Gisela Duarte, miembro de Secretariado Nacional de la CTC, destacó que en el mundo los niveles de afiliación rondan el 8 y el 10 %, mientras que en la isla existen 3 millones 280 mil afiliados en 87 mil organizaciones sindicales lo que equivale a más de 90 % de la población económicamente activa.
Desde el 2011 el movimiento sindical asumió el reto de sindicalizar a los no estatales, ardua labor que pasa por una solicitud que debe hacerse de manera personal, directa y voluntaria. Hoy hemos logrado afiliar al 64 % de esos trabajadores en más de 6 mil organizaciones y también hay más de 150 mil jubilados inscritos, explicó
A partir del 2008 el movimiento sindical participó de la discusión de la Ley de seguridad social, acerca de la cual se suscitaron más de 500 mil planteamientos, muchos de los cuales enriquecieron el cuerpo legal. Otra experiencia importante fue la discusión de los Lineamientos del VI Congreso, de la que salieron más de 400 mil enmiendas que provocaron se cambiara más de la mitad de la formulación inicial. Para evaluar el nuevo Código del Trabajo organizamos más de 60 mil asambleas en todo el país y el debate se extendió a los colaboradores cubanos en el exterior.
El resultado de este último proceso democrático y participativo fue en Código revolucionario que garantiza, incluso, los derechos sindicales y reconoce la importancia de la negociación colectiva, donde a los sindicatos corresponde un rol fundamental como herramienta para exigir el cumplimiento de deberes y derechos.
Gisela recordó que la CTC preside la Comisión Electoral, y que tiene 22 representantes en el Parlamento. Nuestro primer precepto es defender la conquista mayor, que es la Revolución, y el segundo es defender a los trabajadores a partir de la relación armónica entre deberes y derechos. La táctica es movilizar a los trabajadores hacia el cumplimiento de las aspiraciones del desarrollo económico sostenible que permita elevar el nivel de vida de nuestro pueblo.
Heriberto González, de la Oficina Regional de la Federación Sindical Mundial, recordó que el pasado 17D el presidente Barack Obama mencionó en su discurso a los sindicatos cubanos. La referencia fue calificada por González de impropia pues Estados unidos ni siquiera llega al 15 % de afiliación y de las decenas de convenios y acuerdos multilaterales favorables a los trabajadores, solo ha ratificado siete.
Propuso exponer en Panamá la idea de que los gobiernos cambien el concepto de trabajo decente por el de trabajo decente, e incluyan en él la igualdad salarial entre hombres y mujeres. También explicó la pertinencia de defender allí la negociación colectiva, el derecho a la sindicalización, así como resaltar la labor de los sindicatos cubanos como espacio para la participación real de los trabajadores.
Una representante del Instituto de Filosofía se alegró del provechoso debate propiciado por el foro pero llamó a la ampliación del espectro de sociedad civil para no ofrecer una visión parcializada sino justa, contradictoria y de contrastes pues esa es la que apuesta por la Revolución y por la construcción del Socialismo. Relató su experiencia como educadora popular y validó esa forma de participación por continua y sistemática.