Por Juanita Perdomo Larezada y Betty Beatón Ruiz
Desandan por una y otra tiendas de las cadenas Cimex y TRD Caribe repitiendo el mismo monólogo interior, “¿qué me compraré?” No importa la edad, el sexo, el nivel adquisitivo o la complexión física, como tendencia salen insatisfechos.
Claudia, la estudiante universitaria, asegura que las perchas y la moda parecen polos iguales, “se repelen”; Yamilka, custodio, y Reina, oficinista, se duelen de la calidad de los surtidos, “sin hablar de la ausencia de prendas interiores”; Leonel, el locutor, siente no hallar “camisas elegantes y pantalones”; Alexis, con sus libras de más, sufre un “desamparo” textil, “nunca hay nada para mí”; mientras Karla, la profesora, gruñe por los zapatos nuevos ya despegados.
Así de heterogéneas y realistas son las opiniones de santiagueros y matanceros. Se quejan de la intermitente y limitada presencia de perfumes, colonias, televisores y un montón de otras cosas, con especial énfasis en lo deficitario de las prendas para emperifollarse.
Cierto es que el 2014 finalizó con una marcada deuda en la familia de productos de ropa y calzado. Si en Santiago de Cuba las confecciones ocupaban el último lugar en las ventas del Cimex, en las TRD Caribe de Matanzas los dos renglones apenas representaban un 5 % en el total de los expendios.
Las exploraciones allá y aquí sugieren un panorama contradictorio si se tiene en cuenta que tras la prohibición de la venta de prendas de vestir importadas por los cuentapropistas, se presumía, coinciden entrevistados, un respaldo estatal en el suministro estable, diverso y con calidad de este tipo de mercancía, coherente también con la política para el Comercio contenida en los Lineamientos del Partido.
Tiendas llenas, poco que llevar
Factores internacionales como el encarecimiento de los productos y restricciones financieras que han impedido a Cuba, por ejemplo, ventajas crediticias, inciden, estiman especialistas, en las decisiones de compra del país, unido a problemas internos en la gestión económica y su negativa repercusión en la red minorista.
Según Vivian Torres Reytor, gerente adjunta de la sucursal Cimex Santiago de Cuba, las rotaciones de las confecciones en piso estuvieron muy por debajo de lo requerido, pese a que el suministro en el 2014 fue mejor que en el 2013. En contraste, reconoce, “con el calzado ha sido diferente e incluso los modelos brasileños son bien aceptados”.
En Matanzas, Maray Abreu, directora de la división territorial TRD Caribe, y Yosvany Barrios García, jefe del Departamento Comercial, explican que la cantidad de mercancía se incrementó de un año a otro, como consecuencia de una cifra que superó los 550 contenedores. La ruta crítica, admiten, estuvo en confecciones y peletería.
De acuerdo con Barrios García registraron entradas en febrero y una cantidad menor en septiembre, un contenedor de Panamá con ropas de amplia acogida en la población. “Demasiado poco”, lamenta.
Entre tierras indómitas y yumurinas se abre un puente a las coincidencias. Inestabilidad y ausencia total en determinados momentos, signaron el suministro de proveedores nacionales tanto de atuendos como de artículos varios, díganse, por citar algunos, maquinillas de afeitar, cremas, perfumes, talco, colonias, íntimas, canastilla y papel sanitario, oferta que estabiliza su presencia de un tiempo a esta parte.
A tan perjudicial vacío habría que añadir la carencia de piezas que complazcan en cuanto a modelos, curvatura de talla o colores, alertan trabajadoras del Cimex de la tienda Alegría, en el oriente cubano. Igual de preocupados andan en el establecimiento Atenas de Cuba.
Marién de Castanedo muestra inconformidad por la mucha mercancía de lento movimiento. “Producto que no gusta se estanca y eso es dinero que no retorna al país”, advierte, mientras enseña un jean de 17.35 CUC que bien pudiera ser considerado fundador de la tienda, por el tiempo que llevaba allí colgado, ¡casi un quinquenio! Cerca de ella, Ivetty Rodríguez muestra el overol rebajado a 3.45. “Ni así se lo llevan”, sonríe.
