En el despalillo Niñita Valdés, de la capital pinareña, los jornadas comienzan temprano y si fuera por la voluntad de los integrantes de ese colectivo, se alargarían hasta la noche. “Todas las plazas están cubiertas y hay una lista de espera; incluso, un cartel en la recepción dice que estamos llenos”, nos cuenta Jaquelina Morejón Benítez, administradora del lugar.
Una de las causas de este fenómeno es la puesta en práctica este año de nuevos sistemas de pago por parte de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco de Pinar del Río. La premisa es dar a cada cual lo que se pueda ganar y el resultado es un incremento productivo y una incidencia directa sobre los ingresos de las personas.
Las nuevas medidas ante la vieja situación
Los antecedentes de estas medidas beneficiosas se encuentran en la aplicación, con carácter experimental, de sistemas distintos en los últimos tres meses del 2013. La situación de la entidad y su ubicación en la cabecera provincial condicionan su desempeño, pues los numerosos centros productivos existentes (fábricas, hospitales), requieren para sí la fuerza laboral.
“La competencia es fuerte y estábamos detrás en cuanto a la aplicación de nuevos sistemas de pago. Hoy con estos hemos logrado el incremento de la productividad partiendo del uso de la fuerza de trabajo ya que no hay límites de sueldo y la gente se siente más estimulada”, afirma el director de Capital Humano, José Luis Puentes Morales.
El nuevo sistema fue diseñado en la entidad, aprobado por el director de la misma y se sustenta en la calidad y la productividad. No existe tope salarial pero se atiende, por supuesto, a los resultados económicos. En estos momentos se aplica en cada una de las 14 unidades empresariales de base y beneficia a todos.
Entre los aspectos más importantes se encuentra el hecho de que para la estimulación se tiene en cuenta el cumplimiento de cada centro de forma aislada. Asimismo, el trabajador depende de sus resultados no del de los demás. Con esto el sistema luce más justo.
Tras la aplicación
Uno de los problemas fundamentales enfrentados en la ciudad cabecera era la falta de mano de obra. Con estas medidas, las necesidades han ido disminuyendo.
“Se nos han incorporado más de 150 mujeres a laborar directo al banco este año y se siguen sumando porque el salario medio aumentó significativamente, de 460 pesos a más de 700”, revela Justo Armas, director de Acopio y Beneficio de Tabaco de la empresa.
El caso del colectivo de Niñita Valdés, con dos heroínas del trabajo en su historia, es significativo y las señales de los cambios son inmediatas.
La incidencia sobre el salario convierte la labor en una opción más atractiva. Hasta octubre las despalilladoras promedian mil 59 pesos, cuando el pasado año la cifra era de 500 pesos, ilustró Kenia Román, técnico de Recursos Humanos.
“Se nos ha incrementado la cantidad de trabajadores, entre ellos mucha juventud y esto permite dar continuidad al oficio”, añade Morejón Benítez.
Inés Martínez Miranda, heroína del trabajo de la República de Cuba dice que “la gente quiere ganar más y si las dejas siguen trabajando más. Si dicen de abrir a las seis de la mañana y cerrar a las doce de la noche, las personas vienen”.
Contando la totalidad de las estructuras, los datos señalan la duplicación del salario medio al cierre de septiembre con respecto al año anterior y se cumplen todos los indicadores económicos. Hasta la fecha la productividad creció en un 68 % y todos los indicadores han subido con relación al 2013 sobre el 10 por ciento. Además, la incidencia llega más allá, a la responsabilidad laboral.
“Ha crecido el sentido de pertenencia de los trabajadores y aumenta el aprovechamiento del tabaco en las escogidas y despalillos. Cada vez se preocupan más por conocer sobre el cumplimiento de los planes”, explica el director de la Empresa, Joel Hernández Acosta.
La aplicación de estos sistemas de pago atendiendo a los resultados y elaborados en los propios lugares de implementación, demuestran que con libertad de obrar e independencia, se puede crecer y ser más eficientes siempre y cuando se haga con responsabilidad y conocimiento de causa.
Todavía falta mucho por hacer en la búsqueda del perfeccionamiento de estos mecanismos, pero la disposición y el bienestar de quienes sienten su puesta en práctica es alentador.