La ocupación del Moncada

La ocupación del Moncada

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“René fue el primero en entrar al Moncada, en la mañana del 1º de enero de 1959”, afirma Arquímedes Fonseca Prado. Foto: Gabriela Lopez Dueñas
“René fue el primero en entrar al Moncada, en la mañana del 1º de enero de 1959”, afirma Arquímedes Fonseca Prado. Foto: Gabriela Lopez Dueñas

 

Aunque el General de Ejército Raúl Castro Ruz jamás ha dicho haber sido él quien ocupara el cuartel Moncada el 1º de enero de 1959, ese criterio se ha generalizado al ser asumido por periodistas y no muy pocos historiadores al referirse al hecho.

Tampoco, por su inmensa modestia, el protagonista principal de aquel suceso, comandante José René de los Santos Ponce, a quien el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz asignó esa misión, se ocupó de establecer la verdad.

Hoy Trabajadores aborda el tema a partir de un testimonio ofrecido por él durante una entrevista grupal ante la comisión que investigaba la historia del Tercer Frente Mario Muñoz, y de otros obtenidos por esta periodista en entrevistas sostenidas con dos combatientes de la Columna No. 10 René Ramos Latour (Daniel), comandada por De los Santos, y que durante los últimos tres meses de 1958 presionó sobre Santiago de Cuba e incluso, en no pocas ocasiones, se adentró en esa ciudad.

¡Hay que entrar en Santiago!

Eran las cinco o seis de la mañana del 1º de enero de 1959 cuando Nila Eloísa Ballester Fernández y otros combatientes escucharon por la radio la noticia de que Batista había abandonado el país.

“Automáticamente les dije —cuenta Eloísa—: ‘Vamos a ver a Celia, que ella tiene que saber si es verdad’. Cuando la vimos le comenté lo escuchado y me llevó adonde estaba Fidel, a quien encontramos dando puñetazos en la pared al tiempo que decía: ‘Nos quieren robar la revolución. ¡Búsquenme a René de los Santos y a Guillermo García! ¡Hay que entrar en Santiago!’”. (1)

Localizado mediante la microondas, alrededor de las 7:30 de la mañana Fidel pudo hablar personalmente con el comandante René de los Santos, quien contó que el máximo jefe del Ejército Rebelde le ordenó: “René, reúne a la gente que tú puedas y vete hasta Santiago, hasta el cuartel Moncada. Dicen que Batista se fue. Trata de entrar al cuartel Moncada”.

De inmediato, en un yipi, partió a cumplir la misión y antes de llegar al hotel Rancho Club se encontraron con que el ejército de Batista había formado una especie de anillo en la carretera, con tanques, cañones y artillería.

“En Rancho Club había muchos marineros, incluidos oficiales, que se habían entregado desde el día antes. Cuando llegamos allí los soldados no hicieron por pelear. Me acompañaba un grupo que fui recogiendo en tanto avanzaba, y con un enlace mandé a decir a toda mi tropa que avanzara hacia Santiago; pero el enviado lo hacía a pie y como los combatientes se encontraban en diferentes lugares de la zona, el recado llegaría a la refinería en horas del mediodía”.

La insistencia del coronel Rego Rubido

Al llegar a Rancho Club —señaló el comandante De los Santos— un oficial le preguntó hacia dónde iba, a lo cual respondió: “Voy para el Moncada. Según me dijo, el coronel José M. Rego Rubido, jefe de la plaza militar de Santiago de Cuba, quería hablar con el jefe de las fuerzas rebeldes que avanzaban hacia esa ciudad”.

Tras preguntar cuánto tardaría el oficial en llegar hasta allí, el jefe de la Columna 10 aceptó esperarlo.

“Transcurridos nueve minutos, llegó Rego Rubido en un helicóptero (…) Me dijo saber lo de la huida de Batista, pero que de entrar nosotros al cuartel habría un derramamiento de sangre innecesario y él quería hablar con el Comandante en Jefe.

“Le contesté desconocer dónde estaba Fidel, y ante su insistencia fuimos en el helicóptero hasta el central Palma. Al no encontrarlo le pedí me llevara de nuevo para Santiago, lo cual hizo no sin antes suplicarme que no entrara al cuartel, y le aclaré la orden que se me había dado”.

Primero de enero de 1959, en el Moncada. Al centro, el comandante René de los Santos y otros dos miembros de su tropa. Frente a ellos, con el teléfono, un oficial del ejército derrotado, no identificado. Foto: Cortesía de Amauri Ledea Capote
Primero de enero de 1959, en el Moncada. Al centro, el comandante René de los Santos y otros dos miembros de su tropa. Frente a ellos, con el teléfono, un oficial del ejército derrotado, no identificado. Foto: Cortesía de Amauri Ledea Capote

 

Ocupación del Moncada

“Cuando me dirigía hacia el Moncada, ya el pueblo de Santiago estaba parado a ambos lados de la carretera. Llegamos ante la fortaleza, en cuya puerta principal había una ametralladora 30 y no querían dejarnos entrar. Entonces apareció un teniente y dijo que yo iba con él. Entramos y en eso llegó un oficial de apellido Cañizares, a quien expliqué que Rego Rubido había ido conmigo en busca de Fidel, pero no lo encontramos, y él continuaba buscándolo.

