lo es para el béisbol mismo. La humildad alecciona, educa; la soberbia, no.

La autoridad, la estima son consecuencia del respeto al otro y empieza por el respeto a uno mismo, por esa concepción de  juego limpio que nada ni nadie debiera ensuciar, una ética que suele quedar debajo del escombro si se pierde el sentido de rol que a cada cual toca.

Un deporte como este, que depende de muchos, también exige la profesionalidad de cuantos tienen que ver con él. No basta con saber cómo aplicar las reglas, tener talento o ser un magnífico estratega. Se necesita etiqueta, esa cordura para evitar, para contener, para no dejarse provocar. Eso no lo consiguió Juan de Dios como tampoco lo consiguen otros árbitros, directores, atletas.

La Comisión Nacional de Béisbol y los encargados del cuerpo de arbitraje, en este caso, deben seguir analizando, con hondura mayor,  más que los comportamientos  en sí mismo, sus causas.

Para suerte de la pasión cubana, de los equipos, de los propios árbitros, donde creadas están las condiciones  hay jugadas que se pueden reclamar. La justicia ahora queda mejor aplicada, solo hay que decir: revisen el video…

 

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4 comentarios en Revisen el vídeo, el árbitro se equivocó

  1. La ética profesional le exige a usted, periodista, averiguar antes de dar una opinión. Usted no sabe lo que le pueden haber dicho al árbitro desde el banco, a lo mejor lo ofendieron y eso no se puede permitir. Pregunte primero y opine después.

    • Buen día Amaury, gracias por su tiempo, por leer esta, mi opinión, y también por dejar la suya. Estimo mucho la observación sobre cuánto me debe exigir la ética profesional, un asunto común a la especie humana y un desafío constante para mí y lo intento, intento ser profesional y con esta propuesta de contenido lo intenté, fíjese que el texto, en su párrafo inicial, dice “… No tengo todos los elementos y eso es fatal para opinar. Mi juicio tiene, sin embargo, el soporte de la imagen, de lo que “publicó” la cámara en el estadio Latinoamericano. Más adelante digo: “Supuestamente algo le gritaron, supuestamente lo irrespetaron e hizo valer su poder, su poder para aplicar ¿justicia? No sé con certeza qué lo puso tan iracundo. Lo que la gráfica sí mostró fue su pérdida de compostura. El árbitro fue protestando desde la primera base hasta detrás del home…Y allí, mientras esperaba por la revisión del vídeo, habló cuanto quiso, en palabras y en gestos. Suerte la del audio en off, suerte que no se escuchó lo que dijo y mala suerte para él…

      Se dará cuenta que todo el tiempo le he concedido al árbitro el beneficio de la duda, lo mismo que ha hecho usted al presumir que “a lo mejor lo ofendieron y eso no se puede permitir”. Amaury, no se trata del agravio, si es que lo hubo, se trata de la manera en la que manejó la situación, cómo solucionó un “problema” que causó él mismo con una mala decisión en primera base. Fíjese, en el supuesto de que tuviera razón para expulsar al preparador físico de Granma, Juan de Dios parecía más el agresor que el agredido. Él no debe perder la compostura y la perdió. Era suficiente con expulsar al supuesto causante de la ofensa. Era suficiente.

      Amaury, si me deja un correo, pues le envío el vídeo con la parte donde se produce la jugada y los momentos que transcurren desde que se solicita la revisión hasta la expulsión. Yo lo revisé varias veces. Seguro que ha escuchado que una imagen vale más que mil palabras.

      Gracias de nuevo por haber leído mi texto.

  2. Cierto Sergio Beltrán García, se necesita de más profesionalidad, porque sin tan esencial talante sería imposible dotar de calidad integral al suceso que es la pelota para este país. La profesionalidad expresa cuán capacitado o capacitada se está para el ejercicio cabal de cualquier evento.
    Gracias por su comentario.

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