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La insatisfacción de los productores con el acceso a los suministros agropecuarios fue planteada por varios delegados al XX Congreso de la CTC. “Necesitamos que lleguen en tiempo”. “Tener la seguridad de que en esas tiendas van a estar las cosas que nos hacen falta”. “Se ha elevado el precio de los insumos —sin corresponderse con la calidad— y eso encarece el costo de la producción”.
Estos criterios, como muchos otros referidos a la eficacia de los abastecedores, no sorprendieron a los directivos del Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura (Gelma), quienes ajustan un nuevo modelo de gestión encaminado a satisfacer la demanda de los productores y ampliar su objeto social. A la comercialización de insumos y equipamientos añaden la prestación de servicios técnicos especializados, como son las reparaciones mecánicas a los equipos y aditamentos, tanques de enfriamiento de leche y la ejecución de inversiones del MINAG.
Así lo informó María del Carmen Fages Plasencia, directora de compras e importaciones de Gelma, quien precisó: “El objetivo es satisfacer las necesidades del productor, el protagonista principal en el sector agropecuario, tabacalero y forestal, acercando los insumos a la base”.
Han creado 147 centros comerciales, de los cuales 144 están enclavados en los municipios, cerca de los polos productivos, lo que permite brindar un servicio más especializado, pues “no es imprescindible tener de todo en cada tienda, sino garantizar lo que lleva cada rama de la agricultura en correspondencia con los ciclos productivos y en los lugares donde estas están asentadas”.
Y ejemplificó con la ganadería: cántaras de leche, coladores, alambre de púas, botas de goma o de PVC, que tienen gran demanda en el desempeño de esas labores. “Es cuestionable que en una tienda en el centro del Vedado capitalino encuentres recursos que no hay en los territorios donde predomina esta actividad.
“El experimento comenzó por Sancti Spíritus, que hoy es líder en estas prestaciones, con centros comerciales en los municipios y algunos polos productivos, a los cuales asocian los servicios técnicos especializados (con un pequeño taller), y lo que no pueden resolver allí, lo trasladan a la provincia. También se hacen experimentos en la Isla de la Juventud.
“Unos territorios avanzan más que otros, en dependencia de la infraestructura que hay creada en cada uno: adaptan locales, traspasan otros o los construyen, y depende de la gestión de los cuadros que tenemos en ellos”.
Gelma está constituido por 40 empresas: las hay de suministro y transporte agropecuario, de logística, de talleres, y de construcción; en algunas provincias se han unificado entidades. Tienen en su objeto social la transportación de los insumos hasta la base productiva y la construcción de cochiqueras, biodigestores, vaquerías. Además, comercializan los medicamentos veterinarios, vacunas y otros renglones que produce Labiofam.
Intríngulis de un plan
“La estrategia de la comercialización de este grupo está basada en la captación de la demanda desde la base productiva; la tramitan a través de un modelo donde plasman sus necesidades de insumos, equipamientos y servicios, luego se ajusta en los municipios y cada provincia tributa a Gelma.
“Ese consolidado se concilia con los encargados de fabricar determinados productos en el país y a partir de lo que no puedan hacer se confecciona el plan de compras en plaza y en el exterior, que para el 2015, por ejemplo, tiene más de 3 mil 555 surtidos.
“Se ajusta al plan de la economía aprobado para determinar qué podemos adquirir con esos fondos. Luego podremos hablar de satisfacción o no de la demanda de los productores; no obstante, considero que estamos en una etapa superior: Gelma se convirtió en una de las 11 empresas que tiene mercados mayoristas y desde el 2014 comenzó a dar los primeros pasos para ser la comercializadora especializada en insumos agropecuarios.
“La mayoría de los productos y equipos se venden en moneda nacional a precios sin subsidio y de manera liberada, incluyendo los que se ofertan en las tiendas de Comercio Interior; se incorporaron renglones de alta demanda como neumáticos, herraduras, clavos de herrar, botas de PVC; fertilizantes, plaguicidas, materiales para la construcción; partes, piezas y accesorios para la reparación de implementos agrícolas.
“Cuando el productor hace el contrato con el centro comercial tiene que llevar un documento donde evidencie su capacidad financiera, no podemos venderle a alguien que no puede pagar.
“En fase de extensión, tenemos otra modalidad: la prestación de servicios técnicos especializados. El productor puede llevar su tractor a los talleres de Gelma, lo dictaminan y se le hace trabajos de reparación, chapistería, tapizado, pintura; su equipo sale caminando hasta con gomas nuevas. Ya lo están haciendo en La Habana y en otras provincias.
“Sin embargo, queda un asunto pendiente. A partir de estas novedades, los productores necesitan y exigen insumos y servicios de calidad; aunque no se satisface esta demanda, se hacen esfuerzos en las entidades nacionales para homologar los surtidos con los mejores del mundo.
“Hemos creado mecanismos de retroalimentación, en el cual intervienen nuestras empresas, centros comerciales, las direcciones de la Anap y de los sindicatos para conocer la opinión sobre lo que vendemos”.
Problemas fundamentales
Con los pies puestos sobre la tierra, los directivos de Gelma saben las principales debilidades de su sistema y tratan de enmendarlas. María del Carmen Fages, directora de compras e importaciones, aseguró que: “Son insuficientes y no hay estabilidad de los insumos en la red, y muchos renglones no son los mejores; conocemos del esfuerzo de los organismos, por ejemplo, el grupo empresarial de la Sideromecánica ha importado limas o machetes para paliar el déficit por la mala calidad de los de ellos, mientras, hacen sus inversiones.
“Las botas de trabajo de PVC son malas, pero a la hora de solicitarlas y de comprarlas tenemos que conocer su destino final: deben ser distintas las usadas para proteger del frío en una nevera de las que emplean los trabajadores del arroz, la avicultura o el porcino para entrar al agua o las heces fecales de los animales.
“Muchos productos se compran como genéricos y no con las especificaciones técnicas, a veces no es culpa siquiera de las entidades importadoras; se resolverá en la medida que ganemos cultura de la comercialización. Del conocimiento de la demanda depende el reaprovisionamiento de la red; la agricultura trabaja por campañas y los productos se necesitan en el momento indicado”.
