Este domingo Santiago de Cuba recuerda una fecha imprescindible en la historiografía de la nación: el 30 de noviembre de 1956, y lo hace con el orgullo de haber sido la ciudad del levantamiento armado organizado por Frank País y Fidel Castro para desviar la atención de las fuerzas militares de la dictadura de Fulgencio Batista y facilitar el desembarco del Granma por un punto de la costa sur de Cuba.
Aún cuando circunstancias diversas no permitieron que ese día el yate de la libertad arribara a suelo cubano, la fecha marcó un momento cumbre en la lucha por la independencia de Cuba.
El amanecer de esa jornada gloriosa mostró por primera vez ante los ojos del pueblo el uniforme verde olivo y el brazalete rojinegro con las siglas que identificaban al movimiento revolucionario que lideraba la lucha
(M-26-7), y a partir de entonces ambos devinieron símbolos de rebeldía y patriotismo.
Las sedes de la policía Marítima –en la zona del puerto santiaguero- y la Nacional –en la Loma del Intendente del centro histórico de la ciudad- fueron dos sitios claves de los ataques protagonizados por jóvenes dispuestos a dar la vida por su país, tal y como lo hicieron Pepito Tey, Otto Parellada y Tony Alomá.
A ellos, a Frank País y a los participantes en la gesta de 58 años atrás el pueblo de Santiago de Cuba rinde honores este domingo con el depósito de ofrendas florales y la realización de un acto político-cultural en la Loma del Intendente para conmemorar una jornada de hondo significado para cubanas y cubanos, marcada como el día en que por primera vez se vistió el uniforme verde olivo.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.