Simplemente Marta o simplemente Rita

Simplemente Marta o simplemente Rita

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Marta Jiménez Oropesa
Foto: Internet

No la conocí personalmente, pero crecí escuchándola, como millones de cubanos. Su personaje de Rita Pranganillo en el programa Alegrías de Sobremesa, transmitido por Radio Progreso, la inmortalizó. Por eso, Marta Jiménez Oropesa no ha fallecido; solo ha dicho hasta luego para unirse a una gama de buenos actores y actrices que ya no están.

Un día quise entrevistarla, pero la distancia entre la ciudad donde resido —Cienfuegos— y la capital del país era una limitante. Logré conseguir su dirección electrónica y le escribí sin muchas esperanzas, pues ya sabía que estaba enferma y acogida a la tranquilidad del hogar. Quien la cuidaba —un ángel venido del cielo según me han dicho—, me respondió enseguida, prometiendo que Marta respondería las preguntas.

Poco después llegaron sus consideraciones y este sitio, y las páginas de una edición impresa del periódico Trabajadores, se prestigiaron con su entrevista, llena de frases caracterizadas por la humildad, como ella misma fue a través de la vida.

No hace mucho pude ver el documental «Con rosas y con espinas», en el que reseñan numerosos episodios de su quehacer artístico y su vida personal. Se me saltaron las lágrimas cuando contaron de la despedida temprana de su única hija con destino norte, de la que no supo nunca más. Pero pienso que su propia existencia llena de amor y entrega le regaló otros hijos que la quisieron y admiraron.

La Rita de Alegrías de Sobremesa marcó un hito en el quehacer radial cubano. Pero Marta fue mucho más que ese personaje, porque dirigió programas con una sapiencia extraordinaria, actuó en televisión y cine, fue dirigente sindical y punto de apoyo espiritual para muchas almas del mundo artístico y de la vida toda.

Siento saber que ha partido y que no pude saludarla personalmente ni agradecerle la entrevista que me concedió, pero en mi pensamiento —como en el de muchos cubanos— estará siempre esa frase que ella hizo famosa al terminar la parte humorística del mencionado programa radial: “¡Qué gente, caballero, pero que gente!”.

La grandeza puede resumirse en dos nombres: Simplemente Marta o simplemente Rita.

El mejor homenaje póstumo que podemos rendirle desde este sitio es poner de nuevo a consideración de los lectores la entrevista que amablemente nos concediera hace unos dos años.

La gente me quiere como compañera

Muchos cubanos crecimos escuchando cada día el programa Alegrías de Sobremesa, por Radio Progreso, el que aún se mantiene en el aire en franco desafío al tiempo. Por sus emisiones nos familiarizamos, sobre todo, con dos personajes que tipificaron el espacio y el supuesto edificio donde residen: Rita y Paco. Ella siempre cerraba la sección humorística con: “¡Qué gente, caballeros, pero qué gente!”

Rita tuvo por cuatro décadas la voz y el estilo de una actriz grande y a la vez sencilla.

En su extraordinario y amplio quehacer sobresalen, entre infinidad de acontecimientos y realizaciones destacables, su presencia en el cine cubano en 1939 y 1959 en las películas Chicharito Alcalde y La vida comienza ahora, respectivamente, y la incursión en la pequeña pantalla en los 50, en el elenco de actores de la CMQ-TV.

Como directora de programas radiales en distintas emisoras condujo novelas, programas musicales, humorísticos, educativos, informativos, históricos, de orientación…, y también grandes obras de la literatura universal.

Marta fue fundadora de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR), los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Desde sus inicios en Radio Progreso ocupó responsabilidades en el sindicato. En 1983 viajó a Angola en misión internacionalista, junto con algunos integrantes del colectivo de Alegrías de Sobremesa.

Galardonada con muchos premios y condecoraciones y reconocida, sobre todo por el público oyente, Marta Jiménez Oropesa acaba de cumplir 91 años (25 de noviembre).

Ante el interés de Trabajadores de contar con su testimonio con tal motivo, accedió a responder algunas interrogantes.

¿Cómo fueron sus inicios en la radio?

En el año 1937, en Radio Lavín, con Mercedes Pinto, en unos programas infantiles que ella dirigía. Allí trabajé junto con sus hijos Gustavo y Rubén Rojo. En el 39 pasé a trabajar en Cadena Cubana de Radio.

¿Por qué prefirió la radio, por encima de otros medios, como la TV, por ejemplo?