“Cañizares me dijo: ‘Bueno, yo estoy dispuesto a entregarle todo el mando, pero respetando…’ Lo interrumpí: Sí, sí, sí, que los oficiales de alta graduación se queden con sus pistolas, y entreguen todo el armamento. Él decidió: ‘Vamos a darles el mando aquí ahora, y llamaremos a todas las unidades para eso’.

“En ese instante sonó el teléfono y me dice: ‘Mire, de parte de Raúl Castro, quiere hablar con usted’. Raúl me preguntó: ‘¿René, qué te pasa, estás preso?, ante lo cual le aclaré: No, vengan para acá, que ya esto está entregado. Me preguntó otra vez si estaba preso, y al garantizarle que no, colgó.

“El pueblo se amontonaba frente al cuartel y trataba de entrar, pero los guardias lo aguantaron un poco. Después, a los alrededores del Moncada comenzaron a llegar los combatientes que yo había mandado a avanzar. Y la gente empezó a meterse en el cuartel, entre ella la dirección del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Santiago; llevaron una bandera del 26 de Julio.

“Como a las seis de la tarde, entró otra llamada de Raúl, quien me indicó coger por el camino de El Caney e ir en busca de Urrutia. Ya de noche, cuando regresábamos, por la carretera nos encontramos con el Comandante en Jefe, quien manifestó a Urrutia que ante lo tramado por Cantillo en La Habana, nos iríamos a la huelga general.

“De ahí fuimos al gobierno provincial. Muchos dicen que Fidel fue al Moncada en ese momento, y no es cierto.

“Según Raúl, él entró al Moncada el día 2. Yo tengo entendido que fue el día primero por la noche. Recuerdo algo acerca de lo cual Raúl afirma que fueron ellos, y es que un grupo entró por la noche rompiendo todos los retratos de Batista”. (2)

Directo al Moncada

“René fue el primero en entrar al Moncada, en la mañana del 1º de enero de 1959”, afirma Arquímedes Fonseca Prado, miembro del pelotón Roberto Lamelas, a quien el 2 de enero de 1959, ante la ausencia del jefe de esa tropa, nombraron al frente de ella y lo ascendieron a capitán.

Recuerda que en cumplimiento de lo ordenado por De los Santos, en rápido avance ese pelotón y el William Soler, capitaneado por Fernando Vecino Alegret, llegaron hasta Martí y Carretera Central, al lado del Moncada. Como Fidel ordenó retirar todas las fuerzas de los alrededores del cuartel, se dirigieron a Marimón, donde rindieron a las tropas allí concentradas. De la rendición de las fuerzas de la Marina de Guerra localizadas en la carretera de la refinería, se ocuparon los combatientes de los pelotones Pedro Soto Alba y Armando García, y del Ramón Paz hicieron lo mismo con los acantonados en Quintero.

“El día 2, alrededor de las 10 de la mañana, fui al Moncada para averiguar qué íbamos a hacer con el pelotón, al cual se habían sumado muchos combatientes de la ciudad y de poco más de 20 ya pasábamos de 100. En la oficina se encontraban Raúl Castro, René de los Santos, Manuel Piñeiro, y otro compañero. Me dirigí a René, mi jefe, y me dijo: ‘Mira, tú tienes gente de Santiago de Cuba aquí, coge tu tropa, busca camiones y llévala para El Caney, al cuartel de El Viso, cuya tropa no se ha rendido’.

“En El Viso tenían dos ametralladoras en el techo. Cuando me disponía a hablar con el capitán jefe, Miguel Hernández Domínguez (Campana), mi segundo, se me adelantó y, con su rapidez característica, lo desarmó al tiempo que le indicaba ordenar a todos sus subordinados la entrega de las armas. Así fue como Santiago de Cuba quedó totalmente en poder del Ejército Rebelde”.( 3) | Acontecimiento inolvidable La ocupación del Moncada Cumpliendo órdenes de Fidel, en horas de la mañana del 1º de enero de 1959, el comandante José René de los Santos Ponce, con parte de su tropa, ocupó el cuartel Moncada, segunda fortaleza militar del país

1 Testimonio de Nila Eloisa Ballester Fernández, ofrecido a la autora en diciembre del 2012.

2 Testimonio de René de los Santos. Entrevista con un grupo de combatientes de la Columna No. 10 René Ramos Latour (Daniel), en la oficina de Historia del Tercer Frente Mario Muñoz.

3 Testimonio de Arquímedes Fonseca Prado, ofrecido a la autora en diciembre del 2014.

Acerca del autor

Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.

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Un comentario en La ocupación del Moncada

  1. Comandante José René de los Santos Ponce, cuanto orgullo para mí ser su nieta mayor. Hombre fiel a Fidel y a la Revolución, exigente, austero, valiente, ejemplo para la familia, por su fidelidad y dedicación a la causa revolucionaria hasta el último minuto de su vida.
    Gracias por escribir esta historia.

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