No bastaron los 30 cartones de William Granda, ni las ocho magníficas coronas de los Búfalos Avileños para frenar el avance de Artemisa, o mejor, para frenar a ese vendaval de metro y 80 que responde al nombre de Osmel Oliva en el segundo partido delas semifinales de la Liga Superior de Baloncesto (LSB), que concluyó favorable a los artemiseños 82-70.
Aunque los jugadores de Ciego de Ávila salían como máximos favoritos tras vencer en el primer desafío, los occidentales les sorprendieron con pases efectivos, velocidad y una defensa a todo terreno que, por momentos, consiguió cortar el oxígeno en el juego de los Búfalos.
Sumemos a ello que Ciego no consiguió anotar en los últimos cuatro minutos de partido y desperdició tres contragolpes consecutivos en ese tiempo. Así, como explicaría claramente su director Jesús Martos, “es imposible aspirar a la victoria”.
Además, resulta evidente que los octacampeones nacionales distan hoy de tener una buena forma física, pues sus principales hombres no están jugando a plena marcha debido a las lesiones sufridas a lo largo del campeonato y que los alejaron de las canchas.
Por su parte, Artemisa –aún sin la presencia del zurdo Humberto García y los videntes desniveles entre sus jugadores– ha conseguido potenciar un sistema basado en las habilidades/velocidad de sus hombres, que suplen con ello la baja estatura colectiva.
Oliva, una vez más, cargó con casi todas las responsabilidades de la plantilla, al repartir siete asistencias, recuperar cinco balones y anotar 29 cartones.
Ahora el play off se trasladará al patio de los avileños, quienes han resultado prácticamente inexpugnables en la sala Giraldo Córdova Cardín. Allí, según Martos, tratarán de aprovechar la localía y la presión extra que imprimen los parciales locales para avanzar a la final, instancia de la cual no han dejado de asistir en la última década.
La Habana casi está en finales
Ambas plantillas de la capital cubana, en uno y otro sexo, tienen casi el boleto finalista en el bolsillo luego de que este miércoles consiguieran sus segundas victorias al hilo en el play off semifinal de la LSB.
Entre los hombres Capitalinos dispuso de Santiago de Cuba, primero con pizarra de 77-65 y luego 76-68, con lo cual los habaneros extienden su invicto a 29 partidos en esta LSB y solo precisan una victoria para —como se esperaba— estar en la discusión del título nacional.
Jasiel Rivero, ese portentoso jugador que deslumbra por sus habilidades, ha sido el azote de los santiagueros al encajar 49 cartones entre los dos partidos, secundado por el estelar Allen Jemmott (26 puntos). Jemmott, ojalá no me equivoque, llegó a la formación capitalina para no partir jamás: es el líder natural que precisaba el equipo, el hombre que puede guiar desde la experiencia y la calidad a una generación de jugadores que podría marcar historia.
Por su parte, las chicas de la capital derrotaron a las guantanameras en la Caldera de San Justo con marcadores finales de 82-68 y 76-74. En la segunda oportunidad la pieza esencial fue la ofensiva de la jugadora habanera Claudia Clavo, quien sumó 25 puntos en la individual.
En tanto, luciendo su condición de campeonas de la pasada LSB, las jugadoras pinareñas salieron delante en las semifinales al derrotar convincentemente a Sancti Spíritus por 87-77. Las vueltabajeras tuvieron una ofensiva mejor repartida, con cinco basquetbolistas con doble dígito; aunque las espirituanas cuentan con una extraclase como Yamara Amargo, dueña de 29 tantos y cinco rebotes.
La máxima diferencia entre las de Yayabo y las pinareñas estuvo en el trabajo bajo los tableros, donde las más occidentales acumularon 30 rebotes por solo 15 las derrotadas. En este aspecto destacó Anay García, al quedarse con 10 balones para las pativerdes.