En el área de peletería, una mujer regresó por otro par para la nieta. “Los primeros salieron buenos”, dice complacida; mientras, a su lado, un señor guarda los suyos animado por la sugerencia de lo mucho que duran.
Con independencia de la demostrada calidad de algunos, las devoluciones son una constante, apunta Yaneysi Zamora Gómez, especialista comercial de Matanzas.
En la tienda Princesa de Medio la historia se repite. A Caridad González tuvieron que reintegrarle los 19.05 por las cuñas AnaCarla que “enseguida se despegaron”, una suerte que no corrió Roxana luego de que a la segunda puesta en dos meses quedara rasgada la piel de los adquiridos en 30 CUC en la boutique La Isla y perdiera la garantía.
Si la calidad de ciertas compras y el lento movimiento de otras afectan la economía estatal, la individual queda muy mal parada y alcanza hasta el bolsillo de los dependientes. Trabajadores de TRD Caribe en la provincia de Matanzas se quejan de un sistema de pago que consideran injusto, porque les penaliza el salario, lo mismo si incumplen las ventas como si reciben devoluciones de mercancía. “¿Por qué pagar las consecuencias por las compras que hacen otros?”, cuestionaron.
Pese a los escollos objetivos que hoy entorpecen las ventas de ropa y calzado, Yeny Marisol Carmenate, gerente de la yumurina unidad comercial La Góndola, considera que el servicio se resiente por la existencia de una población laboral muy joven, demasiado inexperta para un mundo donde hay que saber dialogar, sugerir, proponer, aspectos influyentes, precisa, en el acto de venta.
“La familia cubana sabe cómo y qué se le comercializa y qué calidad puede tener. Buscan hasta los proveedores de mayor prestigio. Estamos lidiando con un cliente preparado y nos corresponde estar a su altura”.
Si la tienda no complace…
“Si en la tienda no está lo que busca, encuéntralo en ciertas casas o con los merolicos por la calle, incluso en los propios centros laborales”, comenta Marisela, la profesora santiaguera. “Es verdad que es una compra ilegal, pero la mercancía es de calidad, actualizada y con el incentivo de los pagos a plazos”.
“Prefiero ir a las tiendas que estar preguntando por aquí y por allá…”, considera la yumurina Carmen González. “Ahora, dígame usted dónde compro una licra para mi hija. He recorrido todas las shopping por gusto, al final tuve que soltar los 12 CUC a un particular”.
Cerca de Carmen, Maritza alza su voz: “Yo sí no puedo dar tanto dinero. Esta blusa me costó 7 CUC en Variedades (del Cimex), la misma que a mi vecina le vendieron por ahí en 12 CUC”.
Una revendedora, cuya identidad accedimos a no revelar, cuenta que un porcentaje importante de su negocio depende de la red minorista. “En las tiendas hay que saber buscar, tomarse su tiempo, conversar con las dependientas, hacerse amigas de ellas, para estar al tanto de cuándo habrá de lo bueno y lo mejor. La gente es boba, no va a la parte de las ropas, cree que todo es malo. Yo vivo de esto y sé lo que digo, de que se consigue, se consigue”, confiesa, mientras realiza su habitual recorrido por Medio, la principal arteria matancera y también su calle más comercial.
En la tienda Atenas de Cuba, el centro insignia de TRD Caribe, la comercial se queja de la cantidad de revendedoras que se llevan lo óptimo de cualquier cosa que ubiquen en las áreas. “Cuando el que está trabajando se entera, ya nada queda. Precauciones adoptamos pero ellas siempre se salen con variantes, ahora se buscan compañía, por cada una vienen 10 y a veces se nos crean situaciones muy desagradables”, advierte Yaneysi Zamora Gómez.
Mientras las TRD se resienten en sus proposiciones, el mercado de ropa reciclada florece en Matanzas. No pocas personas se visten con las propuestas del Palacio y la Odalis, “por la exclusividad, precios módicos, calidad y posibilidad de transformar”, aprecia la diseñadora Raquel Espino, famosa especialmente por sus carteras, vestidos, camisas y otros atuendos, producidos a base de ropa reciclada, la materia prima con la que arma sus colecciones.
“Con esta gordura solo encuentro en la reciclada”, salta una mulata de 200 libras. “Desde una trusa hasta un pantalón o un mono deportivo. Casi todo lo busco aquí. Mire el abrigo, ¡nuevecito, nuevecito!