Porque despierta la imaginación. Cuando la estás escuchando te imaginas lo que oyes y eso no sucede con la televisión, en la cual tú esperas una cosa y te resulta otra, un poco que te decepcionas. Además, en la radio puedes hacer muchas cosas con la voz, cuidándola siempre. Puedes hacer de bueno y de malo, dar cualquier tipo de intención. Por otra parte, llega adonde no puede llegar la televisión. La radio no es fácil, porque no es solo leer, sino saber hacer llegar al oyente lo que estás leyendo, es saber interpretar, hacerlo creíble.

¿Qué significa en su vida profesional Alegrías de Sobremesa?

Todo, porque me permitió llegar a mi pueblo, y obtener ese cariño que es tan importante. El programa es muy escuchado y querido, y haber podido formar parte de él ha sido para mí un premio”.

En una entrevista usted afirmó que Rita había sustituido a Marta, por su popularidad. ¿Qué le aportó Marta a la Rita de ese programa y, a su vez, Rita a Marta?

A Rita yo le puse mi voz y mi interpretación, pero en realidad Marta y Rita son una sola. Rita era una mujer simpática, actual, alegre, que gustaba de ayudar a los demás, revolucionaria; yo me considero igualmente una persona muy sociable, alegre, que me ha gustado siempre ayudar a los demás. Por eso pienso que somos una sola.

Usted fue dirigente sindical en Radio Progreso, junto con Martha del Río y Martha Velasco. ¿Cómo recuerda aquellos tiempos y qué papel le confiere al movimiento sindical en un mundo laboral tan diverso y creativo?

Trabajábamos mucho, pero valía la pena, porque se notaba lo que hacíamos. Fue una sección sindical que ganó muchos reconocimientos en la emulación. La integrábamos actores y actrices de Radio Progreso; estábamos muy unidos. Una sección sindical es importante donde sea, siempre que haga una buena labor. Los artistas también necesitan mucho ser representados y defendidos.

En el año 1978 formó parte del Comité Preparatorio en esa emisora con motivo del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (La Habana-1978). ¿Cuáles fueron las motivaciones fundamentales en aquellos momentos y qué consideración le merecen esos eventos?

Me motivó la importancia que tenía para todos los cubanos, y sentí que se podía ayudar mucho en su buen desarrollo: Es siempre un encuentro muy importante, porque aúna a jóvenes del mundo entero, quienes forman parte del futuro, y porque posibilita además un intercambio importante de ideas y de culturas.

Angola. Misión Internacionalista. ¿Qué significado tuvo en su vida profesional y personal?

Muy trascendental, pues me dio la posibilidad de participar en algo extraordinariamente importante. Fue un premio muy grande poder entrar en contacto con los compañeros cubanos que allí estaban. Yo sentía que con mi trabajo les estaba llevando un poquito de Cuba.

En una ocasión afirmó que el secreto especial para despertar tanto cariño es “hacer siempre el bien, y nunca hacer daño”. ¿Aún lo considera así?

Siempre se debe hacer el bien, eso le da la personalidad a uno. Yo misma trabajé tantos años como maestra, dando mis conocimientos y experiencia a actores, actrices, directores… Eso me ha reportado a lo largo de todos estos años mucho orgullo, mucha satisfacción. Me siento recompensada.

Ahora, a la altura de los 91 años, ¿cómo analiza el camino andado por la vida y específicamente, por el mundo del arte?

 

Vale la pena haber vivido. Me siento muy satisfecha de haber podido hacer tantas cosas. Siempre se puede más, pero pienso que he hecho mi mayor esfuerzo. Como te comentaba antes, he dejado un legado en mis alumnos y eso me hace muy feliz.

 

¿Qué aconseja a los actores radiales jóvenes o que comienzan?

 

Que traten de mejorar su forma, que traten de ser siempre mejores, que estudien, que practiquen.

 

¿Sigue vigente el contrato hasta el año 5000?

 

Sí, sigue vigente, hay Marta para rato. Pienso que mi carácter me ha ayudado mucho, y eso ha hecho que reciba tantas muestras de cariño a diario, no solo porque sea artista, no; la gente me quiere como compañera, como vecina, y eso ayuda mucho en la vida. Mientras tenga voz siempre voy a estar presente.

Acerca del autor

Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.

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Un comentario en Simplemente Marta o simplemente Rita

  1. Gracias por esta entrevista, tambien digo que ella no ha muerto, seguirá siempre vigente, porque Rita O mARTHA ES TREMENDA GENTE,PERO QUE GENTE CABALLERO.

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