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Por Lisseth Ricardo, enviado especial
Veracruz.- Pese a que hace solo un mes enfermó de dengue, el nadador finalista olímpico Hánser García regaló el sábado una excelente demostración, al imponerse en los 100 metros libres con tiempo de 49 segundos y récord para los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
«Me siento feliz porque sabía lo que representaba esta medalla para mi país. Por eso dedico el éxito a todos los que trabajaron fuerte para que se pudiera concretar: a mis compañeros, a los médicos, a los fisioterapeutas, a mi entrenadora Luisa María Mojarrieta (Lulú) y al resto del colectivo, porque es de todos», comentó emocionado.
Explicó que en la eliminatoria matutina no le preocupó entrar tercero, ni el tiempo de 51.03, pues reconocía no estar al ciento por ciento y “no podía desgastarme, la idea era llegar a la final y en ese momento darlo todo»,
Hánser, plata en 100 y bronce en 50 metros libres en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, expresó que cuando perdió dos semanas de trabajo en un momento crucial de la preparación pensó constantemente en su esposa y bebé: «Ellos me dieron fuerzas, tengo una familia bella que me inspiró a levantarme cuando creía no poder, cuando faltaron fuerzas para llegar hasta aquí y vencer a rivales que al enterarse de mi enfermedad me imaginaron fuera de podio», sostuvo sin altanería.
El día 20 de noviembre, última jornada de la natación, volverá al Complejo Acuático Leyes de Reforma “El Pollo”, como cariñosamente le llaman, para lidiar en los 50 metros libres. «Es igual que en los cien, habrá que pelear hasta el final por una medalla. Y no competiré en los 200 porque no estoy preparado para eso ahora”, señaló.
Casi en la despedida confesó sonriente que su entrenadora Lulú debía estar feliz «porque aunque esperábamos el oro, fue difícil y hubo muchas cosas que interrumpieron la preparación. Este es un buen paso rumbo a Toronto y anima a pensar que es posible una medalla en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016».