“Fabricar lo que se demanda, es elemental”, dice la costurera del Salón Rojo, en el mismo centro de la Ciudad de los Puentes. “Estamos al tanto de cuanto se usa, lo mismo en diseño como en color, es la guía para crear lo que ofertamos, por eso la gente nos elige”, se regodea la cuentapropista.
Vestir a la moda
Como consecuencia de varias medidas, la red minorista vuelve a comercializarse, reconoce en Matanzas Yeny Marisol Carmenate. El uso de tarjetas magnéticas y el correspondiente descuento del 30 % (en los casos autorizados), la compra en las dos monedas y la concesión de créditos para la adquisición de enseres menores, figuraron entre los incentivos que, a su juicio, estimularon las ventas en el 2014.
Sin embargo, los resultados globales de expendios en Santiago de Cuba y Matanzas no deben camuflar una realidad que quizás sea común al resto del territorio nacional: “En las tiendas hay para comprar, pero no siempre está lo que se necesita”, coinciden de un lado y del otro.
Ahora mismo, cuando las temperaturas enfrían, la red minorista carece de abrigos y si existen no complacen, solo un botón de muestra de la incoherencia entre oferta y ropas según la temporada, a lo que habría que sumar la falta de visión para llevar a los estantes zapatos para trabajar, para la vida estudiantil, círculos infantiles o la tercera edad, con propuestas que resuelvan de acuerdo con la ocasión.
“Una elevada población universitaria utiliza sandalias cómodas o licras y ese es un segmento que no aprovechamos para proponerle en concordancia con sus necesidades”, sugiere desde predios yumurinos Yeny Marisol Carmenate, criterio al que se une un asunto tan controversial como la falta de relación que guardan los tejidos y diseños con el precio, señala en Santiago de Cuba Magdelín Cabrales Ginarte, jefa del Departamento de Comercio Minorista de Cimex.
Aunque lejos están las tiendas cubanas de vestir a la moda, alientan iniciativas que pudieran generalizarse en cualquier punto del país. En predios santiagueros han establecido alianzas directas con proveedores, garantía de un suministro estable, precisa Yusmira Morell Nicle, jefa del Departamento Comercial de la división TRD Caribe Oriente Sur.
“Pretendemos ir especializando las unidades. La primera experiencia positiva fue El Clubman, dedicada a hombres, y para el 2015, de conjunto con una mejora del confort, iremos diferenciando las tiendas: para damas, artículos del hogar, incluso departamento de tallas extra en alguno de los grandes centros comerciales”.
Alternativas más, alternativas menos, todavía la red minorista anda desactualizada en términos de gestión de venta. Voces del oriente y el occidente abogan por rebajas de precios atractivas, por liquidaciones sistemáticas, incluso por la compra con descuento de adquirirse varias cantidades de un mismo artículo.
Cuestionan, también, la manera en que se presentan los productos y decoran las vitrinas, modos para nada llamativos que ni siquiera visibilizan los efectos utilitarios de artículos cuyas características se desconocen, lo que parece ser un problema de estos comercios que por lo general desaprovechan espacios para promover o publicitar cualquier cosa que deseen vender.
Mientras llega la urgida recuperación de la industria nacional y esta logre sostenibilidad y entregas bien recibidas, habrá que insistir y exigir para que los encargados de importar abandonen la falta de puntería que hoy los acompaña, con un acercamiento a mercados más afines a las preferencias cubanas, con bienes que tributen a la economía nacional y disminuyan los inventarios que suelen terminar convertidos en pérdidas.
Aunque la mayoría de los directivos entrevistados se mostraron escépticos en cuanto a que este 2015 suponga un crecimiento en la entrada de confecciones textiles y de peletería, las cadenas no podrán perder de vista el lineamiento 288, que establece como política de desarrollo del consumo prioridad, en este mismo orden, a la proteína animal, ropa y calzado, efectos electrodomésticos, materiales de construcción, mobiliario, ajuares del hogar, entre otros.
