Líderes religiosos de EE.UU. y Cuba abogaron y expresaron su compromiso de seguir trabajando por la normalización de las relaciones entre ambos países, y el regreso a sus hogares de los tres luchadores antiterroristas cubanos, aún prisioneros en cárceles norteamericanas.
A punto ya de concluir su visita a la Isla, la delegación que encabeza el Reverendo John McCullough, presidente y director ejecutivo del Servicio Mundial de Iglesias (CWS por sus siglas en inglés), dio a conocer a la prensa una declaración conjunta con el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC).
El llamado unido se pronuncia, también, por la búsqueda de una solución al caso de Alan Gross, el ciudadano estadounidense detenido, juzgado y condenado en Cuba a 15 años de prisión por actividades subversivas, sobre lo cual existe ya la propuesta por la parte cubana de un canje de prisioneros.
Conocida es la oposición de McCullough al ilegal, irracional y genocida bloqueo del gobierno de EE.UU. contra la nación caribeña, postura que comparten sus compañeros de viaje, el Reverendo Gradye Parsons, presidente de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos, y el rabino Elhanam Schnitzer, director ejecutivo de la Misión Judía para Cuba.
También defienden el derecho de sus conciudadanos a viajar libremente a la Isla y, en el caso de McCullough, fue uno de los promotores de la carta que líderes religiosos norteamericanos enviaron al Presidente Barack Obama para eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrosismo.
El Presidente del CWS, además, ha inaugurado las jornadas de solidaridad con Los Cinco en Washington D.C. en los últimos dos años y recientemente visitó al Héroe de la República de Cuba, Antonio Guerrero, en la prisión federal de Marianna, en el estado de la Florida, donde cumple injusta sentencia.
Lo vimos muy fuerte, emocional y espiritualmente, muy seguro de su inocencia, confiado en la justeza de su causa y deseoso, por supuesto, de regresar a su hogar, afirmó, a una pregunta de la AIN, y se lamentó de no haber podido visitar, como era su propósito, a Gerardo Hernández y Ramón Labañino.
Respecto a este último, estamos francamente decepcionados por la imposibilidad de verlo, aparentemente por circunstancias técnicas o burocráticas, pero nuestra delegación se ha comprometido a hacerlo, apenas volvamos a EE.UU., enfatizó.
Y es nuestra intención continuar estas visitas a los tres cubanos, para comprobar que estén bien y para abogar por su liberación y regreso a Cuba, añadió el Reverendo McCullough.
Parsons, en tanto, habló de la necesidad de continuar informando, creando conciencia y sensibilizando a la opinión pública norteamericana sobre el caso de Los Cinco, y opinó que este es un buen momento para aumentar el cabildeo en el Congreso, la presión sobre el Gobierno y cuanto pueda inducir a un cambio.
Los líderes religiosos consideraron la solución a estos casos un primer paso, y coincidieron también en que el gran reto es que ambos gobiernos puedan encontrar la vía para un diálogo sincero, transparente, respetuoso, que abra el camino para la ansiada normalización de los nexos bilaterales.
Joel Ortega, presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, destacó que durante años, el CIC y sus contrapartes en EE.UU. han orado y trabajado juntos en la búsqueda de la reconciliación y el diálogo, absolutamente posibles, bajo principios de igualdad y mutuo respeto a la dignidad, soberanía y autodeterminación.
Durante esta visita, que concluye mañana, la delegación norteamericana fue recibida por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y otras autoridades nacionales, y tuvo amplias posibilidades de encuentro e intercambio con el movimiento ecuménico cubano.
(Tomada de la AIN)