A la red de tiendas cubanas, a sus responsables, corresponde vestir y calzar a la población, un encargo estatal que todavía deja demasiadas brechas para que, como la cucarachita del cuento infantil, las personas al preguntarse inquietas ¿qué me compraré? no encuentren respuesta solo en puertas ajenas que, complacidas, seguirán abriéndose.
Excelente artículo , felicidades a los autores de este verdadero ejemplo de periodismo crítico, es cierto que la ropa que se vende en las tiendas son bastante caras y malas y se demoran una eternidad bajarles el precio y para colmo cuando eso sucede penalizan el salario a los trabajadores que no tienen la culpa que los ingeniosos comerciales compren toda esa mercancía desfasada en el tiempo.
Hace falta competitividad en el mercado, eso es una ley del marxismo la unidad y lucha de los contrarios al no existir competencia estos grandes emporios pueden darse el lujo de vender toda esa pacotilla a un precio excesivo. Repito muy bueno, ojalá hayan más.
Los problemas de las tiendas lo pagan los trabajadores. Se cumple el refrán de que la cuerda siempre rompe por el lado más débil. Ahora mismo en varias tiendas de Cimex hay trabajadores que han cobrado por el trabajo de un mes solo ocho pesos. Tengo una amiga a la que solo le pagaron 23 pesos, es una falta de respeto. Todo lo que la gente compra y luego lo devuelven por mala calidad, luego se lo descuentan del salario a los trabajadores. eso no puede ser, de qué van a vivir.
Los zapatos que se confeccionaban en Cuba tenian nivel internacional. Los Ingelmo competian con los norteamericanos Florsheim, y los Bulnes, aunque menos sofisticados eran excelentes y baratos. Ahora dependemos de los artesanos para defendernos,m ya que los de Brasil andan por los 40 CUC………..
En Cuba siempre se confeccionó ropa con excelente diseño y demanda. Que hacen los talleres de confecciones actualmente?
Los de la tercera y ultima edad recordamos las confecciones de Cancha, Baronet, el Encanto, Mc Gregor (hechos en Cuba). Que compren tejido, hilo, zippers y botones en China y hagan una ropa a nuestro gusto, y con precios aceptables. Asi la Aduana podrá dedicarse a evitar el narcotrafico, en vez de contar los blumers de los pasajeros.
Ese siempre ha sido el talón de aquiles de esas tiendas de ropa, esas confecciones textiles estan tan antiguas y mal terminadas que no pueden gustarle a nadie, pero ademas no son duraderas y sus precios son los de cualquier marca de muy buena calidad en el mundo, si los que ponen precios estuvieran al tanto de lo que sucede en el mundo se darian cuenta que la poblacion ve videos, peliculas, recibe visitas, o sea que no tienen una venda en los ojos, los que la tienen son los que realizan esas piezas y los que ponen precio. En cuanto a los zapatos ya parece burla, pues despues que son horribles se te pueden despegar, solo de salir de la casa a la ezquina.Me parece que el estado debe tomar una determinacion, pues el perjudicado es la poblacion, los produictos buenos se venden, los malos no, pues hay que liberar un poco para que la poblacion se sienta contenta con lo que compra, venga de donde venga y a su vez eso hará que los productores nacionales se esfuercen muchisimo mas en hascer cosas impresionantes, como las que hacen los deportistas, artistas, medicos, ingenieros, cientificos, los de Labiofam que han puesto el nombre de Cuba muy alto. Nosotros tenemos fabricas de zapatos que son reconocidas en el mundo, pues las que no lo son, habrá que mejorar sus maquinas deconfeccion, pero tiene que haber competencia eso esta demostrado si no hay conformismo y eso en el 2015 es rtidiculo. En diseño estamos fritos y sin manteca.
Ha sido un buen trabajo periodistico, se me parece a Cuba DIce, felicidades. Solo te valta decir como es posible que a los merolicos le de la cuenta de comprar al contado a fuera (Ecuador, Peru, Mexico…) traer en avion y vender y al estado comprando al por mayor y aplicando el 220 % no le de la cuenta. No hay nada oculto en este mundo, porque el que sale se deja TOCAR y trae la mercancia que le venden sin importar calidad, ni precio, ni gusto. De todas formas el no sabe si le enviaran de nuevo a comprar asi que en una salida LUCHA 20 000 o 50 000, el 2% de la compra y ya está.
Saludos